Le jeu avec le feu
Sinopsis de la película
Georges de Saux es un acaudalado banquero que decide apartar a su hija de la mala vida que lleva a cabo. Para ello, contrata a un detective privado, llamado Franz, para que la tutele y la conduzca a un balneario. Sin embargo, resulta que dicho balneario resulta ser un burdel en el cual las jóvenes son entregadas a maníacos sexuales para que sacien sus apetitos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le jeu avec le feu
- Año: 1975
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
4.8
81 valoraciones en total
Jugando con fuego, nos transporta directamente a aquellos cines de barrio de sesión continua de los setenta en la que de vez en cuando se colaban películas seudo-eroticas Y seudo-intelectuales, aquellas que bajo una trama de cuento erótico se convertían en películas que no iban más allá de su clasificación, muy española, de S, eso sí hechas con cierta seriedad, presupuesto, guión y notoriedad en sus actores (Jean-Louis Trintignant, Philippe Noiret, o la siempre bella –en aquellas épocas de instituto- Sylvia Kristel).
Pero claro el tiempo ha pasado y si bien la erótica del film se queda anticuada y ñoña, la película guarda el alma provocadora de aquellos años, y a diferencia de las eróticas españolas que eran burdas, inconexas y directas, éstas usaban tramas más o menos complicadas que llevaban la escena, cual Marques de Sade, a escenarios eróticos de los más extravagante.
Al final te quedabas con el recuerdo de los distintos personajes femeninos que se desnudaban en la película (todas son la misma pues todas son iguales en forma y masa, de tetas pequeñas y similar corte de pubis prono bis ), si bien con el paso del tiempo y pasados las obsesiones propias de la juventud setentañera saciada en esos cines y alrededores, me quedo con esa escena rodada desde la terraza del arco del triunfo, o de las escenas rodadas en ese ornamentado teatro, donde cada puerta daba paso a distintas utopías eróticas salidas (nunca mejor dicho) de lo más profundo de la mente, en este caso calenturienta, como no podía ser de otra forma.