Lula, o Filho do Brasil (Lula, el hijo de Brasil)
Sinopsis de la película
En 1945, en la jungla del Pernambuco, Dona Lindu dio a luz a su séptimo hijo, Luiz Inácio da Silva, a quien le puso el apodo de Lula. En los setenta, el camino de Lula fue sometido a grandes transformaciones personales y profresionales. Gracias a su desempeño como lider de sindicato, Lula se transformó en el nuevo pilar político de la localidad. Dona Lindu entonces se dio cuenta de que el su hijo se convertiria en alguien importante y que tendria una profesión. Lula, el hijo de Brazil, cuenta la historia de la familia Silva y la historia de otras más familias Silva de Brasil.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lula, o Filho do Brasil
- Año: 2009
- Duración: 130
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Opinión de la crítica
6.2
78 valoraciones en total
Algunos esperaban ver el relato de la heroica vida de un contemporáneo prócer latinoamericano. Otros esperaban la desmitificación del afamado y ultrapopular presidente de Brasil. Lula, el hijo de Brasil no muestra ninguna de esas cosas. Sólo nos revela la difícil vida de un niño pobre de Pernambuco, las adversidades por las que transita y su posterior éxito como síndico.
La película no incurre en los años de su presidencia del Brasil, en los que obtuvo los mayores reconocimientos a lo largo de todo el mundo, gracias a los esfuerzos que dedicó a combatir contra la pobreza, la injusticia y la inequidad social.
Lula Da Silva será ineludiblemente recordado a lo largo de la historia. Lula, el hijo de Brasil , no tanto.
No todas las biografías de políticos llevadas al cine, siempre salen aplaudidas. Las razones son múltiples. Sin embargo, films como Invictus sobre la vida de Mandela, es diferente. Y digo distinta, porque la historia muy pocas veces perdona a aquellos que fueron elegidos por el pueblo para gobernar un país y además con carisma.
El cine está lleno de ejemplos. Ahora, hay que saber diferenciar estos tópicos del cine político. El cine político en la más estricta semanticidad del término, se refiere a las películas políticas que no ocultan su postura política. Esto no significa que sean necesariamente propaganda. De todas formas, en el festival de cine de Lima del año pasado, se exhibió fuera de concurso: Lula: el hijo de Brasil, del cineasta Fabio Barreto.
Perteneciente a la saga familiar más distinguida del cine brasileiro, el también autor de El cuarteto (O Quatrilho) vio truncadas sus esperanzas de ver su estreno mundial. Barreto, de 52 años, es hijo del conocido productor Luiz Carlos Barreto y hermano de Bruno Barreto, recordado en nuestro medio por su famosa película Doña Flor y sus dos maridos .
La película que hoy nos ocupa, está inspirada en la vida del ex mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. La historia nos muestra a ese hombre que tuvo un padre borracho que pegaba a su madre, que fue limpiabotas, vendedor de naranjas y cacahuetes, que perdió un dedo como mecánico tornero y se hizo líder sindical antes de convertirse en admirado líder político.
Con tono melodramático, el film es una crónica desprovista de artilugios. La leyenda parte de 1945 y las etapas del film (la vida de niño, adolescente y adulto del ex presidente brasilero), describen una historia (de exceso metraje quizás), cargada de sinceridad y sencillez. Con base en lo anterior, su director Fabio Barreto se centra más en la gran tragedia de la vida del ex mandatario Lula. Entre ellas, la muerte de su primera esposa y del hijo que esperaba durante el parto. Además, la película revela a un hombre más pragmático, si se quiere, que de izquierdas, aunque el film toca muy tangencialmente asuntos políticos.
Con destacadas actuaciones de Rui Ricardo Díaz como Lula y la reconocida actriz Gloria Pires como Doña Lindu, encabezan un reparto de la película más cara de la historia de Brasil. No obstante, conocedores del tema sostienen que la película acaba cuando debería relatar cómo el político, sin estudios, consiguió, tras cuatro intentos, llegar a la cumbre del poder en Brasil y ser admirado por todo el mundo.
