Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 1
Sinopsis de la película
Katniss Everdeen se encuentra en el Distrito 13 después de destrozar los Juegos para siempre. Bajo el liderazgo de la comandante Coin y el consejo de sus amigos más leales, Katniss extiende sus alas mientras lucha por salvar a Peeta Mellark y a una nación alentada por su valentía… Tercera y última entrega de la saga literaria Los juegos del hambre de Suzanne Collins, que se divide en dos películas.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Hunger Games: Mockingjay - Part I aka
- Año: 2014
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
5.6
27 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Donald Sutherland
- Donna Biscoe
- Elden Henson
- Elizabeth Banks
- Evan Ross
- Jeffrey Wright
- Jena Malone
- Jennifer Lawrence
- Josh Hutcherson
- Julianne Moore
- Liam Hemsworth
- Mahershala Ali
- Michael Garza
- Natalie Dormer
- Nicholas Pryor
- Patina Miller
- Paula Malcomson
- Philip Seymour Hoffman
- Robert Knepper
- Sam Claflin
- Sarita Choudhury
- Stanley Tucci
- Stef Dawson
- Wes Chatham
- Willow Shields
- Woody Harrelson
Es curioso. Fui a ver esta película en sesión golfa justo el día de su estreno por puro aburrimiento, por no tener nada mejor que hacer. Y también con la intención de desconectar el cerebro de la cruda realidad que, a fin de cuentas, es la excusa que siempre utilizo para ventilarme una película de ciencia-ficción. Pensé que siendo las tantas (y siendo viernes) no habría ni cristo en la sala, que todos los adolescentes estarían de botellón, todos mis congéneres adultos en los bares y todas las venerables familias sobando a pierna suelta. Error. Me presenté al cine media hora antes y no pude escoger lo que yo llamo mi lugar perfecto en la sala pues ya había un ejército de excitados teenagers invadiendo el Cinesa Diagonal de Barcelona. Entre esto y que fui solo a ver la peli me sentí extremadamente viejo (rozo los 40) y objeto de miradas y expresiones como diciendo ¿Qué pinta este tío aquí si The Hunger Games es PARA nosotr@s? . Tranquilos todos, mis pequeños saltamontes, que afortunadamente esta saga no es la deleznable Crepúsculo. Es una saga que respeto (o respetaba) por el simple hecho de que entretiene (o entretenía) y es de una factura técnica más que correcta (aquí no voy a usar ningún pretérito).
No voy a mencionar el grado de fidelidad con la serie literaria básicamente porque no me he leído nada de The Hunger Games (y Dios me libre jamás de abrir uno solo de estos libros) pero si admito que, a pesar de no haberlo hecho, me gustaron las dos primeras entregas de la saga. Se me antojaron un saludable entretenimiento visual, con un buen ritmo narrativo y una idea bien concebida que me recordaba en cierto modo a The Running Man de Schwarzenegger (que es mala de cojones, dicho sea de paso) con algunas pinceladas de Starship Troopers y The Truman Show . De trasfondos políticos mejor no hablar porque son absolutamente de chichinabo y buscar paralelismos con alguna de las inujstas sociedades de nuestra realidad contemporánea tiene tanto mérito como soltar a los cuatro vientos que en Star Wars se enfrentan el bien y el mal (el mal gusto de George Lucas, pero eso es otra historia). The Hunger Games persigue la meta de entretener. Punto.
