Las brujas de Zugarramurdi
Sinopsis de la película
Dos parados (Mario Casas y Hugo Silva) cometen un atraco y huyen perseguidos por la policía (Pepón Nieto y Secun de la Rosa) y por la ex mujer de uno de ellos (Macarena Gómez). Así, se adentran en los bosques impenetrables de Navarra y caen en las garras de una horda de mujeres enloquecidas que se alimentan de carne humana.
Detalles de la película
- Titulo Original: Las brujas de Zugarramurdi
- Año: 2013
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
5.6
50 valoraciones en total
Siento una gran indignación después de haber visto semejante bodrio.
No me gusta ver a Carmen Maura, una actriz respetada, haciendo literalmente el imbécil.
Tampoco es de recibo que el que dirigiera 800 balas , La comunidad o El día de la bestia ya se ha olvidado de hacer buenas películas y con ésta me parece que ha conseguido que su carrera ya tenga más bazofias que cosas interesantes.
La película es absolutamente patética. Cuando quiere hacer gracia, da vergüenza ajena con sus estupideces. Cuando se pone seria no hay quien se lo crea. Esta llena de momentos vergonzantes y de diálogos estúpidos.
No se puede dejar de reconocer que tiene todo el estilo de Álex de la Iglesia, pero en esta ocasión se le va tanto la pinza que se pasa tres pueblos.
Las conversaciones en el taxi al principio, el personaje de la mazmorra, las chorradas de Carolina Bang y sobre todo el lamentable aquelarre del final (entre la música y lo que no es la música), destruyen el poco prestigio que tanto el director como el cine español podían tener últimamente.
Y lo peor es que se nota que ha tenido que costar una buena cantidad de euros sufragados con subvenciones a costa del erario público.
¡Qué vergüenza!
Ésta es mi primera valoración en filmaffinity. Sigo la web desde hace años, y nunca me había animado a escribir hasta hoy, habiendo salido hace un par de horas de ver Las brujas de Zugarramurdi. Sin haber visto La chispa de la vida (lo siento, me da mucha pereza José Mota), opino con seguridad que es la peor película de Álex de la Iglesia, del que me considero seguidor.
¿Por dónde empezar? No entiendo como en las críticas del resto de usuarios se alaba el aspecto técnico de la película. Es bochornoso. Para un proyecto como éste, entiendo que los efectos especiales y digitales tienen cierto presupuesto, y salvando un único momento del film (cierto gran personaje que aparece al final), los efectos especiales son falsos, innecesarios y MUY cutres.
Las interpretaciones. No perderé mucho tiempo en hablar de Carolina Bang, sólo diré que ésta chica únicamente trabajará con Álex de la Iglesia, por algo será. Terele Pávez está estupenda porque ella es estupenda. Carmen Maura está bien , porque su personaje no da para más y está muy desaprovechado. Hugo Silva muy en su línea, sin sorpresas. Para mí, la actuación más sorprendente es la de Mario Casas, aunque parezca mentira. Y es que su personaje es divertido, creíble y no tan sencillo de interpretar como parece. El dúo Santiago Segura-Carlos Areces sobra, porque aun siendo en cierto modo una película de humor, sus caracterizaciones son penosas, muy Muchachada Nui. El niño elegido para la película, un horror.
La primera parte de la película es buena, rápida, divertida y muy de la Iglesia . La segunda mitad es aburrida, llena de errores y saltos en guión y planos, con un desenlace muy flojo y no hablemos de la escena final antes de los créditos.
La historia a priori pintaba muy bien: un grupo de atracadores dan un golpe en Puerta del Sol y en su huida se encuentran con las célebres brujas de Zugarramurdi, y todo ello dirigido por Álex de la Iglesia. Pero no hay ambientación brujil por ningún lado, no se profundiza en los personajes, hay situaciones forzadas y en algunos momentos parece que estás viendo una serie de la que te has perdido algún capítulo y no sabes qué ni por qué pasa lo que estas viendo. Sus lagunas y saltos de guión, sus flojas interpretaciones en general y el BOCHORNOSO aspecto técnico hacen que para mi sea una de las grandes decepciones del año.
Alex de la Iglesia, que es un director magnifico, debería plantearse hasta que punto su vida privada debería influir en su carrera. Porque darle un protagonista a Carolina Bang es matar cualquier película. Así de claro. Es tal su inexpresividad, su inadecuada voz, y su infame forma de actuar, que hace que cualquier escena en la que aparezca ella se torne esperpéntica. (¿No estaba Michelle Jenner disponible para este papel? ¿Úrsula Corberó? ¿Cualquier actriz que no sea Carolina Bang?). Pero es que además, las apariciones amiguetiles , y mas concretamente Segura, Areces y Javier Botet son de VERGÜENZA.
