Love Eternal
Sinopsis de la película
La vida de Ian ha estado marcada por la muerte. Siendo niño, vio morir a su padre y también halló el cuerpo de una compañera de clase que se había suicidado. Ya adulto, e incapaz de comprender el comportamiento humano, empezará a relacionarse con los cuerpos de personas ya fallecidas. Adaptación de la novela In Love With The Dead de Kei Oishi, Love Eternal trata de forma original y cuidadosa la espinosa idea del contacto entre vivos y muertos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Love Eternal
- Año: 2013
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
5.9
86 valoraciones en total
Buscar a alguien a quien amar, da igual su estado corporal o anímico.
Aún estoy un poco aturdida, mareada cavilando y reflexionando sobre el personaje en cuestión, un apasionado de la muerte y todos sus entresijos que desea observarla de cerca e intimar con ella a través de la experiencia de los otros, nunca la suya propia, como ir a restaurantes y sentarse a degustar el placer de los comensales comiendo, nunca pidiendo menú ni solicitando la carta.
Y lo intentó, tuvo planes escogidos de día y hora, momento clave de llevar a cabo su marcado plan for mortem pero, fue más la curiosidad de ojear los efectos en cuerpo ajeno, más esa protección de simpatizar y fraternizar con quien no puede protestar ni rechazarte pues su voluntad se dio a la fuga tras la decisión de ingerir las pastillas.
¿Por qué hacer nada, cuando nada te mueve a levantarte, vestirte y salir a la calle?, ¿qué queda?, ¿la opción de la muerte o una angustiosa vida de martirio incesante?, cuando llega el vacío, la nulidad por las cosas, inapetencia por las personas, desgana por la luz del sol, seducción por la impenetrable oscuridad sin retorno, ¿como se detiene?, ¿cómo se frena?, ¿cómo se evita la factible caída?
Robert de Hoog como solitario individuo que nada puede, que todo le vence, desabrido y sin motivación por su existencia, un fallo dentro del género humano hasta que encuentra su motor de arranque para moverse y seguir resistiendo, ese conocimiento y contacto con quien parte al más allá, facilidad y placer -incluido la gota de sadismo- de acompañar en su último instante para poder establecer una pequeña, breve pero querida socialización con el sujeto en cuestión, bellas mujeres que por siempre le recordarán esa persona del pasado con quien sí tuvo contacto real.
Pero se escapó, como todo lo habido en su recorrido, se le escurre de las manos excepto aquellos cuerpos inmóviles e inertes que nunca más, por si mismos, podrán elegir o decidir, degeneración de quien es observador, en trance, nunca participante pues cuando se atrevió a jugar perdió de forma cruel, inexplicable y dolorosa.
Brendan Muldowney ofrece una lograda estética y cuidada versión del libro In love with de dead de Kei Oishi, que augura mirada inquisidora por averiguar los propósitos y andanzas de un ser insondable que provoca un conglomerado de por qués a los que será difícil hallar respuesta, lánguido, fúnebre, inconexo y enigmático oferta un progreso en su actitud desde su oclusivo encerramiento voluntario al arduo despertar, inquietante y agónico de quien tropieza de nuevo con un ser vivo con quien encajar y querer estar, donde todos los nublados por qués, sin razón de existir más que el abandono, escondite y la huida adquieren fuerza y consistencia por volver a emerger y estar.
La cinta es melancólica y afligida, al tiempo que es un canto por la vida y la búsqueda de sonrisa y felicidad, macabra por minutos, desapacible por otros, indescifrable y llamativa crea expectación por su rareza de argumento que juega con el final de la vida con suavidad de roce, con cariño de presencia, con afecto de interacción, y con la continuación de la misma con esa indagadora visión de quien no entiende por qué resulta tan fácil para el resto y tan duro y sin sentido para él.
Personaje especial, que no sabía que lo era, y que se creía mediocre cuando eso era lo único que no era, desvinculada significación de quien une lazos esperpénticos y desquiciados hasta que llega la oportunidad de que éstos sean sanos, verdaderos y humanos, perturbación obserbada con sosiego, calma y lentitud pues no hay prisa, hay tiempo para escoger con calma a la siguiente víctima.
No es para público generalizado, conocedores de la obra estarán contentos por la simbiosis personal presentada con creatividad, respeto y acierto, intimista en el desconcierto de quien es león de montaña y no puede vivir con los humanos, aún queriendo, hasta descubrir, en su progreso de renunciar a convivir con cadáveres, que sí puede, más aún queriéndolo.
Es diferente, en el buen sentido o en todo lo contrario, su percepción no te deja al margen, o cala o apesadumbra, o seduce o descompone, el inicio es de grata recepción por saber más de él, después, el camino que toma esta producción irlandesa, hace que te cuestiones si es de tu estilo o queda lejos de lograr mantener y eclipsar tu interés aunque, para ello, no queda otra que verlo en su desenvoltura.
¿Por qué hacerlo?, ¿por qué hacer nada?, yo ya tengo mi respuesta, busca tú la tuya.
Love eternal. amor eterno ¡cómo para no serlo!
Lo mejor, su clima intimista y su fabricado personaje.
Lo peor, el tema no abre cómodo apetito.
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
La vida de Ian ha estado íntimamente relacionada con la muerte desde su niñez, al ver morir a su padre y a una compañera de escuela. Ya adulto, le resultará imposible entender el comportamiento humano. Ahogado en si mismo, tratará de encontrar su propio camino en la vida en intima relación con la necrofilia.
El inicio floral, al igual que el final nos descoloca y a la vez nos recuerda que la película es una adaptación de la novela japonesa Kei Oishi con el título original In love with the dead. Como desvela el título de la novela, el film trata como motivo principal la relación de Ian con la muerte en un estado de amor puro que escapa a lo que los seres humanos normales estamos acostumbrados a entender como amor.
El objeto principal del film es precisamente mostrar la evolución del personaje principal, haciendo un seguimiento de su vida y de su manera de interpretarla al más puro estilo Hikikomori, con la única referencia de un libro heredado y creado por su propia madre como biblia personal para el personaje.
El director Brendan Muldowny logra la fluidez de la narrativa en los noventa y cuatro minutos de metraje gracias a la magnífica y clara fotografía de Tom Comerford meritorio en un relato tan negro como este y de la peculiar banda sonora firmada por Bart Westerlaken, en una demostración continua de cómo potenciar momentos de autentica sátira y humor negro, con canciones que disfrutaremos e incluso tararearemos en la sala.
Momento de hablar del casting, reducido principalmente en cuatro papeles, tres de ellos femeninos, interpretados por Amanda Ryan, Emma Eliza y Pollyanna McIntosh de la que esperábamos mucho más protagonismo, pero que al igual que sus dos compañeras de reparto aparece escasos minutos, tomando todo el protagonismo y peso de la historia el actor Robert de Hoog que de menos a más va logrando una convincente interpretación en un depresivo personaje que juguetea continuamente con acabar con todo.
El momento más crítico lo encontramos en el final, bien cerrado en cuanto a definición y argumento, dando una posición clara por primera vez en toda la película al personaje de Ian, pero no por esto, exento de discusión entre el público más avieso.
Si queréis disfrutar de un drama Irlandés, lleno de momentos enigmáticos de humor negro con aroma a muerte, no dejéis escapar esta peculiar manera de amar. Por otro lado si pretendéis encontrar escenas duras o gore, que no os engañe el argumento, aquí no las encontraréis.
http://www.terrorweekend.com/2013/10/love-eternal-review.html