Dicho esto, Sinsajo: parte I se aparta totalemte de sus dos predecesoras, que tuvieron el mérito de atraer a un cuasi-cuarentón como yo y hacer que saliera de la sala con cierto grado de satisfacción. Si las dos entregas anteriores entretenían (lo reitero), esta tercera parte es, simple y llanamente, un enorme y suntuoso montón de…NADA. Un peñazo indigerible con un ritmo narrativo que ríase usted de las torturas en Guantánamo. Contemplar durante 123 minutos el rostro mofletudo de Jennifer Lawrence con esa perenne expresión de úlcera y sus ojillos de roedor en constante estado lacrimógeno es algo del todo insoportable. Encima la vemos vestida con un espantoso mono de operario de Fecsa, sin maquillaje y con unos pelos más propios de una prostituta albano-kosovar en horas bajas que de una heroína revolucionaria pseudo-élfica. Me da igual que DEBA salir así por exigencias del guión (o de Suzanne Collins). Uno se harta hasta decir basta de verla constantemente chupando plano y poniendo esa cara de sufrimiento y tristeza infinitos. ¿Los demás personajes? Vacuos, planos, irrisorios. Philip Seymour Hoffman, menudo epílogo le has puesto a tu vida, colega. Qué triste despedida la tuya. ¿La trama de la película? Ni idea. Yo solo veía a Jennifer Lawrence. Ahora lloro, ahora disparo flechas, ahora voy al retrete, ahora le caliento el miembro a Gale mientras pienso en cepillarme al pobre Peeta (¿o era al revés?), ahora me deprimo, ahora molesto a mi gato con la linterna mientras me deprimo otra vez….y así hasta el infinito, con la cámara siempre orbitando alrededor de su cabecita y sus abultadas facciones. Suerte que en la cuarta entrega nos esperan ingentes dosis de épica y acción que sin duda redimirán el mal hacer del director en esta primera entrega…¿verdad?
Las quinceañeras que pensaban llorar como magdalenas con su heroína y dar grititos con el tío bueno de turno van a tener que ponerse las pilas porque Los Juegos del Hambre: Sinsajo quiere reivindicar su puesto entre las pelis profundas (vale, vale, no tanto) y ahondar en la parte política y social que supone una revuelta a gran escala por la libertad. Sí, esa libertad que chillaba a grito pelao William Wallace mientras los grandes señores se lo montaban con sus esposas, aunque esta vez viene de la mano de una jovencita llamada Katniss (Jeniffer Lawrence) que, al igual que Wallace al principio, sólo quería que la dejaran en paz.
Pero la opresión siempre acaba por hacer estallar la válvula de la olla a presión y al final se ve inmersa (o más bien zarandeada) en el puchero de la revolución y la guerra. Con historia de amor, para deleite de las jovencitas, y con muerte, explosiones y destrucción para todos los demás.
Y de hecho, hay muuucho de eso en esta película. Sí, sigue teniendo el toque sensiblero, pero es que Jeniffer Lawrence es la que mantiene el ritmo de la película con su cara de perpetua incomodidad y su cada vez más latente desequilibrio mental, y esta vez lo hace, no en medio de idílicos (aunque prohibidos) bosques, ni en medio de fastuosas fiestas, sino a través de mucho politiqueo, efectos especiales y guerra de guerrillas. Vale, esta vez un famélico Peeta (Josh Hutcherson) tiene más protagonismo. Por fin. Pero no se permite chupar cámara a nadie más. Bueno, un poco a Julianne Moore (en el papel de la Presidenta Alma Coin del Distrito 13), pero a ver quién es el guapo que le dice que a esa que no hable.
[…]
Fragmento extraído de http://www.generacionfriki.es
Basta de este tipo de introducciones a grandes desenlaces que nos dejan con sabor a poco. Parece una completa resignación por parte de los productores el pretender llevar a cabo una buena película si la historia es larga. O tal vez el afán de seguir facturando en los cines sabiendo que es una de las entregas mas esperadas. ( Prefiero no creer eso)
Tranquilamente estos 125 minutos podrían haber sido 40 de una sola entrega final. Pero no. Si bien se nos plantea un escenario diferente al de los juegos, es un escenario carente de lucidez e insípido, dónde sin haber grandes escenas de acción, se espera al menos poder ver el desarrollo de personajes que potencialmente tenían mucho jugo como Gale o Haymitch. Y aún así, pasan sin penas ni gloria y con palabras que se las pueden contar con los dedos de las manos. (Es imposible que hayan tenido problemas con su guión)
Hay mucho ensimismamiento con que es una introducción, y desde la partida, se puede vislumbrar que no puedes esperar grandes emociones, y aferrarte a tu butaca. Al final puede remontar y mostrar un atisbo del suspenso que pudimos vivir en las 2 primeras de la saga, pero entre a lo que nos tiene acostumbrados y lo que nos puede dar, hay miles de kilómetros y la película se queda exactamente a mitad de camino.
Si sos un seguir bastante fiel, considera el costo de tu entrada , los snacks del candy bar del cine,y las 2 horas, como una inversión a 2015, donde seguro lo podremos disfrutar.
