Las flores de la guerra
Sinopsis de la película
En 1937, durante la segunda guerra chino-japonesa, John (Christian Bale), un maquillador de cadáveres, llega a una iglesia católica de Nankín para preparar al párroco antes de su entierro. Las terribles acciones del ejército invasor japonés lo convierten a su pesar en protector de las alumnas de un convento y de las prostitutas de un burdel cercano. Tendrá entonces la oportunidad de saber qué significan el sacrificio y el sentido del honor. La película más cara de la historia del cine chino es una adaptación de una novela de Yan Geling titulada ‘Las 13 mujeres de Nankín’, basada en un suceso real que todavía hoy conmociona a China.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jin Ling Shi San Chai (The Flowers of War)
- Año: 2011
- Duración: 146
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Opinión de la crítica
7.1
24 valoraciones en total
Pues sí, no las entiendo. Y esto me sucede por leerlas, claro, que si así no fuese no tendría sentido que en este instante yo estuviese haciendo lo mismo.
No entiendo esa incorregible manía de comparar. Ciudad de vida y muerte es una enorme película y esta, es otra. Ni mejor ni peor. Distinta, aunque el tema se solape o quede tan cercano que casi sea el mismo.
Tampoco entiendo que el personal se queje de la imagen que los chinos ofrecen de los japoneses. Les recomendaría un libro de historia. Pasó lo que pasó. Aún recuerdo como de niño deseaba que los indios ganasen a los del vaqueros… pero no, la historia fue la fue. Los japoneses asesinaron, violaron y destruyeron. Y lo de Nanking fue masacre como tantas otras que han sucedido.
Aparte de esto, que es criticar a los críticos, la película… una maravilla. Dos largas horas de entretenimiento, dolor, emoción y sentimientos desbordados. Bale, genial. Ni Ni hermosísima. La historia, creíble o no, suficiente.
¿Vamos a buscar pajas en los ojos ajenos? ¿Esto no es creíble y un tipo vestido de murciélago sí?
Por favor, señores, esto es cien, pasen, vean y disfruten… si es que pueden.
Me encanta Zhang Yimou. Ya desde su maravillosa Sorgo rojo quedé prendado de su habilidad para contar historias y sacar máximo provecho de sus actores. Por eso es frustrante ver The Flowers of War y constatar que aquel sobresaliente narrador, ese soberbio director capaz de decir tanto con tan poco, ha llegado al límite de su capacidad. Hay motivos para entristecerse aunque, vaya por delante, estamos ante una película superlativa a nivel formal, llegando en algunos momentos a entregar imágenes que tardarán mucho en borrarse de la cabeza. Su uso de la luz, alguno de sus planos secuencia, el aprovechamiento de los espacios, la composición del ciertos planos… No es una película mediocre desde un punto de vista exclusivamente técnico (narración al margen), de hecho se disfruta y es el único motivo por el que merece ver una película de dos horas y media con un guión tan plano.
El problema surge así de la base. No conozco la novela original pero hace tres años el director chino Lu Chuan estrenó la fantástica película City of Life and Death , que abordaba también la ocupación japonesa en Nanking y las matanzas que llevaron a cabo, entre otros actos vandálicos, y se atrevía incluso a ser en blanco y negro, a prolongar su historia y enfocarla desde varios puntos de vista. No es que la película de Yimou sea la versión Pocoyó de aquella pero cerca se queda. Lo que tenemos aquí es un inicio bélico potente pero que por cómo está realizado (con numerosos tiempos bala fatal integrados, por cierto) parece más un anuncio de un Call of Duty que una rigurosa obra cinematográfica. Lo que sigue después es la historia de unas prostitutas que se refugian en una iglesia y cómo un enterrador (Bale) debe asumir el papel de cura para salvar el pellejo.
