Llanto por un bandido
Sinopsis de la película
José María El Tempranillo, huyendo de la justicia, se refugia en Sierra Morena. Tras un período de duro aprendizaje, se convierte en el cabecilla de un grupo de bandoleros. Su mujer, María Jerónima, intenta inútilmente apartarlo de esa forma de vida. Algún tiempo después, Pedro Sánchez, un político liberal, se escapa de una cuerda de presos y recorre la sierra en busca de José María. Cuando lo encuentra, intenta atraerlo a la causa liberal.
Detalles de la película
- Titulo Original: Llanto por un bandido
- Año: 1964
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5.8
33 valoraciones en total
La segunda película de Saura fue esta biografía del bandolero Jose María El Tempranillo . Es una película muy bien contada, hecha con sinceridad, sin ningún mínimo afán hagiográfico, que rezuma ecos de Goya (la pelea de los dos hombres semienterrados) y Lorca, y que sabe sacar partido a la mitomanía e iconografía del personaje del bandolero y de Andalucía. Saura ya poseía aquí un estilo propio, y me resulta necesario reivindicar por enésima vez la figura de este cineasta clave para nuestro cine, aunque muchos se empeñen en lo contrario.
Es Llanto por un bandido una película fría y distante. El guión obra de Saura y Camus no permite establecer una continuidad fílmica bien perfilada y tampoco permite hacer un retrato convincente o comprensible sobre la personalidad de José María El Tempranillo aparte de que en esta obra se van acumulando los diálogos y las reiteraciones estéticas y narrativas dentro de un conjunto que requería una mayor vivacidad expositiva. Saura consiguió una obra ligeramente inferior a la anterior Los golfos . Se decía que fue Llanto por un bandido la única película con la que Dibildos perdió dinero aunque Dibildos dijo también que la experiencia de coproducirla fue buena. En la película hay cosas que están bien controladas y la plasmación resulta convincente porque no hay en ella descuidos especialmente reseñables quitando los defectos antes especificados. La crítica de su época no acogió demasiado bien a la obra. A pesar de todo esto esta coproducción merece atención por sus paisajes y ante todo por ser de Saura que tantos films interesantes tiene. Fugaz es la intervención de Silvia Solar e insólito el papel de Venancio Muro. Rabal y Massari eran también intérpretes de calidad. Una película que ha sido muy discutida pero que en sus mejores momentos resulta bastante sugestiva por lo cual no deja indiferente al espectador.
Pese a no estar jamás entre las favoritas del autor, más empeñado y orgulloso de su etapa alegórica, encriptada y algo pedante sobre el franquismo y sus consecuencias, este film me parece interesante y nada desdeñable, pese a tener la etiqueta de cine de encargo y popular. Una coproducción del productor Dibildos que recrea la vida de este famoso bandido, con la estética de un western y las raíces folclóricas de Andalucía y de España por extensión. Se trata de un film de género, que recrea nuestra historia y costumbres, la rebeldía contra la injusticia, la represión de los migueletes, el honor y la dignidad frente a la tiranía y el olvido del poder gubernamental, los caciques latifundistas en la Andalucía profunda del siglo XIX en el marco de la irrupción de los liberales y la Constitución de Cádiz. La fisicidad del paisaje y la rudeza de sus personajes son los vigorosos motores de esta película de aventuras por Sierra Morena.
Saura se cuida mucho de presentar una buena inventiva en su puesta en escena con dos escenas representativas de dos lienzos de Goya, que le dan un marchamo de calidad y raigambre cultural. Filmada en Cinemascope y un luminoso y expresivo color, las estrellas internacionales quedan ensombrecidas por el soberbio trabajo de los actores españoles más identificados y conocedores de nuestro linaje, encabezados por un pletórico Paco Rabal en su mejor momento ya que había trabajado con los mejores cineastas españoles y europeos de la época. Saura pretendía dar una imagen distinta de El Tempranillo, más verídica y alejada del típico y tópico bandolero romántico, la forja de un hombre sencillo, presentándolo como un tipo cercano con virtudes y defectos que tras una reyerta amorosa se une a los forajidos que luchan contra el poder feudal, erigiéndose rápidamente en líder rebelde.
