Las amigas de Àgata
Sinopsis de la película
Retrato de un grupo de chicas de 20 años realizado a través de la mirada de Àgata, una chica que, de manera involuntaria, empieza a sentir un cambio en la visión que tiene de sus amigas de infancia Carla, Ari y Mar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Les amigues de lÀgata
- Año: 2015
- Duración: 70
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Opinión de la crítica
Película
5.6
44 valoraciones en total
Sentí cierta curiosidad por ver este trabajo tan premiado, y cuya valoración por los usuarios es más que aceptable en está página de cine.
Bueno, hay que ser majos y entenderlo todo: La generosidad al otorgar premios, aquello que algunos críticos califican como frescura que no es más que la inexperiencia del primer trabajo, las actuaciones acertadas pero sin profundidad dramática, sin contexto, sin desarrollo cinematográfico. Todo eso es ciertamente entendible, pero no para convertirlo en una película comercial por la que debas pagar entrada.
Me veo obligado a votarla, para poder publicar esta crítica pero la verdad es que no la votaría, porque ni es mala ni buena. Es… otra cosita.
Justo ese paso de ruptura en el que la retina del espectador queda fijada sin detenimiento en la consecuencia, sin ver a priori la debacle pero intuyendo el no problema. El guion escenifica con total naturalidad ese paso al cambio de aires, de nuevas inquietudes de una forma tan sumamente natural y descuidada que sin pasar, pasa, sin querer, sucede, y sin verlo, lo admiramos. En la ausencia de palabras, de causas y sin verlo tenemos una idea en nuestro pensamiento, una imagen en nuestra retina. Unas interpretaciones creíbles, vivaces, con alma, unos diálogos veristas, frescos, profundos en su simpleza… al final somos nosotros los reflejados en Ágata, o si no es el caso, en sus amigas.
4 cerebritos se pasan la película bebiendo y sosteniendo conversaciones tan profundas como qué guapo es ese , ¿a dónde vamos de fiesta el viernes? o ese sí que está bueno . La vi hasta el final porque no me podía creer que semejante estupidez llegara hasta el final sin nada más. Eso sí, desde la mitad a doble velocidad porque me daba un ataque pensar que estaba perdiendo el tiempo de esa manera. Y no, no pasa nada.
Las críticas ¿las han hecho las mamás de las niñas? Por que me parecen incomprensibles.
Les amigues de l’Àgata es uno de esos milagros que llegan de vez en cuando al cine y ofrecen una gran frescura. Fruto de un trabajo de final de carrera, y producido mediante crowdfunding, se trata de un fabuloso debut de cuatro graduadas en Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra: Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen. El nombre de las cuatro aparece conjuntamente en los apartados de los créditos de directoras, guionistas, montadoras y directoras de fotografía: un trabajo artesanal y muy personal realizado con cariño por parte de todas ellas, rodando incluso en sus respectivas casas. Un proyecto apadrinado además por los realizadores Isaki Lacuesta y León Siminiani. Y lo que iba a ser un cortometraje se transformó en un largometraje de 70 minutos que ha alcanzado las salas de cines y cosechado éxito por donde ha pasado.
En la edición del Festival D’A en Barcelona del año pasado se alzaron con el Premio del Público, siendo una de las películas revelación.
La película se centra en captar un instante, un cambio, un primer extrañamiento del que había sido su íntimo entorno afectivo hasta el momento por parte de una joven de 19 años. Ágata es una chica que estudia primero de Humanidades en Barcelona, y sigue manteniendo un fuerte lazo que en su día parecía inquebrantable con sus amigas del instituto. Pero esta relación, de forma involuntaria, empieza a cambiar bajo las nuevas perspectivas de la vida, al iniciar un nuevo ciclo en la universidad y entablar nuevas amistades que abren nuevos horizontes e inquietudes.
