Loving Vincent
Sinopsis de la película
Año 1891. Un año después de la muerte de Vincent van Gogh, el cartero Roulin le pide a su hijo Armand que entregue personalmente la última carta de Van Gogh a su hermano, Theo, después de que sus intentos previos de enviársela hubieran fallado. A pesar de no haber apreciado a Van Gogh y recordar el incidente cuando el fallecido se mutiló su oreja y se la dio a una prostituta, Armand acepta con disgusto debido al afecto de su padre por el pintor…
Primer largometraje compuesto por pinturas animadas, Loving Vincent es un film homenaje a Van Gogh en el que cada fotograma es un cuadro pintado sobre óleo, tal y como el propio Vincent lo hubiera pintado. Sus 80 minutos de duración están compuestos por 56.800 fotogramas que han sido pintados, uno a uno, por una gran cantidad de excelentes pintores a lo largo de varios años, todos inspirándose en el estilo y arte magistral de Van Gogh.
Detalles de la película
- Titulo Original: Loving Vincent
- Año: 2017
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
7.4
62 valoraciones en total
Un bonito golpe de originalidad, en la época en que la animación por ordenador lo domina todo.
Las pinturas de Van Gogh cobraban vida y nos permitían adentrarnos en su visión colorista y extraña del mundo: las barcas en el río, las casas del pueblo, los cuervos surgiendo del sembrado, la noche estrellada, pero también las personas que lo conocieron y que el pintor inmortalizó en sus numerosos retratos.
Al no conocer previamente el reparto, para mí fue una grata sorpresa ver surgir entre las pinturas a Saoirse Ronan en el papel de Marguerite y a Jerome Flynn como el Doctor Gachet, un personaje crucial cuyo testimonio, con buen criterio, se dejaba para el final.
Pero más allá del alarde técnico, que no puede ser más didáctico sobre la obra del pintor, también contaba una interesante historia, la de Van Gogh en Auvers: su desequilibrio, el desprecio de mucha gente, el cariño con que lo recordaba Adeline, la chica del hotel, sus amistades poco recomendables, como la del oscuro René, un posible amor, el de Marguerite, la estrecha relación con el enigmático Doctor Gachet, quien pudo envidiar su arte, un suicidio envuelto en extrañas circunstancias…pero sobre todo su pasión por la pintura, que le llevaba a continuar su trabajo bajo la lluvia.
El empeño de Armand Roulin por entregar una carta póstuma se convertía poco a poco en una investigación criminal, donde todas las dudas sobre la muerte del pintor salían a la luz.
Vivió mantenido por su hermano y no por su arte. Quien le iba a decir que en 1990 su retrato del doctor Gachet, la expresión desencantada de nuestro tiempo según el artista, sería comprado por un japonés por 82 millones de dólares.
Después de dos años y medio como usuario de Filmaffinity, voy a hacer mi primera crítica. Si bien muchas películas pudieron tentarme a hacerlo antes, ninguna me pudo convencer lo suficiente como lo hizo Loving Vincent , que trás salir de la sala, ya sabía que tenía que escribir una crítica sobre el film.
No vale la pena hablar a fondo sobre la estética impresionante de esta película porque ya esta todo dicho y se cae de madura lo original y bien lograda que está, siendo el motor principal de toda la película. En lugar de esto, prefiero hablar de la mirada de la película sobre Vincent Van Gogh.
La historia se ubica en Auvers, posterior a la muerte del pintor, siendo contada a través de los relatos de los habitantes de este pueblo, siendo tanto criticado como alabado. De esta forma, presentan a Vincent como alguien que solo quería encajar (nunca dejando de ser auténtico) dentro de un mundo que no lo entendía, ni en su familia (sacando a su fiel hermano Theo), ni en París con sus contemporaneos artistas, ni en Arlés, y tampoco dentro de Auvers. Roulin, al igual que el espectador de la película, poco a poco va empezando a comprender y amar a la figura del artista, pudiendo ver cada estrato de él.