Hay un elemento interesante: el personaje de una de las prostitutas, interpretado por la bellísima Ni Ni, que parece salido de una cinta de época de Kar Wai, tipo In the Mood for Love y aporta tridimensionalidad a una historia que carece de ella, pero lo demás no es especialmente inspirado. Ni resulta creíble el personaje de Bale (los hechos, su interpretación está bien) ni mucho menos la conclusión. Los japoneses siguen siendo retratados desde un punto de vista chino, es decir, como unos hijos de puta* y realmente ni los momentos más pretendidamente dramáticos (remarcados, como digo, con tiempo bala, o directamente con planos-detalle de mal gusto) no funcionan, a menos que uno se los tome a broma. No hay sutileza, es todo tan en plan dirijo de maravilla, dame premios que… se los darán. Pero nadie se acordará de The Flowers of War cuando dentro de 50 años se hable de Zhang Yimou como una de las figuras claves de la historia del cine no sólo chino, sino asiático en general. Vivir! , La linterna roja , El camino a casa e incluso Hero . Ese es su legado. Y como fan de su obra, espero que su próxima incursión cinematográfica sea más personal y menos conservadora.
En primer lugar quiero zanjar el asunto sobre el trato que se hace de los japoneses para poder meterme de lleno en la película. Más allá de que las bochornosas acciones niponas en la ocupación de China están más que documentadas lo importante no es quedarse con un conflicto de nacionalidades, Zhang Yimou lo que retrata es el horror de la guerra. El mismo horror de soldados enloquecidos sin control del mando que sufrimos en España cuando las tropas napoleónicas y luego las inglesas de Wellington pasaron, el mismo que sufrieron en Polonia cuando pasaron las tropas nazis y soviéticas. Y nunca te muestra a uno de los malvados cabecillas que está detrás de todo (eso sí sería maniqueísta), solamente a oficiales mandados sin escrúpulos que escoden su cobardía ética tras el consabido sólo obedezco órdenes .
Zhang Yimou lo que quiere retratar es la situación dantesca que produce la entrada en una ciudad de enemigos armados que pueden violar y matar sin rendir cuentas a nadie. Y lo hace a la perfección, el enorme desasosiego que te produce ver a uno de los protagonistas cuando deambula por esas calles sólo es comparable al de una película de terror. El director nos hace sentir el mismo miedo de cualquier civil ante una ocupación militar. Que tremendo desamparo, ni siquiera dentro de los muros de la congregación están a salvo.
El guión es mucho mejor de lo que parece en un primer momento. La evolución del maquillador de cadáveres es brutal y creíble (grandísimo Bale, tanto tiempo después del Shanghai del Imperio del Sol) pasa de ser un buscavidas descreído a casi un hombre de fe, por ver lo que ve. La relación entre las chicas aún puras y las chicas hace tiempo corrompidas es maravillosa, del desprecio total a una fraternal devoción, por lo mismo, por ver lo que ven y compartir sufrimientos entre cuatro paredes. Y a esto suma el papelón de Tianyuan Huang, un chaval desbordado entre un mundo de adultos sin piedad que se hace responsable de cuidar a las niñas. Creo que mostrar la evolución de todo esto es mucho más profundo que lo que hacen otras películas de culto, los que no lo hayan apreciado que le peguen otro visionado a la película porque lo merece.
A esto suma la maestría visual de Zhang Yimou, con esas imágenes casi oníricas de las explosiones, con esos balazos que significan mucho más que un trozo de plomo candente, con esas escenas más gore que transforman la sangre en pena y sobretodo con esas maravillosas imágenes desde el rosetón de la catedral.
Adaptación de una novela de Yan Geling titulada Las 13 mujeres de Nankín. La historia se ambienta durante la segunda guerra mundial en la población China de Nanjing durante la ocupación japonesa, en la que John (Bale), cuyo oficio es la tanatopraxia, busca la Catedral católica de la ciudad, la cual se ha quedado sin sacerdote. Al llegar allí se encuentra con un grupo de niñas estudiantes que se hospedaban en la propia catedral para dar clases y recibir alimento y cobijo. Mientras que el forajido se piensa si instalarse o no, aparecen un grupo de prostitutas buscando hospedaje por la gracia divina. En poco tiempo John se ve obligado,moralmente, a ponerse la sotana e intentar ocultar ( a las prostitutas) y defender ( a las niñas) de los marranos de los japoneses. La película ronda en torno a este tema salvar a todas las mujeres de las garras de los nipones.
