Lilyhammer (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2011-2014). 3 temporadas. 24 episodios. Frank Tagliano (Steve Van Zandt) es un miembro de la mafia italiana de Nueva York que delata a su jefe y pasa a formar parte del programa de protección de testigos. Para empezar su nueva vida elige Lilyhammer, un pequeño pueblo de Noruega, pero lo que parecía a priori un retiro tranquilo y calmado pronto deja de serlo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lilyhammer (TV Series)
- Año: 2011
- Duración: 45
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Opinión de la crítica
Película
6.7
54 valoraciones en total
Si tuviese que resumir en 2 palabras mi experiencia después de haber visto las 3 temporadas que hay de esta serie sería muy disfrutable . No es una serie que vaya a pasar a la historia, pero es una serie bien construida (dentro del género de la comedia negra) y, sobre todo, pensada para pasar disfrutar de un buen rato.
¿Qué hace que no sea mejor? El abuso de clichés, hay unos cuantos, y, sobre todo, la resolución de las tramas conforme avanzan las temporadas. La primera temporada, sin duda, es la mejor. Las siguientes repiten en cierta forma patrones y esquemas, perdiendo un poco de frescura. No obstante, mucho menos repetitiva y con bastante más imaginación que en cualquier comedia. Además no exigie tener que desconectar el cerebro, puesto que debajo de la comedia y los clichés, queda todavía un sustrato interesante sobre las costumbres y la cultura de un país como Noruega y el fuerte contraste que produce en los inmigrantes, así como bastantes críticas soterradas al sistema y a la propia naturaleza humana.
¡Qué serie tan burda! Llena de lugares comunes, de copias presentadas como homenajes, de personajes trazados con trazos tan gruesos que dan para cualquier cosa. Lamento enterarme de temas de Noruega a través de esto. Comencé a verla bien predispuesto, continué viéndola por terco y dejo de verla por preservar la salud mental. Develar la trama es tarea imposible, así que no hay spoiler.
Agradezco también los valores de mierda que destila aunque lo haga en apariencia satirizándolos.
Esta serie es muy divertida, muy ocurrente, realista y carece de muy pocos defectos. ¿cliché? si, puede ser.. algo, pero insisto con que es muy ocurrente y la trama nunca deja de entretener y sorprender.
Se homenajea mucho al cine clásico de los Estados Unidos y estéticamente a series como Los Sopranos y Breaking Bad, incluido el gran Quentin Tarantino, muy referenciado en este tipo de genero. Los personajes son geniales, generan que la serie tenga un relleno siempre interesante.
Esta serie respira humor negro y una serie de eventos humanos donde se ven miserias de todo tipo.. y por otro lado personas bondadosas, no todo es malo.. Lillyhammer es un buen lugar.
Increíble Noruega y sus paisajes! Y fue emocionante ver a Jhonny volviendo a los suburbios de su vieja América temporalmente, fue genial e inesperado, pensé que me iba a quedar con las ganas de verlo y no.
Buscando series encontré Lilyhammer, entre la comedia y la parodia de las series de mafiosos.
De entrada, la idea inicial, que se agota con el primer capítulo… es que un testigo contra la mafia llamado el arreglatodo , dentro del programa de protección de testigos , acaba por elección propia en un remoto confín de Noruega, donde no tardará en crear su propia familia a la italiana, que rapidamente entrará en conflicto con el entorno nórdico (parodia de la modernidad europea, de la burocracia, de lo políticamente correcto, etc…)
Son tres temporadas de 8 capítulos, divertidísimas, con un genial Steve Van Zandt (Frank Tagliano el arreglatodo , ahora con un complicado nombre noruego) y un grupo de actores/personajes noruegos disparatados, de increible talento, y un Club llamado el Flamingo, una red mafiosa que parodia (está llena de referencias cinematográficas) las violentas películas y series de gansters, incluyendo, como no, a los Soprano.
Sobre esta base, los argumentos se renuevan de capítulo en capítulo, planteando situaciones y problemas nuevos, con alguna línea más constante ligada a la pasada vida del personaje central, resolviendo las tramas siempre de manera ingeniosa y ligera.
Destaca, claro, el papel de Steve Van Zandt, que resalta – la serie está hecha alrededor de él – sobre todos los demás personajes, aunque el personaje es coral.
Le he dado un 8, aunque el voto debería ser más irregular… digamos, una media de 7… con capítulos de 9, de 10… y otros, los menos, que están en el 6.