Su banda sonora flamenca, sus pueblos blancos, sus ventas y tabernas, sus rituales con sus ancianas de luto condicionan el marco de un territorio peculiar, de tierras polvorientas y agrestes de secano, donde el sol castiga con dureza, su fauna de rapiña, sus moradores afables y sencillos a la hora de compartir lo poco que poseen, confieren al film una verosimilitud asombrosa y atractiva por su realismo, ácida y amarga a la vez. Nunca he pensado que dirigir una película de encargo fuera deshonroso para un autor, prueba de ello pudiera ser el gran pintor de cámara Diego Velázquez, pintor de la corte que siempre trabajó por encargo del rey a quien servía, por otro lado cinesastas como Ford, Walsh o Lang hicieron todo tipo de cine. ¿Alguien se atrevería a dudar de su autoría? ¿Por qué el arte no puede ser comercial?
Gracias por la atención prestada a esta sencilla opinión.
En tiempos de Patxi, también conocido como Su Excelencia, nos acostumbramos a ver las películas leyendo entre líneas. Teníamos el tic de querer ver siempre más de lo que había. Los críticos de la época potenciaron las supuestas virtudes cinematográficas de Saura, de una manera excesiva. Saura fue para muchos el máximo exponente del cine español. Y todos a leer entre líneas a ver que mensajes políticos antifranquismo inventábamos en sus películas. Creo recordar, o no me cuesta imaginar, que en esta película se vio claramente el rebelde luchando contra el tirano ayudado por el pueblo. Para lo poco que se podía decir en los sesenta, suficiente. Pero esa es otra película. Llanto por un bandido no tiene ninguna segunda lectura. Es simplemente la historia de El tempranillo, un bandolero, que según Saura ni quiso unirse a los liberales contra el rey absolutista. La película no pasa de ser un western mediocre. Los personajes tienen escasa vida y mínimo interés. Las interpretaciones al nivel de Hasta que llegó su hora. Un casting decente buscando los caretos más facinerosos del cine español. Con el error clamoroso de meter a Lea Massari, toda mona entre tanto rostro patibulario.
El guión no llega a ser ni el típico biopic que al menos te permite enterarte de la vida del prota, una serie de escenas medio hilvanadas que no llegan a despertar nuestro interés. El homenaje a Goya con la lucha a bastonazos está tan torpemente filmado que flojo homenaje es. Si algo demuestra Saura es su incapacidad para rodar escenas de acción. La mencionada lucha es el primer ejemplo, el ataque de los lanceros contra los liberales es una lección de donde se debe poner la cámara para que nunca nos creamos las lanzadas a los pobres liberales que a menudo se tiran antes de que les toquen .
La fotografía, si mal no recuerdo Saura empezó como fotógrafo, nos permite ver unos vistosos raccords de iluminación. En las dos escenas de cama del patilludo Rabal con la Massari, pasamos de un plano de esta con la cara perfectamente iluminada y despliegue de sombras en la cabecera de la cama, al siguiente en el que todas las sombras han desaparecido y la cara de Lea no tiene el focazo del plano anterior y aparece en penumbra.
En resumen películas totalmente olvidable que demuestra por enésima vez la incapacidad de Saura para filmar acción. Su habilidad para dar un ritmo cansino a sus películas y su amor por las interpretaciones tan vívidas como cualquier bajorrelieve mesopotámico. A destacar la fértil imaginación de los críticos que ensalzaron hasta la saciedad a este director del que con toda la sinceridad del mundo puedo decir que no he visto una película en la que no me haya aburrido soberanamente. O casi ninguna.
José María el Tempranillo es una de las figuras más populares en la Historia de España contemporánea. Y eso que no fue ni un político ni un militar, sino simplemente un bandolero. Sin embargo, su conexión e identificación con el pueblo elevó su popularidad, convirtiéndole en una leyenda. Y eso que siempre se ha obviado su parte más oscura, y es que al final de su vida, el Tempranillo no tuvo reparos en aliarse con el nefasto rey Fernando VII, dejando el bandolerismo para perseguir a sus antiguos compañeros. El cine también ha llegado a pronunciarse sobre esta figura, y lo hizo más en concreto Carlos Saura con la película, Llanto por un Bandido (Llanto por un Bandido, 1964). La película precede inmediatamente a su obra maestra, La Caza (La Caza, 1966).
