Legado en los huesos
Sinopsis de la película
Ha pasado un año desde que Amaia Salazar resolviera los crímenes que aterrorizaron al valle del Baztán. Embarazada y decidida a dejar atrás lo vivido en Elizondo, la vida de la inspectora se ve de nuevo alterada por un suceso inesperado: el suicidio de varios presos que dejan una única palabra escrita en la pared de sus celdas, Tarttalo . Los peligros que Amaia creía haber dejado atrás regresan con más fuerza que nunca y la inspectora deberá enfrentarse a este nuevo caso en una vertiginosa investigación amenazada por la presencia de su propia madre. Segunda entrega de la Trilogía del Baztán, basada en las novelas de Dolores Redondo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Legado en los huesos
- Año: 2019
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
5.8
90 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alfonso Desentre
- Alfredo Villa
- Ana Wagener
- Arlette Torres
- Benn Northover
- Carlos Librado
- Colin McFarlane
- Eduardo Rosa
- Elisabeth Bonjour
- Elvira Mínguez
- Francesc Orella
- Imanol Arias
- Itziar Aizpuru
- Leonardo Sbaraglia
- Manolo Solo
- Mark Schardan
- Marta Etura
- Marta Larralde
- Miquel Fernández
- Miren Gaztañaga
- Ohian Lopetegi
- Paco Tous
- Patricia López Arnaiz
- Pedro Casablanc
- Ricard Balada
- Susi Sánchez
Legado en los Huesos comienza señalando el embarazo de la inspectora Amaia Salazar y presentando el caso que, se supone, le llevará de cabeza: el suicidio de varios hombres y la palabra misteriosa que escriben antes de morir, Tarttalo. A partir de ahí, todo se descontrola.
El guion avanza de manera atropellada en un intento de condensar y dotar de velocidad la investigación de la inspectora y su equipo. Los personajes llegan a deducciones obvias a través de pruebas que parecen surgir de la nada y que les hacen saltar de escenario en escenario guiados por motivos que solo ellos y los lectores del libro deben comprender.
Aunque a nadie parece extrañarle, la investigación tarda muy poco en llevar a Amaia Salazar de vuelta al pueblo en el que vive su familia. Una vez allí, las pesquisas se centran en la salud mental de su madre, ingresada en un centro propiedad del Padre Sarasola (Imanol Arias), y en las desconcertantes prácticas que ella llevó a cabo años atrás. El caso policial y los problemas familiares de la inspectora se unen entonces formando un nudo con poco sentido al que todavía tienen que sumarse los mitos y leyendas del lugar.
Las dudas, de nuevo, para todo aquel que llegue por primera vez al mundo de Dolores Redondo, brotan sin remedio y sin obtener respuesta. Basta de ejemplo el juez Markina, al que Salazar siempre acude y que intenta, constantemente, un inquietante acercamiento a ella. Dentro de cada escena juntos la inspectora es consciente de lo que ocurre, el juez es consciente de lo que ocurre, y el espectador, con los ojos bien abiertos e intentando descifrar cada plano, está absolutamente perdido. Los minutos pasan, los personajes se encuentran, Legado en los Huesos acaba y no se resuelve absolutamente nada.
Algo parecido ocurre con la relación entre Amaia Salazar y James, su marido. Su conflicto es visible desde la primera parte del metraje y lo arrastran durante toda la película pero siempre en un segundo plano. A pesar de acercar posturas, literalmente, hacia la mitad de la película, su relación cae en picado justo antes del desenlace y, misteriosamente, después desaparece. Lo que sin duda será una subtrama bien elaborada en el libro original de Legado en los Huesos, en la pantalla se traduce por unas pocas escenas desdibujadas que poco aportan a la narración.
Llegado el momento del desenlace, el ritmo de la película se anima para terminar echando por tierra el último atisbo de emoción. La inspectora Salazar se enfrenta a la previsible lucha final con pocas ganas y menos acción mientras el espectador, desde su butaca, pierde la esperanza.
Lo que en un principio parecía un interesante thriller oscuro para amantes de los mitos y el folclore se pierden entre diálogos literarios, descubrimientos apenas atractivos y un mar de preguntas para los que quizá no tengan más remedio que acudir a los libros o relegar Legado en los Huesos al olvido.
Un thriller demasiado localista, que no llega a conectar con el espectador por su falta de expresividad, por su hermetismo. Todo es demasiado uniforme. Consigue crear una atmósfera particular, entre fatalista, opresiva y exotérica, pero a costa de embridar en exceso a unos protagonistas que deambulan por la pantalla casi como espectadores de sus acciones, como si no tomaran sus propias decisiones. Eso es algo que chirría especialmente en las pesquisas policiales, que parecen más el resultado de un dictado que de una reflexión propia o de una interacción de ideas relacionadas con los hechos acaecidos.