Con una puesta en escena impecable, notable dirección de arte y el montaje prolijamente cuidado, esta biopic del carismático lider brasilero termina siendo un proyecto absolutamente panfletario para idealizar aún más la imagen de héroe, en pleno contexto electoral. La historia se centra en la relación con su amada madre y la influencia de esta santa mujer en la vida de su hijo. Plagada de situaciones que apelan a conmover los sentimientos del espectador, deja de lado muchos aspectos políticos para focalizarse en la intachable humanidad del hoy mandatario, sin ningún tipo de fisuras, ni ambivalencias. La vida de Lula es apasionante, su gestión admirable, pero la película las desperdicia en su intento de fascinar y manipular a las masas.
Para los que sentimos cierta admiración por este personaje público, político, tornero con diploma de presidente brasilero, las expectativas generadas por un film que narre su infancia y juventud son grandes. El arte cinematográfico puede ser un elemento de búsqueda de sentido, de exploración del por qué y del cómo de las cosas. Desde el vamos, recorrer los orígenes de un líder cuya vida sabemos tiene tintes épicos, suena muy atractivo. De todas formas, para alguien que se desentusiasma rápido de los primeros vislumbres, es normal ir al cine con ciertos recaudos. Tener en cuenta que la película está basada en la biografía que el mismo Lula autorizó, que el protagonista está vivo, apoyando a su sucesora presidencial, por mas que se lo admire, respete o lo que se quiera, corta un poco ese halo de heroísmo que solemos darle a estas personas tiempo despues de su paso por el mundo.
El período contado es el que va desde su nacimiento en el seno de una familia muy humilde, numerosa, de padre ausente y sostenida por su madre, quien es el hilo narrativo hasta que muere sabiendo que su hijo es un lider sindical aunque ignorando un destino aún mayor. Para el que leyó algo sobre su vida las situaciones con las que se enfrenta el ahora personaje cinematográfico no sorprenden, como suele pasar al ver esta clase de films, lo cual no le resta valor a los demás ingredientes. La realización general, los escenarios y las actuaciones hacen en conjunto una buena pieza. El joven Lula es interpretado por Rui Ricardo Diaz -que según refieren los títulos hace su presentación- quien logra sacar los gestos mas distintivos de Lula al hablar o al emocionarse, ademas de que cierto parecido físico lo ayuda a hacer un buen papel (uno se imagina que luego de tamaña presentación, es probable que le pase lo que a varios actores, no poder despegar su imagen del personaje que lo hizo conocido). La otra protagonista es Glória Pires en la piel de la madre amorosa pero fuerte como un roble. Esta actriz brasilera es muy conocida por sus telenovelas y llegada a un período de madurez puede decirse que es lo mejor del film, con su rol logra el objetivo de interpretar la entereza, los valores y la dignidad que guían a Lula durante la trama.
En cuanto a lo narrado, llaman la atención dos cosas: no se menciona a la madre de su primera hija (historia alrededor de la cual Collor de Melo le arrebató varios votos en 1989) y no se hace demasiado hincapié en lo ideológico de su lucha política. Sobre esto último, se muestra a un Lula adentrado en el activismo sindical mas por una necesidad de distraer su mente tras la trágica muerte de su esposa embarazada, que por un visceral interés e identificación con las luchas obreras. Pareciera que su carisma y dotes de líder lo pusieron en ese lugar y que él aceptó encabezar una pelea justa pero no tan propia.
En conclusión, hay que verla como lo que es. Una historia de vida, algo edulcorada, de un personaje de suma importancia para la política contemporánea pero que bien podría ser la de cualquier persona que nació en circunstancias adversas y logró sus objetivos. Como ya referimos, lo atractivo de la biografía de Lula es la parte del por qué y del cómo un chico pobre y con poca educación formal llegó a la presidencia de su país pero justamente esa es una respuesta que no debe esperarse de esta película (y está bien).