Las 2 vidas de Andrés Rabadán
Sinopsis de la película
El 6 de febrero de 1994, Marcial Rabadán y su hijo Andrés discuten tras la comida. Andrés va a su habitación, coge la ballesta, un regalo por Reyes, la carga y dispara sobre su padre. La primera flecha, en la cabeza y dos más para que no sufriera. Tras abrazar el cadáver se dirige a la comisaría y se entrega. Había nacido para las páginas de sucesos el loco de la ballesta. Para la opinión pública, el horror inexplicable, para los expertos, un caso de brote psicótico de manual, para la justicia, 20 años de condena. Andrés sigue en prisión, ha realizado exposiciones con sus dibujos y escrito dos libros, se ha casado, olvidado las voces y ya no sueña con el cadáver de su padre. Ventura Durall, que ya había realizado un documental sobre él (El perdón) lleva la historia al cine con guión del propio Rabadán. (extraído de GijonFilmFestival.com)
Detalles de la película
- Titulo Original: Les dues vides dAndrés Rabadán aka
- Año: 2008
- Duración: 84
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te citamos un listado de posibilidades de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
5.5
20 valoraciones en total
La vida de este hombre te atrapa desde el primer momento, lamentando que la película no dure más. Yo a este actor no lo había visto antes, pero aquí borda el papel. su inquietante mirada le da a la película todo el sentido.
El director se aleja por completo del morbo que pueden provocar sus asesinatos, que toca con mucha delicadeza sólo en algunos de sus recuerdos. Cuando acaba te quedas con ganas de saber más de su vida y si acaba bien. También te hace preguntarte si realmente está rehabilitado y tiene sentimientos o es mera ficción, y en realidad es un hijo de puta sin mas.
Pero para ser una película en la que está todo dicho antes de verla, no se hace aburrida en ningún momento, la recomiendo totalmente
Solo hay cuatro críticas más aparte de la mía. Me parece algo lógico porque su planteamiento no alcanza un componente homogéneo que te haga seguir la trama y enamorarte de los personajes aunque estos sean asesinos.
Como espectador debo recordar que para que una película llegue, debe tocar nuestra parte emocional, y en este caso no logra sus objetivos, excepto que hayas pasado un tiempo en la cárcel o de una u otra manera tengas cierta vinculación con ella.
El trabajo de Ventura Durall no es sólido. Lo he comentado otras veces: Un par de buenos actores no bastan para salvar una historia si esta se encuentra mal planteada o estructurada. Y aquí se dan ambos casos.
Un objetivo 4.
Una historia explicada resultonamente pero con una falta de rigor espantoso. Tanto por la apariencia antitética de los protagonistas con los personajes reales, el ensalzamiento de la figura de un delincuente (¿acaso los pasajeros que viajaron en los trenes descarrilados tuvieron culpa de algo o abusaron de este individuo?), la incongruencia en cuanto a la praxis de la aplicación de la Ley y Reglamento Penitenciario (un surrealista cacheo a un varón con desnudo integral y presencia de una mujer…), como por el maniqueísmo con el que se plantea a Rabadán con respecto a los funcionarios. Descritos estos, de una manera muy pueril y facilona. En ese aspecto – pese a algún pequeño desliz – el guionista y director de Celda 211 mostraron un rigor mucho mayor.
La realidad siempre supera la ficción, aunque Ventura Durall haya preferido interpretarlo de manera sesgada.
El director Ventura Durall ya conocía interiormente los entresijos del mediáticamente apodado asesino de la ballesta Andrés Rabadán en el documental El Perdón por lo que decidió emprender la tarea de realizar un largometraje sobre la vida de éste jóven que, aquejado de esquizofrenia, asesinó a su padre y descarriló tres trenes llenando las páginas de sucesos de todos los periódicos del país.
En Las Dos Vidas de Andrés Rabadán vemos a su protagonista (interpretado por un convincente Alex Brendemühl) en el ala psiquiátrica de la prisión. Humanizado por el sistema que a la vez lo encierra y aleja de las ilusiones que en una futura puesta en libertad puede llevar a cabo, no le queda más remedio que imaginar por su cuenta una nueva vida o la que podía haber vivido en escenarios naturales (las playas del Maresme o la montaña de Montserrat), sinó fuera por sus dramáticos cometidos. Sarah (Clara Segura), la nueva psiquiatra del Centro Penitenciario le propone someterse voluntariamente a una terapia de grupo de la que confía excelentes resultados. Andrés vé también un claro apoyo sentimental en la enfermera Carme (Mar Ulldemolins).
Rabadán (que colaboró en la película mano a mano con el realizador y el actor Brendemühl a base de entrevistas y correos) no duda en hablarnos de un tormentoso pasado con su tiránico padre así como la protección mútua hacia su hermana (Elena Fortuny). Ya de paso, desgranar esas dos vidas sirve de crítica para dar un repaso a las rígidas condiciones establecidas en las prisiones.
Lo Mejor: los cambios de escena, acordes a la imaginación de Rabadán
Lo Peor: su brusca, aunque convincente, denuncia sobre el sistema penitenciario
Aunque no deja de ser un acercamiento interesante que plantea dudas y reflexión sobre temas importantes como la reinserción de un asesino en la sociedad, la película queda algo descafeinada, ¿por la poca fuerza de los flaschbacks? ¿por la falta de credibilidad de Álex Brendemühl? Da la sensación de que la historia queda algo desaprovechada. Error subsanado en el documental que Ventura Durall haría el año siguiente.