Los demás días
Sinopsis de la película
La lucha por la vida no debe ser un combate contra la muerte, porque tarde o temprano será una batalla perdida. A través del trabajo del Dr. Pablo Iglesias, médico de cuidados paliativos, aprenderemos a ver las cosas de otra manera. Esta película sigue el día a día de una unidad de cuidados paliativos madrileña, una rutina (nada rutinaria) que engancha. Una de las caras más humanas de la medicina, a través de la fortaleza, sentido del humor y carisma tanto de pacientes como de médicos, en estrecha relación. No es tanto una cuestión de morir dignamente, sino de vivir bien hasta el último momento. Porque, como la vida vale la pena hasta el último segundo, hay que cuidarla hasta el final.
Detalles de la película
- Titulo Original: Los demás días
- Año: 2017
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
7.6
84 valoraciones en total
Admirable documental sobre un equipo de cuidados paliativos del Servicio Madrileño de Salud, varios de los pacientes que atienden a domicilio y sus familiares. Trata un tema desconocido y complicado de forma natural, respetuosa y eficaz. Sin sensiblería, morbo, ni imágenes gráficas o desagradables, e incluso con algo de humor. Y pese a la temática no resulta deprimente, sino alentador. Es una excelente oportunidad para tratar de sacudirse prejuicios, tabúes o fobias sobre una cuestión trascendental e ineludible para cualquiera.
Fantastico documental que sin entrar en lo duro del tema, refleja muy bien los aspectos humanos del proceso del final de la vida en estas ocasiones tan especiales.
Refleja muy bien el estado del enfermo, la familia y el personal que como Pablo y Gema y muchos otros…que ayudan en esta dura transición…..hay muchos Pablos en el personal sanitario, pero los que hayan tenido la suerte de dar con él deben sentirse unos privilegiados.
Película muy coral y estupenda…al director aunque detrás de la cámara….cómo que se le veía también.
Un placer totalmente recomendable
El documental dirigido por Carlos Agulló nos muestra el quehacer diario de una unidad de cuidados paliativos, a domicilio, de la sanidad pública madrileña.
Estamos ante una obra que cuenta con una excelente dirección y montaje, así como de una gran espontaneidad de todos aquellos que se ponen delante de la cámara, como si esta no existiera.
El argumento es tan humano como doloroso. Es cierto que aquellas personas que trabajan en cuidados paliativos a domicilio, tratan de mejorar, y lo consiguen (al menos físicamente, anímicamente es más complicado), la calidad de vida en las últimas semanas, los últimos meses, de quienes se ven con una enfermedad que les va a llevar irremisiblemente a la muerte. El documental nos enseña por una parte esto, pero nos muestra igualmente el tremendo pesar, la inmensa angustia, de quienes se ven ante un más o menos cercano final, pero seguro, y también el dolor de los familiares que les acompañan. Y es que aunque al enfermo, según la disposición de cada uno, se le hable de su muerte, de una manera más o menos clara, inminente, y se trate de querer normalizar esta como algo natural, por lo general nadie quiere morir, por muy mal de salud que se encuentre, quizá sea debido al innato, en los humanos y en otros muchos animales, instinto de supervivencia. En esta obra, limitada, como es de suponer, a un número de enfermos concretos, vemos como ninguno de ellos acepta su próximo fatal destino, se pueden resignar ante la evidencia, pero aceptación y resignación no son la misma cosa.
Trabajo de gran calidad, pero difícil de ver (como muestra el escaso número de votos obtenidos en Filmaffinity) y mucho más de recomendar. Y sin embargo es algo que sucederá a la mayoría de cada uno tarde o temprano, muchos menos son los que fallecen sin enterarse, sin sufrimiento. Pero saber que vas a dejar de existir en un plazo determinado, sin esperanza alguna de salvación, quizá sea lo peor que te pueda ocurrir.
Es la más profunda, gratificante y vital experiencia que he tenido en una sala de cine. El respeto y la naturalidad con que son tratados los seres humanos en este documental, los muestra, como lo que son, seres plenamente humanos en el final de sus vidas (con todo lo que ello supone) y a los familiares que les acompañan en este último paso (con la gran importancia de su papel). Lo paradójico es que no es un canto a la muerte y al fatalismo, es un canto a la vida que les queda por vivir, es un aferrarse a la vida con dignidad. Y a ese médico y esa enfermera hay que verlos.