Si tienen una racha triste… ¡véanla!… se lo van a pasar bomba con este patoso humor noruego… en un mundo de nieve, pastores de ovejas, esquís, renos…
Serie de humor negro en la que es inevitable ver tras su argumento –a menudo desmadrado– algunas de las preocupaciones de la sociedad noruega en el siglo XXI. ¿Y si los rasgos que ha adquirido aquella sociedad se adaptaran mal a las realidades del siglo XXI? ¿Y si aquella sociedad fuera demasiado vulnerable para soportar el contacto con otros pueblos, razas o religiones tal como viene impuesto por la globalización? Tales son las cuestiones que están presentes, planeando constantemente sobre la trama, especialmente en la primera temporada de la serie. La sociedad noruega está reflexionando, a través de Lilyhammer, sobre sí misma.
Noruega es un país extremo: situado más al norte de Europa, es, al mismo tiempo, uno de los menos poblados. De los poco más de cinco millones de noruegos, casi un millón vio el estreno de la serie Lilyhammer en 2012. La serie se ha prolongado durante tres temporadas. El tema central es la actividad de un capo mafioso neoyorkino trasplantado a la sociedad de una localidad noruega que realmente existe –Lillehammer– de apenas 23.000 habitantes en donde se reinventará como empresario, utilizando los mismos métodos mafiosos que en EEUU. El resultado es una serie desternillante y entretenida, a condición de que se sea consciente que vamos a presenciar una comedia negra que es algo más que eso.
La serie ha tenido tres temporadas, de 2012 a 2014, pero solamente ha llegado a España en julio de 2016 a través de Netflix. De hecho fue la primera teleserie producida por esta plataforma y ofrecida en exclusiva. Todavía está abierta la posibilidad de que veamos una cuarta temporada.
La serie nos pinta a una sociedad noruega ingenua y burocratizada, dialogante y abierta. Cárceles en las que los presos reciben clases de flauta dulce y en donde los carceleros lamentan tener que cerrar con llave las celdas de los presos, procedimientos de integración de la inmigración para evitar choques culturales tan ingenuos y suaves que apenas tienen efecto, trámites burocrático–administrativos interminables y, en la periferia, una corte de los milagros compuesta por pequeños delincuentes ocasionales, funcionarios espabilados, parados dispuestos a cualquier cosa para mejorar su situación y un capo mafioso decidido a gestionar todo esto con el pragmatismo propio de la mafia norteamericana.
El argumento es original. Don Vito Corleone hubiera actuado igualmente de haber terminado sus días en Lilyhammer. Sólo que Don Vito es aquí Frank Tagliano, el Arreglalotodo, interpretado por el polifacético Steve Van Zandt (que también ha participado en la guionización y que se ha implicado extraordinariamente en la serie), ya conocido por su interpretación como Silvio Dante en Los Soprano. Un papel genial incluso en sus matices más irrelevantes, en su gestualidad y en sus movimientos que es completado por una serie de actores noruegos desconocidos en España pero que, cada cual en su papel, contribuye a dar credibilidad a la narración, a pesar de lo increíble de algunas situaciones. Es, no se olvide, una comedia negra.
Se ha acusado a la serie de utilizar estereotipos y clichés. Y lo hace, efectivamente, pero ahí es donde radica, precisamente su éxito y su interés: en las contradicciones y tensiones que genera un mafioso convencional trasladado a un medio que no es el suyo, el estereotipo de un educador social obligado a actuar ante inmigrantes que nunca podrán entender su forma de ser y que termina desquiciado. No se trata de inventar gánsters o funcionarios, éstos ya existen: se trata de resaltar sus rasgos en un contexto que no es el que ellos hubieran esperado. También se ha acusado a la serie de ir bajando la calidad a medida que se iban produciendo más temporadas. No es así, lo que ocurre es que cada temporada tiene su leit–motiv. Cuando el espectador se ha habituado a la primera, cambia el ritmo de la serie al introducirse otra temática. Esto es especialmente perceptible en algunos episodios de la tercera serie que discurren en las antípodas de Noruega, en Brasil. Es posible que a algún tipo de público, habituado a la nieve y a los fiordos, les cueste reconocer la serie entre las favelas y el sambódromo de Río.
¿Merece verse? Sí, sin duda. Como mínimo, la primera temporada. No es solamente un divertimento: es una reflexión de la sociedad noruega sobre sí misma y sobre su viabilidad. Quizás esa no haya sido la intención de los guionistas, pero es lo que, en definitiva, les ha salido. Nos equivocaríamos, pues, si aspirásemos sólo a que esta serie nos hiciera pasar un rato entretenido y si perdiéramos la ocasión de que nos hiciera reflexionar un poco.
Detalle notable: banda sonora especialmente cuidada. El gánster neoyorkino abre un club –obviamente con el nombre de Flamingo, el mítico club de Las Vegas, abierto por el gánster Bugsy Siegel– que sirve como escenario para que en cada episodio actúen diferentes bandas de música, todas ellas de muy buen nivel.
¿Alguna sorpresa reseñable? El último episodio de la tercera temporada en la que aparece Bruce Springstten como gesto de apoyo con su amigo y compañero de banda (de banda musical, se entiende) Stevie Van Zandt.