Maestra rural (Maestra de pueblo)
Sinopsis de la película
Varvara Basilievna es una joven profesora que elige irse a Siberia donde muy pocos profesores se atreven a sacrificarse para enseñar a los niños de aquellas heladas tierras. Su vida como comprometida docente y como mujer enamorada, transcurrirá a lo largo de la Primera Guerra Mundial, la Revolución de Octubre y el auge del fascismo en Europa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Selskaya uchitelnitsaaka
- Año: 1947
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
7
61 valoraciones en total
Junto a Sergei Eisenstein, Vsevolod Pudovkin y Alexander P. Dovzhenko, Mark Donskoy (1897-1951) conforma el panteón del cine clásico soviético. Con su trilogía sobre Maxim Gorki se ganó el reconocimiento internacional y mucha gente apreció su lírica composición de imágenes y su capacidad para despertad sentimientos muy gratos en los espectadores con su ternura y su sentido humanitario, cualidades que mantuvo a lo largo de sus veintitantas películas. En la, por entonces, llamada Unión Soviética, Donskoy fue reconocido como un hijo insigne y recibió numerosos premios por su labor cinematográfica como La Orden de Lenin, El artista del pueblo y Héroe del trabajo socialista, entre otros.
LA MAESTRA RURAL constituye un buen ejemplo del cine que realizaba Mark Donskoy. En ella reivindica a la mujer en su compromiso social a favor de los más necesitados, y logra que su carácter y su dignidad, reluzcan con toda su fuerza, situándola, así, en una sociedad igualitaria que creía en sus potenciales tanto como en los del hombre.
El filme tiene tintes autobiográficos, pues, Donskoy –como el personaje de Sergei-, también sirvió en el Ejército Rojo durante el proceso revolucionario, pasó varios años siendo prisionero de las fuerzas zaristas, y habiendo estudiado derecho, fue luego fiscal al servicio de Ucrania. Sobre su posible relación con la profesora, eje central del filme, no se sabe nada, pues el director fue siempre bastante reservado con su vida personal.
Varvara Vasilievna (Vera Maretskaya) es una atractiva joven que tiene un ideal muy claro: quiere servir a la formación de los niños y, aunque en tiempos del zarismo, lleva una vida de comodidad y holgura, ella siente que su lugar está en Siberia, la tierra de los exiliados por graves delitos, donde también habitan cientos de niños que tienen poco acceso a la educación, pues, muy pocos profesores se animan a emprender el viaje hacia aquellos nevados y mal recordados horizontes.
Como es habitual, al llegar a aquella fría aldea se encontrará con cierta resistencia al cambio, pero con afecto, claridad y firmeza, Varvara se irá ganando la voluntad hasta de Vorónov, el fortachón al que muchos temen, y cuyo hijo, Prov, se convertirá para ella en uno de sus predilectos. Las imágenes de Donskoy son muy cuidadas, abundan las analogías en las que se sirve bellamente de las aves y las flores, y el filme nada en aguas de perseverancia, solidaridad, y ternura… y una vocación como la que deberían tener todos y cada uno de los profesores del mundo.
Sin duda, Donskoy no era ajeno a la atracción por el cine hollywoodense, pues, la escena inicial cuando la profesora ensaya en el aula vacía la forma como se dirigirá a sus alumnos, la habíamos visto seis años antes en el filme de Tay Garnett Dueña de su destino.
En lo personal, LA MAESTRA RURAL me ha dejado un gusto a cine mesurado, emotivo, comprometido y se reafirman en él las palabras del educador brasilero Paulo Freire: El maestro tiene que caminar con un pie en el sistema y el otro en su voluntad de cambiarlo.
El personaje de la maestra rural parece, más bien, una gran madre de todos sus alumnos. Un personaje arquetípico que solo vive para su vocación, embadurnada de una gran ingenuidad roussoniana. Es indudable, no obstante, que hay ciertos acontecimientos históricos que están bien retratados a través de la vida de la maestra, como la lucha durante el zarismo por el acceso a la educación de los niños provenientes de las clases campesinas y pobres, y su consecución a partir de la toma del poder de Lenin, pero ese logro ha sido recubierto de ideología propagandista del régimen en la que se nos muestra una maestra idealizada, unos alumnos idealizados, y un solo destino común, el paraíso comunista de la nación soviética, hacia el que tenemos todos que luchar y arrimar el hombro, sin rencores ni anteponer o exteriorizar sentimientos personales, pues ya se sabe que eso es una actitud pequeñoburguesa… Demasiado modélicos, según el marxismo idealista luckasiano que a la postre se impuso como discurso oficial, y que fue muy difícil sacudir del marxismo del siglo XX (tuvo que venir Althusser, pero para entonces ya todo estaba perdido). Una pena de película, sin duda, aunque no menos vergonzosa que otras que se realizaron en Hollywood por la misma época, lo cual no justifica nada. Sin embargo, me ha gustado verla, como rareza, por todo lo que significa este cine de propaganda. No sé si este tipo de películas fueron necesarias, seguro que no, pero para mí sí que ha sido verla.