Los gozos y las sombras (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Durante la Segunda República (1931-1936), en Pueblanueva del Conde, una villa imaginaria situada en algún punto de las rías gallegas, las familias Aldán, Deza, Churruchao y Sarmiento se hallan enfrentadas a Cayetano Salgado, dueño de la flota y los astilleros locales y nuevo cacique del pueblo. Adaptación de la novela homónima de Gonzalo Torrente Ballester.
Detalles de la película
- Titulo Original: Los gozos y las sombras
- Año: 1981
- Duración: 760
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Opinión de la crítica
Película
7.4
93 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Ágata Lys
- Alejandro de Enciso
- Alicia Altabella
- Amparo Rivelles
- Ángel Menéndez
- Antonio del Real
- Beatriz Elorrieta
- Carlos Larrañaga
- Charo López
- Eduardo Fajardo
- Eusebio Poncela
- Fernando Guillén
- Fernando Sánchez Polack
- Isabel Mestres
- José María Caffarel
- José Moreno
- José Riesgo
- Laura Cepeda
- Manuel Galiana
- María Casal
- María Elena Flores
- María Vico
- Mauro Rivera
- Mery Leyva
- Pilar Bardem
- Rafael Alonso
- Rafael Díaz
- Ramón Lillo
- Rosalía Dans
- Rufino Inglés
- Santiago Ramos
- Santiago Rivero
- Teresa del Olmo
- Teresa Gimpera
- Tito García
- Verónica Luján
- Victoria Vera
- Walter Vidarte
Maravillosa serie que si bien deja aspectos importantes de la novela sin tratar, supera a ésta con creces en varios momentos.
Bastante más compleja de lo que parece, esta historia refleja un proceso de cambio político que se produjo tanto en España como en gran parte de Europa durante el S. XIX, proceso que genera grandes tensiones sociales que influyen en la inevitabilidad de la propia Guerra Civil Española. Galicia es en este sentido un lugar interesante en el que analizar este cambio, quizás por ese carácter nostálgico y reticente al cambio que singulariza a sus gentes.
El proceso al que hago referencia es el de la transformación de siervo con tierras al de ciudadano sin ellas . Las familias de rancio abolengo de la comarca poseían todas las tierras, y se las arrendaban por cuatro perras a los hasta entonces siervos. El motor de cambio social está representado por Cayetano Salgado (Carlos Larrañaga), rencoroso con Carlos Deza (Eusebio Poncela) por no contar con su pasado nobiliario, se muestra desesperado por convertir a Clara (pobre como las ratas, pero perteneciente a una de las antiguas familias poseedoras) en una de sus conquistas, simbolizando así la definitiva dominación de la burguesía industrial emergente sobre la aristocracia terrateniente en decadencia. Cómo no, en esta transformación social, los desheredados empeoran sus condiciones de vida, perdiendo las tierras sentidas como propias, y viéndose arrastrados al astillero como único medio para sobrevivir, transformándose así en el nuevo proletariado fabril. La tiranía de Cayetano, socialista declarado pero burgués a efectos prácticos, se cierne sobre todas las gentes de Pueblanueva, lo que no deja de ser un síntoma de la convulsión política y social de la última parte de la Segunda República. Juan Aldán, hermano de Clara, y por tanto perteneciente a una de las antiguas familias prominentes de Pueblanueva, es el representante del sector anarquista de este complejo agregado social, en el que la palabra noble pasa de ser una categoría estamental a un adjetivo moral. Es paradigmático en este sentido cómo doña Mariana (Amparo Rivelles), máximo representante del tradicionalismo nobiliario gallego, es capaz de dar su vida en defensa de un sindicato pesquero frente a los abusos de Cayetano.
Vi algún capítulo de esta serie por primera vez siendo un crío (por negligencia indiscutible de mi madre, pues no es una serie apta para niños), y sin duda me marcó, pues quedaron en mi memoria varias escenas. Ya de mayor la he visto en dos ocasiones, y no descarto volverla a ver. Aún se me pone la piel de gallina al recordar la escena en la que Clara Aldán, espera a Carlos Deza ilusionada ante la perspectiva romántica de su redención amorosa, todo ello con música de Chopin de fondo, que acompaña siempre al personaje masculino. Dios mío que emoción me produce esta escena, Clara Aldán quieta, expectante, observado ansiosa a Carlos a lo lejos, perfilada su silueta por la cálida luz del sol según se acerca a ella, con el chirimiri gallego siempre presente. Instante eterno, muy superior al de la novela. Se me saltan las lágrimas al rememorarla.
Charo López inmensa dando vida a un personaje inmortal y Eusebio Poncela como nunca más se le ha visto. Carlos Larrañaga en el mejor papel de su carrera. Los personajes secundarios de lujo en su mayoría. Personajes omnipresentes, el mar y la exuberante naturaleza gallega.
Social y psicológicamente compleja, esta serie es una verdadera obra de arte, pese a las deficiencias técnicas de la época.
Extraordinaria serie.
Seguramente es un tema de derechos, pero habiendo tantas novelas increíbles para adaptar, no se entiende por qué la malograda televisión española no vuelve la cabeza hacia los clásicos. Los gozos y las sombras es uno de los mejores ejemplos de ficción televisiva española, una serie maravillosamente escrita e interpretada que dejó huella porque, sencillamente, tenía calidad por todos lados.
