Machuca
Sinopsis de la película
Santiago de Chile, 1973. Gonzalo Infante y Pedro Machuca, dos niños de once años, viven en dos mundos diametralmente opuestos: el primero en un barrio residencial, y el segundo en un poblado ilegal a pocas manzanas de distancia. El director de un colegio religioso privado, el padre McEnroe, es un idealista que, con el apoyo de algunos padres, intenta integrar en el elitista colegio a chicos procedentes del poblado. Es así como Pedro Machuca y Gonzalo Infante llegan a ser compañeros de clase y amigos en un momento de gravísíma división y enfrentamiento dentro de la sociedad chilena.
Detalles de la película
- Titulo Original: Machuca
- Año: 2004
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
7.4
90 valoraciones en total
No hay peor guerra que la Guerra Civil. La política es para los mayores decía alguien que seguro no pasó a la historia, pero a los niños es a quienes más marca el devenir de una nación, y una guerra civil hace que se rompan amistades, aunque sólo seas un niño, y se maten hermanos.
El 11 de septiembre de 1973 hubo un golpe de Estado al mando del general Augusto Pinochet para quitar del poder a Salvador Allende que murió en el ataque a la sede presidencial La Moneda. La película está ambientada antes y después del ataque al Palacio de la Moneda, desde el punto de vista de unos niños de clases sociales muy diferentes que van a un colegio católico y builingüe.
Pedro Machuca representa al niño pobre y comunista que recibe ayudas del Gobierno de Allende para ir al prestigioso colegio. Gonzalo Infante es el niño de familia rica de madre nacionalista y conservadora poco proclive a los cambios.
Entre los dos niños crece una gran amistad en tiempos de revueltas y agitación social. Los dos aprenderan no sólo a ver como es la vida de los otros , sino a comprenderla. Pero la guerra es muy puta, y eso también lo saben los niños.
Machuca es sin duda alguna uno de los mayores aciertos del cine chileno. Principalmente porque logra hacer resaltar la trama central de los personajes, sin dejar de mostrar el contexto histórico en que se desarrolla, época marcada por un gran resentimiento social y grandes conflictos a nivel de país.
Otro acierto radica en el elenco, ya que mezcla grandes figuras del cine chileno (como Francisco Reyes, Aline Küppenheim, o Tamara Acosta), con algunos posibles actores como Matías Quer, Ariel Mateluna o Manuela Martelli, que satisfacen en forma adecuada al público (sobre todo ésta última, que se entrega por completo al personaje, dejando ver su gran talento, demostrado también en cintas como B-Happy. También destaca la impecable actuación de Küppenheim, que muestra una vez más su profesionalismo.
Si a lo anterior sumamos una excelente escenografía, fotografíay vestuario, nos damos cuenta que se logra una excelente película, que además deja muchas enseñanzas y valores.
Si hay un tema verdaderamente predominante en el cine sudamericano, ese es, sin duda alguna, el cine de cariz social, donde se suelen analizar de modo introspectivo los distintos problemas y causas de estos en la sociedad. Machuca, es uno de esos films que, sin labrar como tema principal ese ámbito, lo usa para crear una historia de amistad, respeto mutuo y aprendizaje, donde sus principales engranajes, funcionan a la perfección mostrando un cine dramático de un poderío impresionante y múltiples virtudes. Y esque, lo que en el primer largometraje de Andrés Wood no funcionaba demasiado bien, aquí avanza, crece y se desarrolla de modo impetuoso y brillante, dotando a la cinta de muy buenas cualidades y otorgando al espectador un trabajo realmente digno de mención, que se apoderará de sus emociones, labrando un intenso camino hacía su enorme tramo final.
La obra en sí, durante sus inicios, avanza de modo un tanto común dejando, sin embargo, claras sus intenciones desde los primeros instantes y motivando al espectador a seguir el interesante viaje que el realizador propone en todo momento. Para todo ello, Wood maniobra con gran acierto, manejando una banda sonora que vale su peso en oro, y es introducida a la perfección en cada instante donde el film requiere una mayor presencia de la misma. Además, otro de sus mejores bazas, es una cuidadísima fotografía a la que el director le otorga un brillante juego, ofreciendo un aspecto más colorido y vitalista en sus inicios, que más adelante se verá totalmente empobrecido y apagado, debido al transcurso de la historia. El tempo, también acompaña perfectamente a la obra, dejando lugar y espacio para que sus personajes se puedan desarrollar sobradamente y se puedan llegar a entender sus distintas historias y motivaciones.