Por lo demás, la película, es sensacional. Mejor dicho, la primera parte de la película, que es una obra maestra de la acción castiza y el disparate, con un estilo visual marca de la casa y unas actuaciones espléndidas (Sorprendentes Silva y Casas, Jaime Ordóñez ya hace tiempo que sospechaba que es un actor estupendo). La segunda parte, un despropósito. Persecuciones de aquí para allá, brujas buenas, brujas malas, brujas tontas, un monstruo salido de no sé donde, y poco mas. La parte terrorífica se diluye en payasadas y la parte humorística se vuelve absurda e incoherente (¿En serio hacían falta esos papeles de Segura y Areces? ¿De verdad?). Hasta llegar a un final absurdo, penoso, vergonzoso. ¿No hay nadie que le diga a Alex y Guerricaechevarría que se trabajen un poco mas los finales?. Una lastima que Alex siempre esté bordeando el peliculón y tan pocas veces lo consiga.
Si una de las últimas películas que ha hecho Álex de la Iglesia le gusta a la bruja de Carlos Boyero… ¡CORRE, HUYE Y NO PARES! Y es que el director de El día de la bestia y de la injustamente infravalorada Muertos de risa confirma nuevamente que no levanta cabeza desde La comunidad. En esta ocasión —y tras el descalabro narrativo y pésima ejecución de una buena idea y alegoría en Balada triste de trompeta— ha recurrido a Jorge Guerricaechevarría para comedir a protuberante su ombligo y hacer algo… ¿cien veces peor? Puedo aceptar su arranque —pese a que viva de rentas pasadas y contenga una cantidad de ideas descerebradas en todo el pastiche unidas con su autocomplacencia habitual (aquello que llaman otros estilo) y algo tan digerible como un bocata de escombros— como una revisión castiza de Abierto hasta el amanecer. Incluso puedo deglutir que haya fichado al casting de Los hombres de Paco aprovechando el tirón de picores uterinos que puedan provocar Hugo Silva y Mario Casas en taquilla para rentabilizar el asunto. Es más, hay hallazgos visuales, homenajes y aspectos interesantes —entre un catálogo de tróspidez, vergüenza ajena y una enciclopedia de absurdos— en la presentación de esa troupe de sorguiñas vascas adoradoras de una divinity parida de la mitología vasca. Pero no puedo tolerar que con todos los elementos que poseía Álex de la Iglesia haya dinamitado un explosivo comienzo para narrar un cúmulo de sinsentidos que llevan a unos de los desenlaces más estúpidos y desastrosos que se puedan concebir en la actualidad. Sí, estoy en mi momento Boyero del día y enterrado boca-abajo mientras escribo esta crítica…
) me metí en forocoches para ver si allí la explicaban (todavía no está en Yahoo! Answers, ¡listillos!) y hallé la mejor respuesta:
No entiendo qué quiere contarnos el director de 800 balas: ¿La crónica de la fuga de cerebros que está sufriendo España por la crisis siguiendo el ejemplo y palabras de Yola Berrocal? ¿Comparar nuestro país en la actualidad con el franquismo y la huida y éxodo republicano a Francia con el oro que la crisis robó para obtener la salvación (y pasarse por el forro los tratados de extradición)? ¿La crónica del machismo aplacada por el brutal feminismo? ¿Dar un nuevo catálogo de chistes y referencias a los misóginos del tipo «Eres más bruja que Carmen Maura en Las brujas de Zugarramurdi»? ¿La superación de un traumático suceso que padeció Álex de la Iglesia en Badajoz? ¿Qué la España negra todavía existe gracias a gente como Iker Jiménez y José Luis Moreno? ¿Qué Carolina Bang —esa gran actriz que tiene trabajo porque su novio es director— debería tener unas clases de interpretación de alguien con más registros como… Sonia Monroy? ¿Qué desea constatar el odio (a muerte) sobre Bob Esponja? ¿O tal vez ansía ser el ejemplo para las escuelas de cine… como sucesión de fallos de raccord y lagunas argumentales?
Como no entendí nada de mitad de la película en adelante y el final me pareció un desparrame repleto de hastío y vergüenza ajena (
«Es la típica película que sabes que es una ‘fruta mielda’ y si vas a verla, se confirma.»
