Las manos en el aire
Sinopsis de la película
El 22 de marzo de 2067, Milana, una mujer de origen checheno, recuerda hechos ocurridos 60 años antes. En 2009, en Paris, cuando era alumna de quinto curso de secundaria, tenía una pandilla de amigos: Blaise, Alice, Claudio, Alí y Yousseff. Un día, Yousseff, cuyos padres eran inmigrantes ilegales, fue deportado, desde entonces, Milana vivió con el temor de ser la próxima de la lista. Sus amigos juraron entonces que permanecerían siempre unidos y harían todo lo posible para salvarla del destierro.
Detalles de la película
- Titulo Original: Les mains en lair (Hands Up)
- Año: 2010
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6.6
82 valoraciones en total
La reacción de unos niños contra las políticas de expulsión de las autoridades francesas, allá por el 2009, son recordadas por una de las protagonistas sesenta años después de los hechos.
Romain Goupil, con la inestimable ayuda de Valeria Bruni Tedeschi, consigue dirigir con total naturalidad, tarea nada fácil, a unos niños que representan la pluralidad de pueblos que habitan la nación francesa.
Los supuestos hechos ficticios son reflejo de los acontecimientos que, justamente por esas fechas, tuvieron lugar en la patria de la fraternité , que siempre había presumido de cobijar y hacer franceses a todos los desplazados. Una de las consignas de la Revolución saltaba así por los aires, y el dinamitero principal fue un tío resentido, de escasa estatura, que casualmente descendía de húngaros, judíos y griegos. Sí hombre, le recordaréis, se llamaba Nicolás, más conocido por Sarkozy, y en aquel momento era Presidente de la República Francesa. Y, cosas del destino, cuñado de la valiosa Valeria Bruni, a la que no veo al lado del enano mental en las cenas navideñas. ¡Ah, el mundo es un pañuelo!, lleno de mocos, por cierto.
Lo triste, no obstante, es que cuando tomó aquellas decisiones que tenían que ver con la expulsión de gitanos, pobretones y gentes de mal vivir, ganó en popularidad y aunque las manos en el aire de los niños desprejuiciados son, en la película, un canto a la esperanza, la realidad está llevando a los franceses a esa sociedad distópica de la que reniega la inocencia infantil.
Desgraciadamente para esta película la veo despues de visionar Le Havre y dado que las dos critican muy seriamente las políticas europeas de inmigración en Europa y en Francia en particular, la cinta de Goupil lleva las de perder. No se trata evidentemente de comparar el sello de autor que imprime Kaurismäki sino del resultado final y las emociones que nos provoca. En la del finlandes todo es ternura, magia y crudeza con la realidad subyacente. En la del francés no acabo de empatizar con esta pandilla de niños que parecen entresacados de las novelas de una Enid Blyton del siglo XXI, con su Club de los 7 secretos o Los cinco.
El ver como asumen los chavales las medidas barbaras y antisociales de repatriación de su país y su particular toma de conciencia con las actuaciones policiales es una propuesta más que interesante que el comprometido director izquierdista se deja escapar como agua entre las manos de una forma bastante light, perdiéndose en la belleza del rostro de la niña chechena y las aventuras y amorios de esos veranos inolvidables donde casi todos tallábamos corazones en los árboles. En algunos momentos me recordaba a las películas al efecto de Manolo Summers.
Sin apenas tensión ante el futuro desenlace, el final nos parece algo pretencioso y forzado y no sabemos si meditar sobre las injusticias sociales o recordar las travesuras de estos enfants terribles.