Los encantos de la gran ciudad
Sinopsis de la película
George (Jack Lemmon) está a punto de ascender en su empresa, ocupando un importante puesto en la central de Nueva York, pero antes debe presentarse a una entrevista. Decide entonces viajar acompañado de su esposa (Sandy Dennis) para disfrutar de la ciudad. Sin embargo, lo que esperaban que fuese un viaje de ensueño se convierte en una auténtica pesadilla: vuelos desviados, reservas anuladas, trenes perdidos, huelgas paralizantes, siniestros desconocidos, equipajes extraviados.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Out of Towners (The Out-of-Towners)
- Año: 1970
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
6.5
25 valoraciones en total
Los beneficios de la vida en el campo ha sido una de las líneas literarias más fructíferas en el siglo XIX, Rousseau y Thoreau han sido dos de los más claros exponentes de la defensa de la vuelta del hombre a lo rural, abandonando las crecientes urbes.
La película que firma Arthur Hiller con guión del prolífico guionista y dramaturgo Neil Simon sigue esa línea de ensoñación de la vida fuera de la ciudad. Para conseguir sus objetivos el guión elige una disparatada sucesión de situaciones que consiguen desquiciar a la pareja protagonista.
El papel de Jack Lemmon tiene un algo de Martínez Soria, sobre todo en los primeros minutos, que nos lo acerca a nuestro inconsciente colectivo, esos tics pueblerinos y esa intransigencia con el vecino, incluido con su mujer, son cercanos. Por cierto que Sandy Dennis está muy acertada en su trabajo pese a que su carrera no encontraría sucesión de buenos títulos.
Uno de los intereses de la película son las localizaciones exteriores mostrando esquinas del Nueva York de los 70, interesantes los planos de la Estación Central o de rincones de un Central Park ya emblemático.
Además de eso, Jack Lemmon, por sí solo, merece ver la película con cierto interés. Las amenazas que va repartiendo por todos el personal de aeropuertos, hoteles y demás, son las mejores líneas del guión, es allí cuando la comedia alcanza sus mejores momentos porque también es donde Jack Lemmon se encuentra a gusto.
Quizás hay un tanto de exageración que empequeñece un tanto la película pero es cierto que en las comedias estos elementos siempre han existido.
El giro final tiene un mucho de moraleja que acerca la reflexión a Walden y a esa línea de pensamiento.
Jack Lemmon, Jack Lemmon, Jack Lemmon…¡¡¡ qué grande eres !!!
Lo reconozco, soy un fan incondicional de este actor, me encanta, me vuelve loco, me hace partirme la caja de risa y no lo puedo remediar. Siempre dentro del típico personaje o bonachón o cascarrabias.
En este caso en particular abordaremos la segunda clase de personaje, Lemmon interpreta a un padre de familia al cual han ascendido a Vicepresidente de ventas de la división de Nueva York, y por lo cual debe trasladarse de su Ohio natal hasta la Gran Manzana. En este viaje le acompañará su sosegada mujer, ( Sandy Dennis ).
Ella no está muy convencida de hacer dicho viaje, a lo cual él le ofrece el siguiente plan:
1- 19:00 Llegada al aeropuerto de Kennedy de Nueva York.
2- 19:45 Llegada al la suite del hotel.
3- 20:30 Cena en el lujoso restaurante de las 4 estaciones.
4- 00:00 Baile en el Empire Room.
5- Y acabar con una gran noche de amor.
¿ Logrará sus planes ? ¿ Surgirán algún problema ?
Sigo en el spoiler.
Grandísima comedia del soberbio Lemmon, el argumento es bien sencillo, pero tiene un guión magnífico, concurrido de mucha acción y mucho cambio de lugares, con lo cual se logra una película bastante amena.
Recomendadísima, no se arrepentirán.
El siempre genial Jack Lemmon nos ofrece una desternillante visión de la vida moderna y de la gran ciudad. Veremos como un matrimonio que vive en una provincia estadounidense tendrá que sobrevivir en la gran ciudad, donde supuestamente el nivel de vida es mejor, hay más oportunidades, etc. Nada más lejos de la realidad. El director ataca sin piedad a esta supuesta sociedad civilizada donde vivimos y donde en teoría la vida es mucho mejor.
