Las aventuras de Priscilla, reina del desierto
Sinopsis de la película
Tres artistas de cabaret que viven en Sidney son contratadas para actuar durante cuatro semanas en un hotel de Alice Springs, en medio del desierto rojo de Australia. Les espera una gran aventura, pero una cosa es atravesar el país en autobús, dejando atrás todos sus problemas, y otra llegar a su destino sanas y salvas. Sobre todo si Felicia y Mitzi son reinas del drag y Benardette transexual. Inician así un periplo de dos semanas, con música sonando a toda pastilla y el autocar repleto de un llamativo vestuario y zapatos de plataforma.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert
- Año: 1994
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
6.7
98 valoraciones en total
Film sorprendente de la alfa a la omega, con una historia que en su día sólo despertó morbo por ver en ella al gran actor Terence Stamp haciendo un papel totalmente inesperado a esas alturas de su carrera, pero lo cierto es que merece mucho la pena contemplar el trabajo serio y sopesado de Terence Stamp (el mismo del El coleccionista ) interpretando a una envejecida y bastante depresiva dama transexual . Y por supuesto el atractivo de este film se incrementa mucho más al pasar los años, dado que el aquí Guy Pearce, todavía casi desconocido, luego pasó al estrellato mundial por su papel magnífico de policía en L.A. Confidential , 1997, o La máquina del tiempo en 2002, y así mismo podemos decir del entonces casi anónimo y hoy célebre y famoso Hugo Weaving, el actor cuadriculado que provoca auténtico pánico psicológico en su serie de tres film sobre Matrix , obras que rodó a partir del año 1999, por tanto, resulta que esta película de Stephan Elliott, Las aventuras de Priscilla… adquiere aún más interés morboso hoy en día por observar a dichos actores ya hiperconocidos los tres en aquellos papeles de mariposones deshinbidos . En verdad que el trío se muestra genial, ¡¡¡bravo!!! por ellos.
Una película que derrocha sensibilidad, empatía y comprensión hacia estas personas de corazones un poquito más solitarios que los demás, debido a la carga de rechazo y lucha constante en que han de fajarse contra los ortodoxos del convencionalismo social, que los marginan, acosan, desprecian o tratan como aberración de la Naturaleza.
Fej Delvahe
La vi en el año 95, poco más o menos. Me gustó. La volví a ver un par de años más tarde y todavía me gustó más, quizás porque la entendí mejor. Pasaron unos tres años y la pillé una tarde perezosa mientras cambiaba de canales: volvió a engancharme y en esta ocasión, fue como un deslumbramiento súbito. De pronto, algunas piezas que antes me habían chirriado, encajaron a la perfección. Y desde entonces, soy admiradora devota de esta película.
Tres espléndidas reinonas -adorables Stamp, Weaving y Pearce- se lanzan de gira petarda por los rincones más inhóspitos del desierto australiano: con dos bien puestos. Durante el viaje compartirán, además de equipaje material y emocional, una serie de peripecias que van de lo trágico a lo cómico y que, como en toda road movie que se precie, servirán para estrechar lazos entre los/las protagonistas y conducirlas al lúcido camino de la autoconsciencia.
Peca de cierto convencionalismo en la estructura narrativa, pero lo compensa sobradamente con escenas tan maravillosas como el encuentro de los personajes con una comunidad maorí en medio de la nada y la manera tan sutil en que se expresa la instantánea identificación mutua de dos grupos socialmente marginados, cada uno a su manera. También hermosísima resulta la cabalgata de Priscilla (el autobús en el que viajan) por el desierto con Guy Pearce a lomos ataviado de Gaultier y a los compases de la señora Callas cantando el È strano : belleza elevada al cubo.
Divertida, entrañable, razonablemente freak, con unos personajes que amarás al instante, unos diálogos espléndidos (el de ABBA, antológico) y una banda sonora que invita a ser feliz, ¿cómo no verla?
Tres Drag Queens en un desierto ensayando las canciones y coreografías para lo que ellos piensan será un gran espectáculo por el cual cruzan dicho desierto en una furgoneta rosa llamada Priscilla ya son suficientes ingredientes para ver, aunque sólo sea por curiosidad, esta ingeniosa y delirante película.
Pero además nos encontramos una historia de amistad, amor y compañerismo fuera de lo normal, entre tres personajes que se odian tanto como se quieren.
La banda sonora se sale, seguramente puso de moda otra vez a Abba, quienes quizá gracias a esta película lo siguen estando, dado que el tema Mamma Mía suena mejor que nunca en este film, sin olvidar por supuesto todas las demás canciones, geniales ( Ese I Will Survive de Gloria Gaynor en el desierto es alucinante )
Maravillosa interpretación de los tres protagonistas, sobre todo de Terence Stamp, impagable… Y además la película es divertidísima, para ver una y otra vez, reír, soñar, dejarse llevar por la música y las delirantes imágenes llenas de color e imaginación.