Tras su misteriosa muerte, lo único que queda dentro de las personas que lo querían es lamento. Lamento por su muerte, lamento por no poder evitarla, lamento por no poder acercase más a él, lamento por la perdida de un artista de tal mágnitud.
Trás su muerte, Van Gogh logró un reconocimiento muy grande, siendo hoy uno de los artistas más reconocidos. Esta película, es otra carta de amor, y recomiendo fervientemente que la vean.
He puntuado con 7 esta película a pesar de que para mí en realidad estaría entre 5 y 6. Hay una causa…
Por un lado siento una gran alegría de ver una obra cinematográfica con el deseo de ser digna de llamarse arte, aunque en mi opinión esta no lo es al final por motivos que explico a continuación. Pero hay una voluntad de crear algo diferente, de innovar en lo visual, de abrir nuevos campos. Y lo hace desde el amor al cine y a las artes plásticas, se nota, eso lo percibe cualquier espectador que haya visto muchas películas de diferentes épocas. Y esto, es algo muy celebrable hoy día. Porque la inmensa mayoría de los productos que nos ponen en las pantallas sólo persiguen el aplauso fácil, el bolsillo lleno, y si acaso entretener un poco… A veces no consiguen ni eso…
Pero por otra parte, esta el tema del guión, una de las mayores lacras del cine moderno. La casi desaparición de la figura del GUIONISTA de la industria cinematográfica, sustituida por la del AUTOR (director que cree saber escribir guiones) está siendo demoledora. Antes, un gran director tenía una idea, un proyecto. Se contrataba a un guionista que ponía todo su arte y oficio en la escritura, y con esa herramienta fundamental, el buen director le daba vuelo, añadía todo su talento, y salían un buen puñado de grandes películas cada año, varias de ellas obras maestras. Ahora parece que los guionistas no existen… La hybris de los autores… Sin tocar el tema de que la mayoría de los directores actuales no alcanzan ni de lejos al talento de otros a los que me he referido, pero ese es otro tema.
Y es lo que pasa aquí. Una película gratificante, casi primorosa visualmente. Con chispazos renovadores, con una pasión en el trabajo que se percibe desde la butaca. Pero sostenida sobre un guión débil, una historia mal configurada en cuanto a conflictos, ritmos y desarrollo de la acción y los personajes… Y el resultado es que uno se queda a medias…
Aún así, gracias por permitirme ver algo nuevo, algo que me ha permitido (aunque sólo fuera en los minutos iniciales) recuperar la ilusión por el cine como arte. Y por favor, si algún PRODUCTOR lee esta página y en algún momento lee esta crítica: vuelvan a contratar GUIONISTAS para trabajar en los proyectos que les presenten, y dejen de permitir que los todos los directores se crean genios del guión y Leonardos Da Vincis del Cine. Salvo que estemos ante un Billy Wilder (que aún así se apoyaba en Diamond), los guiones para los guionistas.
Loving Vincent rápidamente marca una pauta en el mundo de la animación pues se trata de la primera película en usar la pintura sobre oleo como fotograma para reproducir imágenes en movimiento, así pues son aproximadamente 56,800 fotogramas que han sido pintados conservando la esencia y estilo artístico que formarían la carrera de Vincent Van Gogh, por este motivo Loving Vincent es una experiencia visual única que mezcla la pintura y el cine para sentar un nuevo precedente en la técnica de la animación, y el viaje es sin duda bello y placentero.
Pero las cualidades de Loving Vincent no se terminan en su aspecto estético (que no deja de ser muy aplaudible) sino que también se desmarca como un biopic trascendente acerca del ilustre pintor, el cual poco tiene que ver con la interesante Lust for life, aquel retrato de Van Gogh realizado por Vincente Minnelli y protagonizado por Kirk Douglas, pues aquí la perspectiva es totalmente distinta, siendo los testimonios de las personas que vivían a su alrededor los que trazan el rompecabezas acerca del artista y su misteriosa muerte, haciendo que el trazo sea más complejo y detallista, conjugado con una narrativa que tiene como principal arma a un flashback que se evoca en pantalla en un hermoso blanco y negro para hacer contraste entre los tiempos narrativos.