Otro de los grandes logros de esta cinta, es la magnífica profundización que consigue realizar Wood en sus personajes, sorprendentemente bien interpretados por dos chicos de corta edad, que dan vida a los protagonistas, lo que podrían parecer dos polos totalmente opuestos, unidos por un simple y ardiente lazo de amistad, que propone algo más que una mera rotura de barreras sociales, matizando a la perfección sus problemas, diferencias, pensamientos y emociones, y consiguiendo que conecten con el público de un excelente modo, y le hagan sentirse transportado a un lugar donde todos esos aspectos se topan, deslizándose constantemente en el aire, y ofreciendo un sublime elenco de emociones tan desgarradoras, como emotivas.
Si lo que quieren es una película embriagadora de sensaciones, he aquí su film, donde ni los tópicos iniciales ni algún que otro momento desafortunado restan un entero a esta pedazo de joya, que contiene un magnífico guiño a una soberana obra como El club de los poetas muertos y que complacerá a los amantes del drama más cautivador y emocionante. Sobresaliente
Le agradezco a Wood esta obra visceral, impiadosa. De las últimas diez películas que vi sólo ésta termina de forma diferente, de vez en cuando uno ansía ver otros finales, otras miradas. Machuca se encarga de retratar dos mundos paralelos unidos por una nube rosa que no tarda en disiparse.
Podría comenzar a hacer alusiones al comunismo, al marxismo y a la mar en coche, puesto que como obra de rigor histórico esta peli se encarga de proyectar lo más fielmente posible un período de Chile, período, por cierto, que vivieron la mayoría de los países latinoamericanos. Para no hacer de ésta una tesis histórica prefiero sintetizar el argumento.
Machuca representa un triple enlace: muchacho de los suburbios/chica de los suburbios/muchacho de las clases acomodadas. La chica actúa metafóricamnente como ese frágil puente que pareció unir ambos mundos mediante esos besos de leche condensada y su rol en la trama, como así también el desenlace de la muchacha, sitúa a nivel simbólico su existencia en la peli.
No hay nubes rosas, de los viejos ideales de la revolución francesa, perpetrados por el padre Mc Enroe, Machuca elabora una pastilla ácida para que la digieran los más fuertes: esa cámara parece no filmar, más bien testificar a ese monstruo de dos cabezas que termina por convertirse en un enorme cíclope con traje militar que lo observa todo desde su ojo omnipotente.
Recomendable, definitivamente recomendable.
Esta película está dedicada a la memoria del presbítero católico Gerardo Whelan, c.s.c., es decir perteneciente a la Congregación de la Santa Cruz (reflejado en la cinta como Father McEnroe e interpretado por Ernesto Malbrán), quien fue rector del Colegio Saint George en la capital Santiago de Chile, entre los años 1969 y 1973, hasta el golpe de Estado del general Pinochet, momento de violencia y terror en que fue destituido de su rectoría por la fuerza de las armas militares.
En el fondo el film refleja la polarización social que hervía en Chile a principios de los años setenta del s. XX y como en medio de tales circunstancias siempre se hallan hombres nobles de mente y corazón, en este caso el citado sacerdote Whelan (a cargo de la dirección de un colegio católico donde acostumbraban a educarse los niños de las familias ricas y poderosas de la capital chilena). Whelan era de ese tipo de hombres de mente abierta, justa y con prospectiva, que cuando en una sociedad se dan las demonizaciones de los contrarios, de aquellos que no pertenecen al propio status, partido, cosmovisión o clase social, intentan la conciliación de ambas partes, hacerlos convivir fraternalmente con el fin de comprenderse humana y humanistamente y así respetarse las características que les diferencian sin indignidad. Esto hacía el presbítero McEnroe, allá por 1973 en la capital chilena, pero entonces ciertos padres de alumnos empezaron por los mismo a tacharlo de cura rojo , comunista o socialista —¡qué reduccionismo tan ignorante cuando se confunde a Jesús de Nazaret o a cualquiera de sus seguidores de la época contemporánea, por actuar con misericordia, justicia o humanidad, con términos tan politiqueros y desviados como rojo, comunista o socialista !—.
El film de Andrés Wood analiza todos estos factores y otros muchos más (de manera sencilla, crítica y sociológica), por medio de los ojos de un niño de clase acomodada, Gonzalo Infante (Matías Quer) y otro procedente de un barrio chabolista, Pedro Machuca (Ariel Mateluna), quienes a pesar de sus distintos escalafones sociales son colocados por el rector Father McEnroe en pupitres cercanos dentro del colegio, lo cual hace que entablen una relación de amistad que va más allá de las aulas.
Fej Delvahe