Para revisar.
Estimado Domiciano,
Decidí buscar esta serie tras haber leido el excelente libro de Gonzalo Torrente Ballester. Que la novela fuera estupenda sólo podía derivar en dos situaciones, una detrás de la otra. La primera, mi deseo imperioso de encontrar y disfrutar de la serie. La segunda, la clásica y consabida decepción del que ve en pantalla la versión de un escrito.
Sin embargo, y aunque la serie deja apartados de la novela sin abordar (como por ejemplo, y entre bastantes otras, toda la parte que transcurre en Madrid, que yo le calculo al menos un 10% de la novela) el producto televisivo es una adaptación más que digna y de elevado nivel para los medios de la época.
La serie se centra más extensamente en el primero de los tres libros que componen la obra de Torrente Ballester ( El señor llega , Donde da la vuelta el aire y La Pascua triste ). De hecho, de los trece capítulos de la serie, al menos la mitad van para este primer tomo, dejando unos tres capítulos para cada una de las siguientes partes de la trilogía (¿trilogía, o novela en tres partes?, casi me inclino por lo segundo).
La novela llega más allá. Te hace pensar, identificarte, abrirte las entrañas a los distintos pensamientos de los personajes, pero sobre todo de Carlos Deza, el más enrevesado, el más profundo. El resto son más transparentes, como el de Clara Aldán (heroína de a pie bien llevada por Charo López) o Cayetano Salgado o doña Mariana Sarmiento, la vieja (estupendamente interpretada por Amparo Rivelles). La versión televisiva no llega a tanto, no puede, pero refleja de manera fidedigna los grandes e identificables rasgos de los pobladores de la ficticia localidad costera de Pueblanueva.
En una época en que predominan las series españolas sin final (hasta que aguante la audiencia), en la que impera el morbo de darle la vuelta a los personajes sin una causa aparente, en la que se echan en falta que se hable de los grandes temas, a los que siempre terminamos retornando pues son esencia de nosotros mismos, Los Gozos y las sombras se ve con especial cariño y nostalgia.
Siento opinar que no ha envejecido todo lo bien que debiera, y que me hubiera gustado ser uno de aquellos que la vio en su época, cuando sin duda debió arrasar por la calidad que para entonces ofrecía, pero sin duda se trata de una serie como de las que ya no se hacen, en la que hasta los actos más viles que pueden sucederse a lo largo de la historia (y suceden), quedan expuestos de manera relativamente inocente y ausente de morbosidad.
Amigo, merece la pena vivir en Pueblanueva a lo largo de esta historia.
Esta serie está muy bien porque refleja la Galicia de principios del siglo pasado.
Año 1930, en un villa imaginaria, la villa sí será ficiticia, pero la sociedad que se refleja en ella no es de mentira, es verdad.
El cristo, uno de grandes dimensiones, existe de verdad, se encuentra en la entrada de la iglesia de Santa María, en el campillo el cual pertenece a la zona de los vinos, la zona vieja de Pontevedra ciudad.
Todas esas historias que refleja esta serie, donde las familias se enfrentan, ese caciquismo (que aún ahora existen) han sido tan verdad en la zona de las Rías Baixas…
Toda aquella persona que vea esta serie descubrirá esta maravillosa tierra, que tanto a todos y todas gustan…
Sí la ven, cuando visiten Galicia, algo encontraran que se le hará familiar…
Acabo de revisionar esta serie, que recordaba de cuando se estrenó en TVE. Lo que más me ha sorprendido es que dicha serie no ha envejecido con el paso del tiempo.
Es un fiel reflejo de la sociedad gallega de los años 30, previos a la guerra civil española, en la cual convivian los señores y los obreros, en el marco de un pequeño pueblo imaginario de la costa gallega.
Las luchas de los poderosos por controlar el destino de los mas desfavorecidos y mantener su estatus ante ellos, dos formas de entender la vida, anclada en el pasado, con la pesca como medio de subsistencia, encarnada en Doña Mariana (espectacular la creación de dicho personaje por Amparo Rivelles), y el futuro encarnado en el trabajo en los astilleros, al frente del cual aparece Cayetano (Carlos Larrañaga, tambien bordando su papel), personaje déspota donde los haya.
Y en medio de todo ello las historias de amor del recien venido del extranjero Carlos Deza (Eusebio Poncela), que se debate entre lo que socialmente le han preparado y lo que verdaderamente siente.
A destacar el trabajo de Charo López, en su papel de Clara Aldán, auténtica protagonista de la historia, y como no, detonante del desenlace de la misma.
Por otra parte, a destacar la ambientación, el reflejo de las costumbres de la época, y de las relaciones de servilismo entre los ricos y los pobres.
En definitiva, una joya de la literatura española muy bien trasladada a la pantalla.
¡ Que pena que ya no se hagan series como estas !. Pero que se va a hacer, estamos en el tiempo de la telebasura, aunque hay que ser optimista y pensar que todo pasará.
Mientras tanto nos iremos deleitando con obras como ésta y otras de su época ( los años de oro de las series españolas), que tambien estan muy bien.