Los siete espartanos (7 espartanos)
Sinopsis de la película
Darío regresa a Esparta después de haber alcanzado la libertad por su valentía en una lucha, como gladiador en el circo romano. Al llegar a Esparta descubre que su padre ha sido asesinado por Hiarbaa. Este quiere asesinar también a Darío para afianzarse en el poder y casarse con Aglaia, prometida de Darío e hija de Milone…
Detalles de la película
- Titulo Original: I sette gladiatori (7 espartanos) aka
- Año: 1962
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
4.1
72 valoraciones en total
Con tanta ingenuidad como buena intención, P. Lazaga nos presenta una producción que se caracteriza por su escasa capacidad de fabulación y por su excesivo talante maniqueo.
La película resulta poco creíble, su ritmo tiende a la irregularidad y la ambientación presenta algunos desfases que no contribuyen al buen fin de la obra.
Todo en ella denota una línea sinuosa y respira un notable tufillo de impostura.
No se puede negar que la historia posee interés pero el guión apenas es capaz de despertar la curiosidad del patio de butacas a pesar del dramatismo intrínseco de la trama.
Muy adecuada, en cambio, resulta la selección de algunos exteriores para el rodaje.
Llena de una bizarría digna de elogiar en una época en que España e Italia combatían contra gigantes como EEUU en esto del mundillo del cine, Pedro Lazaga, hombre ibérico con un buen par y con cientos de películas a sus espaldas (Abuelo Made in Spain y un puñado más con Paco Martínez Soria y Alfredo Landa) se lanzó a dirigir esta epopeya como un guiño u homenaje a la reciente estrenada Los Siete Magníficos (1960). Pero en un alarde de valentía e intrepidez, italianos y españoles apostaron por hacer un péplum. Un género este que comenzaba a declinar en Hollywood pero que en Europa seguía en boga, tanto, que se hicieron cientos de spaghetti peplum. De esta forma, y sin faltar a la cita de poner un nombre internacional, se eligió como protagonista al prolífico Richard Harrison (Los Violentos de Texas) en una manera de decir que iban en serio… A pesar de que la película es un contínuo mar de risas, y no lo digo porque nos haga reír de mala que es. Es aquí donde destaca, porque dentro de ese bajo presupuesto, guión fuera de contexto histórico (o sin contexto) y simple desarrollo, se coloca en la cima de las películas de serie B, o malas, como deseen llamarlas.
Además, la alegría con la que está hecha y las ganas que le pone el reparto merece un pequeño aplauso. Y esa valentía de hacer algo que superaba a las productoras hispano-italianas era algo digno de ver, fuera cual fuera el resultado. Sí, es mala. Pero me ha caído en gracia este grupete de la muerte que ha reunido Pedro Lazaga y todos esos productores italianos faltos de cash suficiente para hacer una obra inmortal. Pero está ahí, que es lo que cuenta, aunque sea poco.