Mamá sangrienta
Sinopsis de la película
Basada en hechos reales. Kate Barker (Shelley Winters) crió a sus cuatro hijos de forma autoritaria, pero era demasiado indulgente con sus fechorías. Ellos la veneraban, pero sobre todo la temían. Cuando los chicos se hicieron mayores, Kate abandonó a su débil marido y partió con ellos en busca de fortuna. Así comenzó para los Barker una vida dedicada a la delincuencia y al crimen que hizo que fueran perseguidos sin tregua por la justicia. Ma Barker fue una de las figuras más insólitas en la época del gangsterismo norteamericano.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bloody Mama
- Año: 1970
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6.2
98 valoraciones en total
Señores, no se engañen, por mucho que diga Luis Martínez de El País que Mamá sangrienta es una de las mejores películas de Roger Corman, los que hemos visto la casi totalidad de su filmografía –hablo de decenas y decenas de ellas- sabemos que no es así. Ni de lejos.
Al contrario, me duele en el corazón decirlo pero es una de las más flojas de su última etapa, claro que siempre hay ciertas tendencias y grupos de presión que intentan rescatar lo que no se debería.
La hora y media que dura el film podíamos dividirla en tres partes según su calidad. La primera sería mala, la segunda regular y la tercera bastante aceptable. Lo peor de toda la película es su vocación y entusiasmo por lo malsano, lo desagradable, el canto al feísmo y a lo grotesco del arte. Toda esa especie de oda a la humillación como pulsión vital que nos muestra Corman es de muy mal gusto.
En Mamá sangrienta queda muy poco del Corman clásico que bebía de Poe y que aunque a su manera, no era ni mucho menos un posmoderno. Si apenas unos años atrás nos había regalado esa joya que es La matanza del día de San Valentín, aquí decide hacer una especie de versión sucia de Bonnie & Clyde y no lo logra, sólo resultando convincente en su parte final, donde precisamente el plagio es más evidente.
Como nota curiosa Robert De Niro, en una especie de precuela de Travis, el psicópata de Taxi driver aparece en la cinta sin brillar, en un papel secundario sin mucha enjundia.
En definitiva película muy menor en la carrera de uno de los grandes directores y productores del cine norteamericano, y no sólo de serie B, como ha sido Roger Corman.
Rodada íntegramente en el estado de Arkansas allá por el año 1970, se trata de una especie de biopic de Ma Baker, auténtico cerebro del clan de asalto a bancos, secuestros y numerosos asesinatos, formado por ella y sus cuatro hijos: el drogadicto Lloyd, el violento Herman, el psicópata sexual Arthur y el callado Freddy.
Contada en un tono que oscila entre la comedia negra y el drama, se dan cita en ella el patetismo, la violencia y el delirio. Está producida y dirigida por Roger Corman, famoso en aquella época por producir películas de serie B que daban oportunidades a actores y técnicos. Aquí destaca el caso de Robert De Niro, que interpreta a uno de los hijos, con graves problemas de droga. Ya por entonces, De Niro se tomaba tan en serio sus interpretaciones que para lucir el aspecto del drogadicto gangster Lloyd, perdió doce kilos. Tras sus primeros films, muy modestos, éste supone un salto cuantitativo y cualitativo, que sin duda, le abriría otras puertas. Con el tiempo, esta película de la factoría Corman, se ha ido revalorizando.
Podría decirse que es una buena película… de serie B. En el plano interpretativo, aparte de la presencia de un joven De Niro, lo más reseñable es la interpretación de Shelley Winters, que derrocha fuerza.
La película ha envejecido notablemente y se nota su génesis modesta, aunque si se tiene en cuenta la limitación de su presupuesto y su plan de rodaje (filmada presumiblemente en poco tiempo), adquiere mayor comprensión. Con todo, y a pesar de todas estas limitaciones, derrocha sabor a cine artesanal.
Una de las cumbres de la filmografía del gran Roger Corman (minusvalorado genio el cine que exige una revalorización inmediata), demencial crónica sobre una familia criminal en la América de la depresión y el gangsterismo. Las edípicas andanzas de Ma Baker y sus retoños son narradas con un pulso trepidante y un sentido del delirio admirable. Absolutamente genial Shelley Winters (equiparable al Cagney de Al rojo vivo ) y no menos destacable reparto de caracteristicos (todos sublimes con un jovenzuelo De Niro como hijo drogadicto). Sangrienta y arrolladora, a la vez perversa y patetica, influenciada por los clásicos de los 30 en su espíritu decadente y su estilo telegráfico. Desató toda una ola de imitaciones (destaca Una mamá sin freno producida por el propio Corman, con una tremenda Angie Dickinson a la cabeza del reparto y que exacerba el componente sexual y violento de la original) y supera con mucho a films de similares intenciones y mayor presupuesto (la sobrevalorada Bonnie & Clyde por ejemplo).
Película grotesca, violenta, indiscreta, malsana, retorcida, paranóica, electrizante, lisergica, implacable, maravillosa.
Roger Corman (sinonimo de serie B) nos la narra de una manera rapida, pero efectiva.
La historia trata sobre una madre desequilibrada y sus cuatros hijos (entre ellos, uno interpretado por Robert De Niro), dedicados a la vida criminal. El personaje de De Niro (un adicto a la heroina) no pasa desapercibido, si bien no sobresale ya es todo un gusto, mas allá de que sea en un papel secundario, verlo actuar en una película de Corman.
A pesar de que no nos encontramos ante una película del calibre de El padrino o Érase una vez en America, el film se deja ver, entretiene y no nos aburre jamas.
Shakespeare escribió Titus Andrónico hace muchos años. En esa obra, una pérfida reina se sirve de sus hijos para cometer los peores pecados, y finalmente es castigada a comer un pastel con la carne de sus vástagos. Antes de esto, también existió Edipo y el siglo XX nos trajo a este singular clan de los Barker, imaginados, esta vez por Roger Corman, en esa época que habían puesto de moda Bonnie & Clyde.
A pesar de que uno de los cuatro hijos está perfectamente desdibujado, los otros tres, junto con los anexos y sobre todo el interpretado por la desbordante Shelley Winters, tienen matices de verdaderos personajes.
La estética retro, con imagen fija o zooms de vértigo, pertenecen a esa época y se le pueden perdonar a la película, que no ha envejecido mal, al contrario, le viene bien. Hay mucha mala leche y humor.