En terapia (En tratamiento) (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2008-2010). 3 temporadas. 106 episodios. El Dr. Paul Weston (Gabriel Byrne) es un psicoanalista de cincuenta años que, además de atender a sus pacientes, acude a la consulta de Gina (Dianne Wiest), una psicoanalista ya retirada, que hace años fue su supervisora profesional. Serie de la HBO que se basa en la serie israelí Be Tipul , creada por Hagai Levi, Ori Sivan y Nir Bergman.
Estreno de la 4ª temporada con nuevo reparto en HBO: 24 de mayo 2021.
Detalles de la película
- Titulo Original: In Treatment (TV Series)aka
- Año: 2008
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
Película
7.6
23 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aaron Shaw
- Alex Wolff
- Alison Pill
- Amy Ryan
- Anthony Ramos
- Blair Underwood
- Dane DeHaan
- Debra Winger
- Dianne Wiest
- Embeth Davidtz
- Gabriel Byrne
- Glynn Turman
- Hope Davis
- Irrfan Khan
- Joel Kinnaman
- John Benjamin Hickey
- John Mahoney
- Josh Charles
- Julia Campbell
- Laila Robins
- Liza Colón-Zayas
- Mae Whitman
- Max Burkholder
- Melissa George
- Mia Wasikowska
- Michelle Forbes
- Quintessa Swindell
- Russell Hornsby
- Sherri Saum
- Sonya Walger
- Susan Misner
- Uzo Aduba
Cometí el error de estudiar Psicología en la Facultad de Valencia. Soy tan específico para salvaguardar la esperanza de que tal vez en otras facultades el enfoque fuera distinto, aunque honestamente no lo creo. Lo peor no fue el desperdiciar cinco años de mi vida allí, sino toda la ilusión, todo el potencial, todo el amor por mi profesión que murió entre aquellas paredes. En lugar de prepararme para ser un buen terapeuta, tuve que enfrentarme a un plan de estudios diseñado pensando únicamente en el reparto de cuotas de poder entre el profesorado, con un enfoque mayoritariamente conductual, que para los que no lo sepan, es una rama de la Psicología que trata a las personas como si fueran perros y gatos, motivados únicamente mediante el refuerzo y el castigo, pero que es incapaz de atrapar la complejidad de la mente del ser humano como sí hacen otras aproximaciones.
Así que salí de allí igual que entré, tan solo con un trozo de papel entre mis manos que me permitía ejercer de psicólogo, aunque en la práctica se me había desposeído de cualquier esperanza para hacerlo.
Pero bueno, la vida nos hace justicia a veces, y hace unos días tuve la oportunidad de empezar a ver esta serie, y por fin creo haber tenido acceso a lo que es practicar la Psicología con mayúsculas. Estoy verdaderamente fascinado con esta serie. Cada capítulo es como una pequeña joya, perfectamente interpretada, escrita y desarrollada. Es como una mini obra de teatro de algo más de 20 minutos. Su realismo, la forma en que está dirigida, sin efectismos, todo en tiempo real… La cercanía de los actores, su vulnerabilidad… Dios, si hasta parece que puedas tocarlos con las manos!!!
Esto es con lo que yo soñaba cuando me matriculé en la Facultad de Psicología, esto es lo que yo hubiera querido hacer con mi vida… Un terapeuta-humano frente a un paciente-humano con todas sus debilidades, incertidumbres, contradicciones y complejidades. Real como la vida misma. De hecho, no se nota que los actores estén actuando. Hay una autenticidad que pocas veces he visto en el cine o en la tele. Parece como si nos introdujéramos subrepticiamente en la consulta de un terapeuta y se nos concediera el privilegio de contemplar su trabajo a medida que éste se desarrolla. Sin trampa ni cartón. Resulta difícil creer que sea una serie de televisión y no un documental sobre hechos reales.
A estas alturas de mi vida, se que jamás llegaré a ejercer de aquello con lo que estudié, pero al menos me queda el consuelo de que mis anhelos no eran una mera quimera, de que es posible hacer Psicología con mayúsculas. Enhorabuena a todos los responsables involucrados en la realización de esta serie. Me ha devuelto la fe en la Psicología.
Una nueva delicatessen nos llega de la mejor cocina de la televisión. ¡Qué sería hoy de la caja tonta (bueno ahora de la pantalla plana tonta) sin la productora americana HBO!
En este caso se trata de un cóctel de personajes que nos es servido en pequeñas raciones individuales, y que ha de degustarse pausadamente, dejando que se deshaga poco a poco en el paladar mientras libera todo su sabor.