Existe una película que trata de un tema muy parecido, Ciudad de Vida y Muerte, que también trata de la invasión de los japoneses de Nanjíng, no quiero compararlas. La película de Yimou que nos concierne, trata el tema de la guerra, si, pero con un papel secundario, deja el conflicto en un segundo plano, para poder centrarse en las emociones, los sentimientos de los personajes, y amigos, cuando Yimou quiere narrar esos sentimientos delicados y minuciosos que nos muestra esta película, no tiene discusión niguna que lo hace genial.
He de reconocer que soy un enamorado de Zhang Yimou y de la mayoría de lo que hace, El Camino a Casa y Vivir me parecen obras maestras. También realizó otras como La búsqueda, Hero y La casa de las dagas voladoras que no son tan buenas pero mantienen un buen nivel. Aun me quedan en la recamara títulos como La linterna roja o Ni uno menos. Yimou tiene la capacidad de contar las historias más simples y clásicas de una forma intimista y delicada, su forma de transmitir los sentimientos, la integración de la música y un juego de cámara que, sin llamar la atención, consigue un efecto sincero y directo. Todo esto le ha valido para colocarse, junto con Kar Wai, en la primera fila internacional, al que no tardaran en abrir las puertas de Hollywood, aunque no se si eso sería buena idea, por que pueden salir fiascos gordos de esa combinación.
En cuanto a la película de la que estamos tratando, he leído que es un film menor , que Yimou a elegido el lado conservador (Yimou siempre ha sido conservador, y es ahí donde destaca). Me gustaría proponer una serie de puntos por los que considero que la película no es mala, eso si tampoco es tan buena como en otras ocasiones.
sigo abajo por falta de espacio…
Nanjíng conocida antiguamente como La ciudad del cielo, en la confrontación entre Japón y China, quedó convertida en una ciudad sin vida, totalmente destruida y sus habitantes sufrieron una de las masacres más atroces e inimaginables. En los primeros veinte minutos de la película de Zhang Yimou, vemos multitud de edificios en ruinas mientras los obuses van cayendo y los disparos de los asaltantes suenan sin cesar, todo lo demás es silencio, ese silencio de desolación y muerte. Yimou, victima de una censura implacable, seguro que con ésta filmación consiguió entre sus compatriotas una aceptación que no había conseguido con otras películas suyas inolvidables: El camino a casa, Amor bajo el espino blanco, Vivir, etc.
La adaptación de la novela de Geling Yan, es muy correcta. Pero es evidente que Zhang Yimou hace un tratamiento de los personajes no tan poético como en otras ocasiones, no obstante nos demuestra el gran cineasta que es, consiguiendo levantar una tragedia a través del contraste de sus personajes, por una parte las jovencitas colegialas de la Iglesia-Internado Católico, único edifico que aún no había sido destruido por los japoneses, y por otro las prostitutas que huyendo de la masacre han encontrado refugio en la Iglesia.
Como personaje de unión entre esos dos mundos tan dispares, nos encontramos con un americano John Miller (buen trabajo de Christian Bale) un auténtico vividor, que no duda un instante en vestirse de sacerdote para evitarse problemas, pero al que las circunstancias le convertirán en defensor sin reservas de todas esas mujeres. Tanto ante el ataque bestial de los soldados nipones en su entrada a la Iglesia y la brutal violación de las jóvenes, como al enfrentarse con los mandos superiores. Y con un final lo mejor de la película, donde recibimos todos una lección de vida más enorme, la del amor y el sacrificio.
Hemos de destacar, el trabajo de todos los intérpretes y en especial el del joven monaguillo valedor de las colegialas, que realiza una actuación excelente. Y la gran fotografía de Xiaoding Zhao.