Lo mejor : La música, los flash backs y el vestuario ( Supermerecidísimo Oscar )
Lo peor : Absolutamente nada de nada.
Estoy todo alborotado al escribir esta crítica, y estoy alborotado pues las aventuras de estas tres buenas piezas perdidas en el desierto australiano es una de las sorpresas más gratas que me he llevado en los últimos tiempos.
Tres drag, que se dedican a hacer actuaciones mediante playback con una estética muy seductora, se embarcan en la aventura de llegar a un recóndito pueblo australiano subidos en su recién comprado autobús de segunda mano, al que le llaman Priscilla, para hacer una actuación en un hotel regentado por la mujer de uno de ellos.
El tema se mueve entre el desmadre más absoluto, la incomprensión y hasta la repulsa que causan a la mayoría de los personajes que se encuentran, el amor, y el tremendo cariño que se tienen entre si estos seres marginados.
Tres actuaciones dignas de mención, tremendos los actores principales, con un fantástico Terence Stamp en el papel de marujona mayor y enamoradiza, un desmadrantemente, haciendo de loca, Guy Pearce y exhibición absoluta de un actor que para mi de siempre ha sido solo el Smith de Matrix, Hugo Weaving, que verdaderamente lo borda.
No despedirme sin destacar el soberbio vestuario y la música, toda ella adoptada hoy en día por el mundo gay, que no tiene desperdicio.
Entretenida, brillante, amena, dramática, graciosa, un punto de peli de mariquitas.
Film del realizador australiano Stephan Elliott (Sydney, 1954), que obtiene en su momento un gran éxito. El guión, del propio Elliott, desarrolla un argumento original. Se rueda en escenarios naturales de Australia (New South Wales y Northern Territory). Gana un Oscar (vestuario) y 2 Bafta (vestuario y maquillaje/peinados). Producido por Al Clark y Michael Hamlyn para Polygram, se estrena el 30-I-1994 (España).
La acción dramática tiene lugar en Australia durante un viaje de Sydney a Alice Springs de dos semanas, a bordo del autocar-caravana Priscila, en 1993. El recorrido temporal del film es de un mes y medio. Bernadette Ralph Bassenger (Stamp), Anthony Tick/Mitzi Belrose (Weaving) y Adam Felicia Jollygoodfellow (Pearce) forman un trío (un transexual, un bisexual y un homosexual) que se gana la vida en el mundo del espectáculo representando números musicales en los que fingen cantar con la voz de intérpretes de moda (Grupo Abba, Gloria Gaynor, Village People…). Atendiendo a una oferta de trabajo de un mes en el casino de Alice Springs, se trasladan allá en un viaje de aventura, peligros, sorpresas, turismo, confidencias y encuentros.
El film suma comedia, drama y musical. Dispuesto en términos de road movie, observa el comportamiento de tres drag queens. Explora su vida interior, las relaciones que se establecen entre ellas y las reacciones que provoca su presencia entre los habitantes de las localidades de paso y ante el público. Los tres protagonistas se presentan como artistas entregadas al trabajo. El film las mira con respeto y naturalidad, evitando la caricatura y la burla. Las presenta como seres humanos, con sentimientos, ilusiones, afanes, frustraciones y esperanzas. Son personas corrientes, ciudadanos comunes, individuos ordinarios, que sienten, sufren, se divierten, gozan y trabajan, como todos. No son enfermos, no están locos, no son discapacitados, ni malhechores, ni seres antisociales. Expresan su sexualidad de acuerdo con las pautas propias de su orientación natural, como todos. Las actitudes machistas, intolerantes, enemigas de la diferencia y homófobas carecen de fundamento, de sentido y de razón.
La cinta es rica en humor, ocurrencias, extravagancias, espectacularidad y colorismo. No le faltan toques de melancolía. Es divertida, festiva, graciosa, alegre y conmovedora. Más allá del vestuario y de los números musicales, el film se aproxima a las personas, sus motivaciones (distintas en cada caso, pero determinantes siempre), su pasado (3 flashbacks), sus penas (la muerte reciente de la pareja de Bernadette), sus temores, deseos y lucha diaria para salir adelante y sobrevivir. Las interpretaciones de Terence Stamp, Hugo Weaving y Guy Pearce son convincentes. Son acertadas las de Bill Hunter (Bob), Sarah Chadwick (Marion Barber, antigua esposa y amiga para siempre) y Julia Cortez (Cintia). El vestuario, diverso e imaginativo, gana un Oscar para sus creadores, Lizzie Gordon y Tim Chapell.