L’ami de Vincent
Sinopsis de la película
Vincent y Albert son amigos desde la infancia. Un día, una mujer intenta asesinar a Vincent para vengar a su hermana, Albert decide investigar el pasado amoroso de su amigo para intentar ayudarle, pero descubre que no es la persona que él pensaba…
Detalles de la película
- Titulo Original: L’ami de Vincent
- Año: 1983
- Duración: 93
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Durante cierta medida de tiempo, la francofilia fue una filiación sumamente absorbente, ya no solamente me interesaban las películas y los libros creados en el país vecino, también la visión de las ciudades, saber cómo se vivía ahí, las costumbres y particularidades. Tal es así que he llegado a adquirir ciertas nociones de francés, cuando voy a Francia digamos que puedo defenderme con un idioma que abrasa las orejas de mis interlocutores, por lo demás siempre ávidos de corregir a otras personas. Deduzco que buena parte de ese interés se debe al temperamento que encontraba en buena parte de sus ficciones, ese estilo irónico para abordar tramas y ambientes serios, que en las filmografías de otras nacionalidades se haría con solemnidad, sin toda esa desinhibición que es una invitación a tomarse las cosas con mejor humor aunque comprendas el verdadero fondo.
Lami de Vincent , sin ser un título mayúsculo y extraordinario, me trajo a la memoria esa etapa. Los cafés en los que Albert Palm debe entrevistarse con las antiguas amantes de su amigo Vincent, las calles de las pequeñas ciudades de provincia dónde se hallan esas personas que una vez vivieron con cierta pasión una relación con un hombre que es todo un caradura, un simpático caradura, una rata cobarde que prefiere enviar a un amigo a sacarle las castañas del fuego mientras él se esconde de una mujer que le disparó a bocajarro (sin éxito) porque quería vengar a su hermana. Y sin embargo Vincent, a su manera, cae bien. Esa es otra virtud que se suele hallar en la filmografía francesa.
Noiret sin duda podría encajar en ese papel de vividor que es Vincent, no obstante se encarga de encarnar a Albert, un hombre de vida reglada y responsable. Es obvio que se pretende construir una película de amistad entre opuestos, un contraste notorio que también sirve para abordar dos facetas distintas como es por un lado la más diurna que encarna Albert y la más nocturna, que es Rochefort. Otra vez lo apolíneo y lo dionisíaco.
En líneas generales, se podría decir que este Lami de Vincent constituye una versión más descreída y menos romántica, más irónica, de El amante del amor de Truffaut. Para desactivar el desatado fondo de comedia romántica le basta añadir la visión retrospectiva, el componente de trama de misterio.
Porque Albert se acaba erigiendo como una especie de detective del pasado de su amigo, un Maigret de la intimidad en la que descubre un amplio abanico de mujeres, desde las que guardan un recuerdo grato de su relación con Vincent y viven una vida familiar sana hasta la solitaria que quedó destrozada y enganchada al alcohol. Ése es el caso que interpreta Anna Karina, y me pregunto si el personaje no fue construido en parte inspirado por ella misma, no por nada por alcohol, sino porque tras su relación con Godard pareció quedar algo afectada. Recuerdo a nivel personal que una vez que fui a un restaurante chino en el barrio de Saint-Germain en París (era la opción más económica que encontramos) y vi a Anna Karina, comiendo en silencio con un hombre calvo que no se quitó el abrigo para comer, ver a ese personaje me trajo más recuerdos de esa mujer que comía con aire ausente. En todo caso la película en ese aspecto ofrece variedad de personalidades, lo que hace el periplo de Albert más ameno. También llamó la atención el cameo realizado por Jane Birkin, una extraña mujer que parece encarnar a una extraña ninfa salaz y que vive de noche, socorriendo a tipos solitarios. Así, Granier-Deferre compone ahí otro mosaico social, formas diferentes de feminidad y de afrontar el pasado, desde la más diurna y serena a la más nocturna y atormentada.
A día de hoy, si bien la industria cinematográfica francesa sigue ofreciendo obras de gran interés, hay que reconocer que en líneas generales ha perdido enteros: de las obras menos remarcables, no tan notorias, es difícil esperar una visión de la vida, incluso un estilo visual, se han convertido en meros subproductos televisivos que imitan los subproductos comerciales norteamericanos, teniendo antes como referentes a Apatow que no a Paul Thomas Anderson. Y sin embargo, viendo Lami de Vincent podemos recordar el tiempo en el que este tipo de cintas de grado medio podían ofrecer ratos gratos y algo más allá de simplemente cumplir con un objetivo económico.