En primer lugar, pido disculpas por no ser el público objetivo de una cinta como ésta. ‘Sinsajo Parte 1’ no es ave de altos vuelos cinematográficos, es mito light: la creación de un Che Guevara femenino en clave adolescente.
J. R. R. Tolkien, en ‘El Señor de los Anillos’ alterna la aventura de Frodo, Sam y Gollum con la épica de las escenas de batalla en las que participan el resto de los personajes. Por un lado está el camino, que remite en su arquetipo a la ‘Odisea’, un periplo que es, en lo esencial, aprendizaje. Travesía del protagonista hacia sí mismo. Por otro lado, la epopeya, cuyo arquetipo es la ‘Ilíada’. El viaje de Katniss en ‘Sinsajo Parte 1’ es interior, estático y machaconamente emocional. Todo apunta a que la épica será la opción que predomine en la segunda parte.
Habrá quienes vean en esta película un mero preludio a lo que se avecina en su continuación, un preámbulo estirado, artificial, de la batalla decisiva. Un prólogo recaudatorio y desmedido, sin alma ni tensión. Yo veo, más bien, un psicodrama juvenil. Acción escasa, sentimentalismo a espuertas, abuso reiterado del clímax-melodrama. Y como consecuencia de ello, una menor epilepsia de montaje y un ritmo más pausado que en las dos primeras cintas de la serie. Esta tercera entrega es, posiblemente, la menos floja de la saga.
La sensación de mundo estrecho –demasiado estrecho– e impalpable es excesiva. No sentimos las distancias ni el bullicio de lo vivo en la ciudad-estado (el Capitolio) y sus trece distritos de extrarradio en cartón piedra. Cantan los efectos digitales: edificios, derrumbes… Cantan los escombros, tan pulidos, tan cuidadosamente amontonados, sin la pasión artesanal por el detalle que conmueve.
La mirada al horror, pese al uso de las grúas, deja frío.
– Vamos a mostrarle lo que han hecho.
– No podrá soportarlo.
Nos lo dicen, sí. Y Katniss se esfuerza en hacernos creer que, en efecto, se trata de un horror insoportable. Y sin embargo, no hay horror, ni en lo que vemos ni en lo que no vemos. Como en ‘Muriel’, de Alain Resnais, el horror no puede ser contado. En cine, querido Francis Lawrence, el horror no se dice, se inocula como un virus en la mente del que observa.
El intimismo (superficial y poco matizado), tan centrado en Katniss (Jennifer Lawrence), provoca que muchos personajes pierdan consistencia. Haymitch (Woody Harrelson), Plutarch (Philip Seymour Hoffman), Finnick (Sam Claflin) quedan desleídos, pululan como sombras por los fotogramas de una historia que no sabe muy bien qué hacer con ellos. Por no hablar de Effie, Beetee, Boggs, Cressida, Gale o Primrose, simples marionetas de la trama, figuras de una pieza, atrezo de la omnipresente Katniss Everdeen. Bisutería, bisutería de ficción.
Y Peeta… A Peeta, Peeta, gallineeta, lo han petado. Pobre actor, y pobre personaje. Si en las dos primeras entregas su falta de química con Katniss resultaba proverbial, lo que le hacen aquí no tiene nombre. El infeliz asume en su papel grotescos disparates de guión. En fin, no insistiré. Que cada uno los descubra por sí mismo.
Dejo para el final dos personajes que, desarrollados en profundidad, podrían haber sido fascinantes: Snow (Donald Sutherland) y Alma Coin (Julianne Moore). El triángulo que forman Katniss, Coin y Snow es la columna vertebral del mundo de ‘Sinsajo’. El déspota, la líder espartana y el mito revolucionario. Un cóctel explosivo. Y, como telón de fondo, el poder de las TIC. Snow se dirige a sus súbditos y enemigos por medio de pantallas de televisión, es un ser casi intangible. Alma Coin arenga a sus soldados en vivo y en directo, al más puro estilo militar. Katniss se sitúa a caballo entre los dos. Interactúa en vivo y es filmada. Percibo (o quiero percibir) cierta ambigüedad en la relación de Katniss con Snow… y con la presidenta Coin. Hay algo perturbador en el estoicismo incorruptible de esta última. Si Katniss fuera el Che, Coin sería Fidel Castro. Lástima que Francis Lawrence no indague por ahí.