Cine (porque estas series son como el mejor cine) sobrio, de planos cortos, pausado, de actores (la práctica totalidad del elenco borda su papel), de gestos y de diálogos, geniales diálogos. Es el triunfo del guión en los tiempos de los efectos visuales. Un oasis en una época en que nos estamos malacostumbrando a una manera de rodar pasada de revoluciones, con frenéticos y constantes movimientos de cámara que hacen que te alejes de la pantalla para poder ver mejor. Esta serie no, esta serie se ve de cerca.
Un oasis como la consulta del Doctor Preston lo es para sus pacientes (la seductora Laura, el inquebrantable Alex, la intrigante Sophie, y la pareja imposible que son Jake y Amy) o como la de su colega Gina lo es para el propio Paul, un refugio de calma para la problemática de sus vidas en el que juntos van tirando del hilo hasta deshacer el nudo que aprieta sus almas y que libera todo un torrente de emociones y sentimientos.
Es una serie que, para su mejor disfrute, debe verse tal y como está planteada: un capítulo al día, dedicado a cada paciente, y cinco por semana, de tal modo que acabemos por convertirnos en un personaje más dentro de esa habitación, alguien que acude fiel a la cita de cada día con su terapeuta.
P.D: El mérito habrá que reconocérselo igualmente a la serie original israelí (Be Tipul), de la cual In Treatment es una traslación al gran mercado bajo la denominación de origen que es HBO.
Planos y contraplanos, enfoques al rostro y juegos con las miradas, la gesticulación, las manos, el sudor, la ira, los miedos. Un psicoterapeuta, y un paciente enfrente suyo. Treinta minutos por sesión que harán el deleite del espectador, con un fascinante Gabriel Byrne que tiene el papel de su vida, y que como anillo al dedo le viene. Capítulos semanales, cinco sesiones para cada una, cuatro con pacientes suyos, y una quinta en la que el actor, con sus crisis, se expondrá a lo mismo que sus clientes días atrás con otra psicoterapeuta, una amiga del pasado. Una maravilla de la televisión, que ya me tiene enganchado. Rodrigo García, el director, baña esos pocos minutos de sesión con la sensibilidad del que hace algo con esmero y cariño. Sólo diálogos, caras frustradas, miedos y sueños que salen al exterior, normalmente, después de encontrarse frente a frente consigo mismo, frente al terror de ser descubierto por el peor de nuestros conocidos: nosotros.
Versión americana de la aclamada serie israelí Be tipul donde de lunes a jueves un importante psicólogo (genial Gabriel Byrne) recibe a cuatro concretos pacientes, uno por día. El viernes es el propio psicólogo, Paul, quien va a terapia.
Cada capítulo es una sesión. 25 minutos de diálogos. Plano, contraplano. Pocos más son los ingredientes de esta serie que pese a su aparente simpleza e incluso tedio al desarrollarse siempre en el mismo escenario consigue atrapar al espectador al desmenuzarnos las miserias, desgracias, vivencias y pasiones a través únicamente de las descripciones de los protagonistas. Aquí no hay flashbacks ni ningún recurso fuera de la palabra y las miradas y gestos de los personajes. Emociones en estado puro.
Mantenía con cierto recelo el visionado de esta serie por razones obvias: una apuesta temeraria con formato arriesgado y emisión diaria. Como aval, dos actores consagrados: Gabriel Byrne (Sospechosos habituales) y Dianne Wiest (2 oscar), y una cadena: la HBO (Roma, A dos metros bajo tierra, Los Soprano).
A partir de aquí, es necesario concienciarse de lo que tiene delante suya. Posiblemente nada de lo que ha visto hasta ahora se parece a In Treatment. Manual de instrucciones:
1. Elimine los prejuicios iniciales. Esto no es Lost, ni Prison Break, ni Heroes. Cada capítulo de In Treatment posiblemente tenga el mismo presupuesto que una escena en una de esas series. Olvídese de los tiros, las persecuciones y demás.
2. Ni se le ocurra tragarse más de un capítulo diario. La miel hay que saborearla con delicadeza, para no empalagarnos.
3. Intente encontrar media hora al día, siempre la misma y a ser posible, de lunes a viernes, tal y como se confeccionó la serie.
4. No se impaciente, el ritmo es lento y puede cansarle rápidamente. Dese una oportunidad e intente al menos aguantar dos semanas
Si después de estas breves indicaciones, sigue sin encandilarle In Treatment, le recomiendo encarecidamente que lo deje. El teatro no es para usted.
A mí sin embargo sí me funcionó: el lunes era el día para enamorarnos, el martes para conmovernos , el miércoles para contemplar una promesa de futuro, el jueves para dejarse llevar y el viernes… El viernes era el día para redimirse y arrepentirnos de nuestros pecados.
Estoy ansioso que comience la segunda temporada. Los actores ya no será los mismos, pero la magia de los guiones se conservará sin lugar a dudas
Enero, 2009: acómodese y disfrute del teatro en la pequeña pantalla