La directora Dorota Kobiela no oculta su cariño por el pintor, pues Loving Vincent es una doble carta de amor a Van Gogh, la primera es la que homenajea su trabajo usando la misma técnica que en sus pinturas mientras que en la segunda ya en el guion reivindica una figura controvertida dejándonos en el plato tanto al artista como al hombre, el genio detrás de esas obras maestras, como al presunto maniático que atento contra su vida, y esta doble carta de verdad que emociona por ambos lados.
Humana, poética, sincera, nostálgica, Loving Vincent es claramente el filme animado del año, una joyita que juega con la imagen como con la narrativa para convertirse en un biopic diferente y trascendente.
El ingenio de los directores Dorota Lobiela y Hugh Welchman se unió al talento de 125 dibujantes para dar forma a una de las películas más artísticas del año. La cinta se promueve a sí misma como la primera realizada completamente a base de pinturas a mano, ya que cada uno de los 63,000 cuadros que la componen fue pintado al óleo imitando el estilo de Van Gogh. Así, el resultado de seis años de arduo trabajo solo puede ser calificado con una palabra: impresionante.
Con una animación 100% a base de pinturas en óleo, la cinta cuenta la historia de Armand Roulin, el hijo de un cartero que llegó a ser amigo íntimo de Vincent van Gogh y quien, un año después de la muerte del pintor, ha recibido de su padre el encargo de entregar la última carta que el artista escribió a Theo, su querido hermano. La travesía de Armand lo llevará a descubrir lugares y gente que fueron claves en la vida del holandés, revelando misterios acerca de su atormentada vida y planteando incógnitas acerca de su misterioso suicidio.
Con una narrativa bastante parecida a la utilizada en Citizen Kane, el público acompañará a Armand en sus investigaciones acerca de la vida y muerte del mítico pintor, los cuales si bien en un principio le eran bastante indiferentes, al final terminarán haciendo que tanto el protagonista como el espectador que lo acompañó durante 94 minutos de magia artística terminen fascinados con la vida y obra del holandés. De esta forma, más que una película animada, Loving Vincent es un tributo a un artista de quien, aunque sus cuadros son conocidos por todos, solo unos cuantos saben acerca de su historia.
Entre los actores que prestaron sus rostros y voces para dar vida a los óleos que conforman la película se encuentran Douglas Booth (Noah, Jupiter Ascending), Saoirse Ronan (Atonement, Brooklyn), Jerome Flynn (de la serie Game of Thrones) y Eleanor Tomlinson (The Illusionist, Alice in Wonderland) quienes encarnan a Armand Roulin, Marguerite Gachet, Paul Gachet y Louise Chevalier personajes que, junto con el resto que aparecen en la cinta, fueron alguna vez retratados por el artista. Mientras tanto, un desconocido Robert Gulaczyk es quien da vida a un Vincent van Gogh que aparece siempre en flashbacks a blanco y negro, como un recuerdo, como un fantasma cuya presencia se siente durante todo el filme.
Es así como, a pesar de pudieran encontrarse algunos fallos en el argumento policíaco de la cinta, la realidad es que el espectador quedará fascinado al ver una auténtica obra de arte en movimiento, con pinturas que serán suficientes para involucrarlo en la historia y dejarle un excelente sabor de boca. Sin lugar a dudas, trabajos atrevidos e innovadores como el de la polaca y el británico se agradecen por ofrecer una apuesta distinta para el público cinéfilo ávido de nuevas propuestas de calidad, sobre todo cuando los resultados son tan brillantes. Sin lugar a dudas, es una película que nadie se puede perder.
Calificación: TÚ DECIDES.
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