Otra idea notable de imperfecta factura es la escena de cine dentro del cine en que Plutarch y su equipo no logran darle vida al mito revolucionario que ha de encarnar Katniss. Cine dentro del cine o, más exactamente, cine como propaganda. Admito que esperaba más de un director experto en videoclips. Cómo no pensar en la declaración de amor de Don Lockwood (Gene Kelly) a Kathy Selden (Debbie Reynolds), de la imperecedera ‘Singin in the Rain’. O, más recientemente, en la espléndida secuencia en que Al (Harvey Keitel) desnuda a Robin Wright en ‘El congreso’, de Ari Folman. Se aducirá que lo que Francis Lawrence pretende rodar es justo un gatillazo. Y no lo niego. Pero, cuando llega el momento de la emoción real y en vivo, ni la música, ni la gesticulación impostada de los actores, ni los recursos de imagen y sonido, ni el clímax de guión consiguen el hechizo. Por mucho que se empeñen en DECIRNOS lo contrario, el gatillazo vuelve a suceder.
En conjunto, ‘Sinsajo Parte 1’ es llevadera.
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Quisiera concluir con una breve reflexión: me resisto a aceptar que los sustos y giros efectistas sean peaje necesario en el cine de Blockbuster. Considero que son un menosprecio burdo a las neuronas del espectador. Aunque, bien pensado, quizás me esté metiendo en donde no me llaman. Al fin y al cabo, no soy el público objetivo de una cinta como ésta.
[Texto publicado en cinemaadhoc.info]
Nos ha jodido de nuevo la industria de Hollywood. No contenta con disponer de trilogías que expanden su negocio a lo largo de tres largos años, decide implantar la moda de desdoblar la última entrega, como en su día hicieron Crepúsculo y previamente la heptalogía reconvertida en octología de Harry Potter. Así, nos encontramos en Sinsajo Parte 1 con unos preliminares inútilmente extendidos que culminan en un frustrante coitus interruptus con promesa de orgasmo tántrico, el que a priori nos proporcionará (dentro de otros interminables doce meses) Sinsajo Parte 2. Sólo se me ocurre una forma de analizar un filme dividido en dos y es utilizando su maquiavélico método, el del [Continuará…]
Los juegos del hambre han pasado a mejor vida. Ahora es momento del Sinsajo y para una nueva etapa en esta franquicia todavía por descubrir, ya que en esta innecesaria primera parte sólo hay hueco para los preámbulos. Si En llamas repetía con modesto ingenio los logros del debut en pantalla grande de Katniss Everdeen, Sinsajo se adentra en los preparativos de una futura revolución, la que enfrentará a los distritos desprotegidos contra el Capitolio liderado por el presidente Snow, una batalla que… [Continuará…]
¿Cómo llenar dos horas con una gran nada argumental? Pues con grandes disertaciones, situaciones forzadas, alguna excesivamente cómica, y un gran final que por fin caliente motores. Quince minutos finales que no compensan el resto de metraje, en el que asistimos al declive de una Katniss en horas bajas, sujeto pasivo en manos de unos líderes revolucionarios que la teledirigen de igual forma que el reality show que le dio fama y gloria. Una lideresa en stand by que sin embargo está llamada a triunfar… [Continuará…]
La única razón de Sinsajo Parte 1 es su insistente reflexión sobre cómo se construye un héroe de masas. Una crítica nada sutil a los mecanismos de manipulación ciudadana que pierde fuerza precisamente por la obviedad de su planteamiento, hasta el punto que uno termina aborreciendo a todo el equipo de asesoramiento de imagen de Katniss, nuevamente convertida en un títere sin ningún margen para la improvisación. Pero una vez diseñada la estrategia de conquista del poder, es evidente que la protagonista desplegará de nuevo sus alas de fuego para dejarnos otra vez… [Continuará…]
Mientras llega ese esperadísimo desenlace, este sinsajo en forma de burdo negocio ya ha conseguido su cometido, reventar las taquillas de medio mundo. Poco importa si el guión es fiel a la novela original o si el espectador puede llegar a sentirse estafado por una maniobra que resquebraja en dos el apoteósico clímax final. El caso es que el año que viene pasemos de nuevo por caja y en fila india. ¿Habrá merecido la pena? [Continuará…]