La película es una compilación biográfica de los hechos más importantes del bandolero, desde su unión a la banda criminal donde rápidamente se hizo el líder hasta su fallecimiento a manos de un antiguo compañero suyo. Como vemos ya, esto es una gran cantidad de hechos que debe mostrar la película, lo que hace que esta comprensión de cantidad de historias en tan poco tiempo acabe resultando desfavorecedora al conjunto global (para empezar, el auténtico Tempranillo se unió a los Bandoleros con 15 años, edad que no parece tener en ningún momento el protagonista).
Estamos en la España más rural y atrasada. Llanto por un Bandido registra especialmente las pobrezas que resultaron de la Guerra de la Independencia (1808-1814). El guión está coescrito entre el propio Saura y Mario Camus, guionista quien ya había colaborado en la Opera prima de Saura. Lo cierto es que los intereses de Camus son fácilmente rastreables en esta película. Algunos han visto un parecido entre Llanto por un Bandido y ciertas películas del Western o incluso del Spaghetti Western, comparten una misma ambientación, como es las panorámicas casi desiertas de Sierra Morena, además de retratar también un mundo cruel donde la vida no vale literalmente nada, pero por lo demás, las relaciones entre el filme y el nuevo Western europeo de los sesenta son estrechas. Más bien Llanto por un Bandido muestra sus relaciones con el neorrealismo, pero siempre teniendo en cuenta que la historia transcurre durante el primer tercio del siglo XIX.
Además la historia del Tempranillo, Llanto por un Bandido es también una cartografía de los problemas de España, pero no sólo los de inicios del Siglo XIX sino que es evidente que la película también puede leerse como una segunda lectura hacia la España Franquista. El gobierno es prácticamente el culpable de que la miseria sea una constante en la vida de los campesinos de Andalucía. El símil es evidente, la guardia real y los soldados del rey, los máximos representantes del gobierno en la película (Ni Fernando VII, el monarca en ese momento, ni ningún otro personaje importante aparece en la película) aparecen siempre como los más pérfidos de todo el filme, mientras que hay cierta simpatía por lo bandoleros y sobre todo por los campesinos (estos últimos son siempre los que sufren todas las consecuencias nefastas entre el enfrentamiento que hay entre soldados y bandoleros).
Eso sí, no hay ningún mensaje laudatorio sobre los bandoleros, como podría parecerse a primera vista. El más claro ejemplo lo encontramos en el personaje de José Maria Tempranillo, que interpreta Francisco Rabal. No es un héroe romántico, sino un personaje que acumula muchas luces y sombras. Está claro que tiene un carisma especial, no en vano la película hace hincapié en que se convirtió en el líder de la banda en poco tiempo, y que tiene respeto a los campesinos, sin embargo Carlos Saura también nos muestra la brutalidad con la que combate el propio bandolero sus oponentes. Una de las secuencias más célebres en este sentido la encontramos en la lucha a garrotazos que confronta a nuestro protagonista con el antiguo rival de la banda, y que inevitablemente nos evoca el cuadro de Goya Duelo a Garrotazos (En realidad, Goya presto atención a una costumbre que existía). Esta lucha por la supervivencia queda bien plasmada en el filme.
Música y fotografía son dos elementos imprescindibles en la construcción de Llanto por un bandido. La música, es una compilación de diferentes temas de flamenco y canciones folclóricas que tienen la intención de situar a la película en su contexto, además de destapar una interesante vena romántica, que se liga en parte con lo que relata el filme. Por otra parte, la fotografía de Juan Julio Baena es el complemento perfecto para la película. Recreándose con algunas similitudes del género Western como ya hemos dicho, y mostrando una Andalucía desgarrada pero a la vez llena de vitalidad. Sin duda las panorámicas que realiza Saura sobre el paisaje son uno de los elementos con los que Saura más se gusta a si mismo, y los que mejor sabor dejan en el espectador.
https://neokunst.wordpress.com/2015/04/08/llanto-por-un-bandido-1964/