Las directoras decidieron contactar desde buen inicio del proyecto con las cuatro actrices que iban a dar vida a Ágata, Carla, Ari y Mar, para poder trabajar con ellas los personajes y que les pudieran dotar de vida propia ellas mismas. Así fue como surgió el contacto con las actrices Elena Martin, Carla Linares, Marta Cañas y Victòria Serra, que se fueron familiarizando con sus respectivos papeles hasta hacerlos suyos. Y la magia del film recae precisamente en la maravillosa naturalidad dramatúrgica lograda por parte de las actrices. Las directoras les dejaron libertad para improvisar en las escenas una vez interiorizaron a sus respectivos personajes, y tan solo les dieron las instrucciones de a dónde tenían que llegar en cada escena, dejándoles a las actrices crear el camino para ello. Y el resultado es un éxito: una agradable sensación de que todo resulta espontáneo, natural, cercano e íntimo.
En palabras de las directoras:
Queríamos que cada escena estuviese en estado de suspensión, como si fuese un recuerdo.
Les amigues de l’Àgata es una película sencilla, cuya magia recae precisamente en los pequeños detalles, tales como los gestos, pausas y elipsis. Se trata de una obra sin artificios, de gran autenticidad, que logra transmitir muchas emociones. Dirigida más bien a un público joven que puede sentirse identificado, pero de interés para cualquier tipo de espectador dado que permite ver a través de los ojos de Ágata y sus amigas un retrato de la amistad femenina por parte de unas jóvenes de casi 20 años, a través de una mirada sincera.
En definitiva, una película recomendable que se agradece que haya llegado a las salas de cine. Imperfecta, pero maravillosa incluso en sus defectos. Una pequeña joya.
https://revista.tviso.com/les-amigues-lagata/
Las amigas de Ágata es una grata sorpresa, un tipo de joya muy difícil de encontrar. Ello se debe a que es una opera prima de una excelente calidad, algo que raramente suele suceder, y también a que es una obra realizada con un presupuesto prácticamente nulo, de forma que sus directoras nos demuestran que para realizar una película no es necesario disponer de una gran cantidad de medios, sino de voluntad y de talento.
Si nos centramos en la forma del filme podemos observar que esta presenta una apariencia técnica bastante simple, pero hay varias razones que justifican con creces este aspecto. La primera de ellas es que esta película supone el trabajo de fin de carrera de las cuatro realizadoras, y por lo tanto no deja de ser un proyecto estudiantil que no dispone de medios suficientes para sacar mas provecho a la producción, a la dirección, a la fotografía o al sonido, por citar algunos departamentos técnicos. De hecho si hubieran tratado de excederse en este ámbito el resultado habría sido pretencioso y grotesco.
Segundo que el relato no necesita más, es decir, los planos simples y estáticos son suficientes para la narración ya que al igual que sucede en el cine del famoso cineasta japonés Yasujiro Ozu aquello que se nos quiere contar es una historia ordinaria. Esto demuestra la madurez de las autoras al no tratar de contar algo que no han vivido o no conocen y que por lo tanto no entienden. De nuevo, no son pretenciosas, solo quieren hablarnos de aquello por lo que si han pasado, lo que supone una oda a la realidad donde vivimos la mayoría los mortales: la cotidianidad. En este contexto cabe hablar de la fotografía, que es bastante brusca, pero totalmente justificada ya que lo que busca retratar es precisamente la vida real.
En tercer y último lugar, no debemos olvidar que nos encontramos en un filme de actores típico de John Cassavetes, es decir, una obra donde el guión está a medio escribir dejando una parcial libertad a los intérpretes a la hora de elaborar los diálogos. Esto añade una dificultad brutal a la hora de realizar planos-contraplanos y encuadres rebuscados, ya que al ser la actuación improvisada muchos de ellos no encajarían en el montaje. Por ello es necesario la utilización de planos secuencias compartidos, de más simple elaboración técnica, donde se recoja la interpretación continua.
Las amigas de Ágata hace sentirse al espectador como un voyeur que espía a través de un agujero, y lo que ve es la historia de una vida real. Una vida donde lo más emocionante es salir del colegio y entrar en la universidad, hacer nuevos amigos y discutir con los viejos. Pero es que para hacer cine no hacen falta tramas espectaculares o escenarios de ensueño, tan solo saber que queremos contar y como vamos a hacerlo.