La trama avanza lineal y puntualmente, sin un paso atrás, sin salirse un milímetro de un camino preestablecido hace ya mucho tiempo (la historia arranca casi en la prehistoria), como si ya estuviera cerrada. Y así es muy complicado que se trasmita emoción o tensión, porque el thriller es un género en el que los protagonistas se ven continuamente sorprendidos por la realidad, en el que un plano no puede saber lo que va a pasar en el siguiente, en el que la historia se tiene que mantener tan viva como abierta. Sólo así se consigue involucrar al espectador, algo que esta cinta está lejos de lograr. Aquí no se masca la tragedia por más trágica que se presente, no te llega el aliento del inexorable terror que anuncia.
Aprueba en sus aspectos técnicos, con una Marta Etura que, como siempre, conecta con la cámara, pero por más que ayude a que su visión sea llevadera, no la hace más interesante.
La película me ha gustado pero reconozco que me he enterado de todas las tramas y mensajes porque previamente me había leído el libro, cosa que no ha ocurrido con las personas que me acompañaban que estaban un poco perdidos.
La actuación de Marta Etura me ha gustado bastante y lo que no me ha gustado nada es la elección de Leonardo Sbaraglia como el juez Markina. En serio que un juez elegante y de la zona lo interpreta un argentino ( con su acento por supuesto) me ha chirriado mucho.
La Trilogía del Baztán son tres interesantes libros , pero creo muy difíciles de adaptar, aunque sean en tres películas, una serie hubiera estado mejor.
El guardían invisible , basada en el primer libro, me decepcionó bastante, a día de hoy solo recuerdo una buena interpretación de Elvira Minguez, en el papel de Flora la hermana de la protagonista y algunos bellos paisajes de Elizondo.
Legado en los huesos , basada en el segundo libro, también me ha decepcionado. Es algo mejor que la anterior técnicamente, bien rodada, buena puesta en escena y dirección artística, bonita fotografía del entorno navarro pero falla estrepitosamente en los personajes donde no profundiza absolutamente en ninguno y tampoco en ninguna de sus subtramas.
El problema está en un mala adaptación ya que se necesitaba una buena depuración de ellas. De principio decidirse por uno de los dos temas que tiene que investigar la protagonista, no esa mezcla que confunde bastante sobre todo a los que no hayan leído los libros.
Eliminar varios personajes que no aportan nada y profundizar en otros. El americano con el que ella se comunica está de más, la historia con el marido es aburrida y encima en inglés. En esta historia porque no se han colocado subtítulos o es que todos los espectadores tenemos que entender inglés?. El personaje de Leonardo Sbaraglia podía desaparecer sin enterarse nadie, Imanol Arias hace un papel desdibujado del que está en el libro. El compañero policía de la protagonista, un papel bonito en los libros, aquí pasa a ser mera comparsa. Quizás lo único destacable en personajes sea la madre, sus apariciones, creo que dos veces, tienen fuerza , puede que gracias a lo gran actriz que es Susi Sanchez, e Itziar Aizpuru, la tia, siempre correcta en ese papel de mujer navarra. Marta Etura bien pero son demasiadas subtramas para poder centrarse y a veces da la sensación que como la película ella también está un poco perdida.
Correcta la banda sonora de Fernando Velázquez.
En resumen una adaptación floja aunque no tan mala como la del El silencio de la ciudad blanca .
Fernando González Molina dirige un película que bien podría pasar por teleserie o serie B, con muchas promesas pero poco contenido, que no aporta nada nuevo y no sorprende en ningún aspecto. Marta Etura lo intenta pero no convence, y Leonardo Sbaraglia e Imanol Arias hacen acto de presencia y poco más. Los diálogos están sacados de la novela, algo que encaja fatal con lo cinematográfico, por lo tanto, quedan impostados, faltos de naturalidad. Como punto positivo queda el emplazamiento, pero todo queda emborronado.
La trama avanza a trompicones y el desenlace… en fin, un acto de fantasía e inverosimilitud que acaba por echar al barro cualquier esperanza, si es que quedaba alguna. LEGADO EN LOS HUESOS supone una gran decepción, puesto que es aburrida de principio a fin. Los actores no pueden sacar más de unos personajes que posiblemente sean carismáticos en la novela, pero que en la gran pantalla son incapaces de brillar. Posiblemente no sea culpa de los actores, sino de la idea de sacar rendimiento a una trilogía de éxito y de tratar de condensar una novela en apenas dos horas.
En definitiva, LEGADO EN LOS HUESOS es una gran decepción que constata que la idea llevar al cine un best-seller no es siempre la mejor opción. Carencia de carisma, falta de ritmo, pesadez y aburrimiento son algunas de las cosas que no encontraremos, por no hablar de un desenlace inverosímil que, tras el sopor, ya ni nos sorprende. No os la recomiendo, quedaos con la novela.