Efectivamente Las brujas de Zugarramurdi es una ‘fruta mielda’ y no por ser española o estar subvencionada y esas cosas dignas de bruja que se dicen por allí. Es mala de cojons porque no es ni una frikada ni una comedia delirante de terror ni el aquelarre que necesitaba la sesión golfa ni el ritual cinematográfico para traernos de vuelta al director de El día de la bestia. Muchos se quedarán con las ideas transgresoras y genialidades antropófagas eyaculadas, que empapan un conjunto folclórico-punk, y que utiliza todos los trucos para mantener el interés sobre el estiramiento ortopédico de una premisa que se le va de las manos. Que si pongo a la parienta a rellenar la cuota de secuencias sexuales y restriegues varios para ver si se calienta el personal, que si meto a Santiago Segura y Carlos Areces para que el público me ría la gracia y que, en definitiva y resumen, si acabo porque acabo y porque ya tocaba aunque me pase la lógica por el forro y le meta la escoba por el orto al espectador que neuronalmente siga vivo ante semejante catálogo de desastres.
Por mucha chispa y magia que pueda tener el arranque al final todo acaba en dos velas negras… ¡Las dos velas negras que acabo de ponerte, Álex de la Iglesia por toda esta frutaflollez i basofia! ¡Devuervemé er’ dinero! ¡Devuervemélo!
Para qué negarlo: había ganas de ver Las brujas de Zugarramurdi . Pese a que el anterior largometraje de Álex de la Iglesia fue un pinchazo considerable (La chispa de la vida, 2011) y parecía haberse vaciado en términos estilísticos/temáticos con la arriesgada y barroca Balada triste de trompeta (2010), su regreso al fantaterror cómico era algo que debía verse. Así, el autor de pequeñas joyas como El día de la bestia vuelve a un camino que prácticamente inauguró él en España y que sigue sin tener demasiados practicantes pese a la evidente solvencia del formato entre el público mayoritario. Las buenas noticias son que, por fin, recuperamos al Álex que nos gusta, y la malas… que es uno intermitente, y que en su tramo final se le va completamente la pinza y confunde sin necesidad, con alguna secuencia que, para qué negarlo, provoca vergüenza ajena. Ni qué decir de su epílogo, pero obviamente de eso no voy a hablar.
Y es una pena porque es probable que los primeros 40-50 minutos del film sean realmente geniales, a la altura de La comunidad sin ir muy lejos, y la secuencia inicial que involucra un robo a una tienda de Compro Oro en Sol y la posterior huida por la ciudad, es espectacular. Tenemos un humor muy bien medido a través de unos personajes totalmente exagerados, actuando como ejes de una aventura sin punto de retorno: unos parados deciden cometer este atraco para ganar un dinero con el que encauzar su vida. La historia típica de los perdedores pero desde un punto de vista no satírico pero sí rebozado en un buen humor negro. Es curioso que sea el elemento fantástico el que empiece a torcer la producción, cuando se da demasiado peso a las brujas del título, y concretamente todo el bloque que cuenta con Carolina Bang como centro. Yo, en serio, entiendo que Álex cada vez parezca más contento pero debería dejar de vampirizar el talento de esta muchacha, y ya es mucho suponer que lo tenga o haya tenido. Es una actriz horrible -interpretativamente hablando, a su cuerpo pegas no se le pueden poner-, que cuenta además con un personaje demencial, de lejos el peor escrito de todo el guión.
Como siempre los elementos técnicos son, en su mayoría, perfectos. La fotografía de Kiko de la Rica está a medio camino entre el cómic underground y la textura de cine de Rob Zombie como Los renegados del diablo , la música de Joan Valent tira de melodías potentes para aturdir como complemento a la imagen, y Álex de la Iglesia sabe mover una cámara. Sabía antes y lo sigue haciendo, eso es evidente. El problema viene de guión, que hace avanzar las cosas con torpeza y carga demasiado la historia con personajes que sólo la retrasan, en lugar de hacerla moverse hacia adelante. Decir además que la película se dilata innecesariamente, pudiendo durar 15-20 minutos menos sin mayor problema. No es que se haga aburrida, como digo cuando es divertida, lo es y bastante, pero de la fuerza con la que arranca poco queda en un tercer acto donde salvo algún chascarillo del secundario de turno, quiere ser tan espectacular que se le va la mano. Para la historia -de los epic fails- cierto homenaje a Dragon Ball -cables mediante, o renders malos- entre dos brujas flotantes. Las brujas de Zugarramurdi es una película recomendable, de eso no cabe duda. Pero pudo haber sido mucho más a poco que se hubieran pulido ciertas imperfecciones. Si os gusta el estilo de De la Iglesia, no lo dudéis: hay que verla.