Comedia dirigida por Arthur Miller ( Love Story ). Se rodó en localizaciones de Long Island, Central Park, Hotel Waldorf Astoria y Aeropuerto MacArthur, de NY, y en el Aeropuerto Logan y la South Station, de Boston. Ganó un WGA (guión de comedia original) y obtuvo 2 nominaciones a los Globos de oro (actor y actriz). El productor fue Paul Nathan. Se estrenó el 28-V-1970.
La acción tiene lugar en Ohio, Boston y NY, a lo largo de unas 16 horas. Narra la historia de Georg Kellerman (Jack Lemmon) y Gwen (Sandy Dennis), casados hace 14 años y padres de dos hijas. Viajan desde Ohio, lugar de nacimiento y residencia, a NY, porque Georg se ha de entrevistar con un alto ejecutivo de la empresa en la que trabaja, del que depende su practicamente seguro nombramiento como vicepresidente de la división de ventas en NY. Es el candidato mejor situado y sus probabilidades de promoción son muy elevadas.
El viaje se convierte en una odisea, que irrita y enfurece a Georg. Acostumbrado a la tranquilidad que siempre le ha acompañado en Ohio, no entiende los problemas de los atascos de circulación, desvío de vuelos, huelgas de servicios básicos, cancelaciones de reservas, asaltos, intimidaciones y otras incidencias nunca imagidas por él. No alcanza a ver que la complejidad de la vida colectiva en NY no está hecha para extraños y que lo que para él es punible, de hecho no tiene responsables personales. Su exaltación le lleva a anotar en una lista interminable los nombres de todas las personas que él considera culpables de causarle perjucios, a las que anuncia la interposición de demandas millonarias. Al hilo de la narración, la película muestra escenarios naturales y localizaciones exteriores de NY, de gran belleza. La clave del humor se sitúa en el choque entre complejidad e ingenuidad, complicación y simplicidad, sueños y realidad.
La música, de Quency Jones, consta de melodías de percusión y viento, de formas caprichosas y sorprendentes. La fotografía, dirigida por Andrew Lazlo, centra la atención en las gesticulaciones y la expresión corporal de Georg, secundado por una serena Gwen que, en un registro diferente, aporta también una gran riqueza de matices expresivos. Muestra las imágenes de la ciudad en un sincero tributo de admiración y simpatía. El guión es del joven Neil Simons ( Sweet Charity ), que demostró su habilidad en una larga serie de producciones que le dieron fama y reconocimiento. La caracterización de los protagonistas está bien perfilada y los diálogos están llenos de expresiones disparatadas, nacidas del alma de dos personas ingenuas y desorientadas. La interpretación de los protagonistas sobresale por el extraordinario empeño que ponen en ella. La dirección construye una obra de ritmo acelerado y arrollador, que desborda humor, vitalidad, ironía y comicidad.
Película trepidante, que halla en la desgracia ajena, en la falta de previsión y en la errónea interpretación de la realidad, una rica fuente de humor y entretenimiento.
El fondo de la cuestión es ver cómo al pobre Lemmon le suceden una serie de desgracias, en tono de humor, desde que sale de su casa con la intención de llegar a Nueva York. No hay nada malo en ello porque es una comedia, siempre es sano echar unas risas aunque sea de esta manera, a costa de ir presenciando una tras otra, una enorme cantidad de tropiezos y desgracias ajenas. Es curioso cómo el ser humano es capaz de desdramatizar el infortunio y desde la distancia, poder troncharse de risa observando la desdicha ajena. Los encantos de la gran ciudad tiene mucho encanto, no sólo porque sale Jack Lemmon bordándolo en cada minuto, se trata de una muy buena manera de desconectar, de evadirse de la realidad y pasarlo bien a costa de este pobre hombre que lo único que quiere es llegar a tiempo a una entrevista de trabajo.
Puede que a algún espectador se le acabe haciendo pesado, porque la película no se aleja de otra cosa que presenciar el continuo via crucis del pobre protagonista, pero yo no puedo negar que cumple su objetivo sobradamente, que ha sido entretenerme. Ni los años pasan en contra ni el humor ha caducado. Todos sabemos que pasarlo bien con una comedia no es algo que consigan muchos, no es fácil, sin embargo puedo asegurar que aquí sí hay risas buenas.