Los blues del vampiro
Sinopsis de la película
Rachel, una joven americana, pasa unos días de descanso en España. Apasionada del cine de terror, se compra una camiseta con la imagen de una erótica y bella vampira. A partir de ese momento, Irina la vampira, se apodera de sus sueños y de su voluntad. Una noche, en su hotel, Rachel asiste al show de una adivinadora, que la aborda, anunciándole graves peligros.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vampire Blues
- Año: 1999
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
3.6
27 valoraciones en total
Siempre he sentido curiosidad morbosa e incluso algo sadomasoquista, lo reconozco, por el inclasificable cine de Jesús Franco, el Tío Jess. De 1959 a 1975, más o menos, fue un buen director, muy original, que tocó muchos palos y generalmente con acierto (terror, comedia, fantástico, policiaco, erótico), pero a partir de ahí fue cayendo en el más absoluto despropósito y esperpento. Y desde 1980 hasta su muerte en 2013, nada menos que tres largas décadas, su filmografía es un sinfín de bodrios a cada cual peor, que van del erotismo cutre al porno duro de la peor especie, del seudo-terror gótico vampiresco a la comedieta casposa y sin pizca de gracia, de la acción serie Z a videoclips psicodélicos …. De lo pésimo a lo espantoso, vaya.
Esta película de 1998 Los Blues del Vampiro debe ser una de sus peores obras, lo que ya de por sí tiene mérito habiendo tanto donde elegir. En realidad no es exactamente una película, sino una especie de videoclip largo, mezcla de musical psicodélico-flamenco-blues, vampiras cuarentonas y erotismo grosero tipo Miley Cirus pero a lo bestia.
Calidad de imagen horrible, sonido mediocre, argumento inexistente, dirección casi demente, banda sonora entre la psicodelia cutre y las españoladas folclóricas, continuos fundidos a rojo fosforito que nos recuerdan a las discotecas de la época de Los Bravos, una voz de mujer en off, más cazallera que profunda, narrando disparates sin sentido …
( Ver spolier )
En fin, película (o algo así) fascinante de puro mala, lo digo en serio. Cuando empiezas a verla entras como en un trance hipnótico de absoluta estupefacción que te paraliza hasta el final. Una experiencia casi mística, vaya.