La vida empieza hoy
Sinopsis de la película
Un grupo de personas de la tercera edad asiste a un curso de sexo, en el que intentan hacerles ver que su cuerpo todavía está vivo. Olga, la profesora, para ayudarlos a hacer frente a los problemas derivados de la edad, les pondrá deberes: aprender a mirarse al espejo, dedicar 20 minutos al placer. Sexo es vida- les dice- porque el sexo tiene que ver con las sensaciones, y no dejamos de sentir nunca.
Preestreno: Festival de Málaga 2010.
Detalles de la película
- Titulo Original: La vida empieza hoy
- Año: 2010
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5.8
50 valoraciones en total
Se dice que el cine no da cabida a las actrices de más de cincuenta años. Y es cierto, porque el cine casi nunca para atención a nuestros mayores. En la vida real, muchas veces tampoco. La vida empieza hoy nos recuerda que el amor y la sexualidad no tienen edad, y tampoco el esplendor de unas actrices a las que les sientan genial las arrugas. Laura Mañá ha rodado una película ligera que las abuelas de España (que, temo, desconocen la existencia de la cinta) no dudarían en calificar de cuca, mona, picantona o alegre. Mañá apuesta por la desinhibición sexual de una generación llena de tabúes. La película es la historia de la liberación no contada: la de la España que sí vivió la Guerra Civil pero que se niega a que su participación en el tejido social quede relegada a un puesto secundario. Mañá sitúa su objetivo allá donde otros dan largas, y el resultado es una comedia inusual que merecía más atención en su paso por las salas de cine.
Observen el muestrario de mujeres que asisten semanalmente a clases de sexo: una anciana obsesionada con la muerte, sorda, olvidadiza e hipocondríaca, que decide separarse de su marido aunque éste murió hace años, una mujer tímida, glotona, atosigada por su hija, deseosa de encontrar su último y más importante amor, o un hombre recién jubilado lleno de frustraciones que busca afecto fuera del núcleo familiar. Mañá ha rodado una película que podía caer fácilmente en lo rosa o cursi, y afortunadamente no ha sido así. La vida empieza hoy es humana y no reniega del final feliz. Es en ese momento, cuando el autobús vuela hacia los títulos de crédito, que la película, pequeña y a su manera muy grande, deja un regusto agradabilísimo. Cine social, entretenido y educativo. La vida empieza para Laura Mañá: ésta es sin duda su mejor película.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com
Divertida y agradable comedia que nos habla del sexo en la edad adulta. En este contexto, traigo a colación la frase de Fromm, el mundo gira alrededor del sexo. Y eso es así, no contado a través de unos ancianos, si no seres humanos, quienes por fin descubren que la seducción y el amor a uno mismo está, (o debe siempre estar: ¡A tope!
La reflexión de la película, es que tengamos la edad que tengamos, siempre debemos tener proyectos de vida, y estar pendiente uno, de uno mismo. Cuando escuchamos en la historia entre una pareja: ¡Me jubilo y ya no sientes nada por mí!, es quizá la vida misma, que necesita algo para no andar llena de aflicciones a ese nivel. ¿Cuál es la medicina? No lo se, pero a veces es bueno pensar que la vida empieza hoy, sobre todo, cuando la vejez llega así de esa manera, aunque es bueno envejecer con dignidad.
Así que su directora Laura Mañá sin llegar a imágenes de sensualidad extrema y desobedientes (contrarias por ejemplo al excelente film En el séptimo cielo), esta es una película bien contada, a veces en drama, a veces en tono de comedia. Y es que como dijo Woody Allen, ¿quien ha dicho que no se pueden decir las cosas con humor?
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
La vejez es deprimente, por mucho que nos cueste reconocerlo. Tras los eufemismos de la tercera edad o la edad de oro se esconde una etapa en la que debe resultar imposible ignorar el pasado. Aunque existen mil maneras de sobrellevar la carga de los años (algunos lo llevan con lozanía, otros con depresión), al final el inevitable deterioro físico y el destierro de la población activa terminan destruyendo la moral de cualquiera. La juventud es y seguirá siendo divino tesoro.
La propuesta de Laura Mañá, en ese sentido, es arriesgada y valiente. La vejez no vende en taquilla, y mucho menos si se mezcla con escenas subidas de tono. El sexo, que es un reclamo imprescindible para que las películas de adolescentes se conviertan en éxito, actúa más bien de repelente cuando lo protagonizan actores de más de 65 años. ¿Alguien colgaría en su habitación un póster de Pilar Bardem desnuda? Elsa Pataky seguro que quedaría mejor.
El cometido de La vida empieza hoy lógicamente no es despertar la libido de la platea, sino denunciar el amodorramiento generalizado al que nos sometemos con el paso de los años, pero sobre todo utilizando la vía del humor. Durante el preestreno el pasado martes en los cines Comedia de Barcelona se percibió más la risa contagiosa que los silencios reflexivos. En esta curiosa mezcla entre humor y reflexión que nos plantea Mañá, muy parecida por cierto a la utilizada en la reciente Gordos de Sánchez-Arévalo, el primero ganó la batalla a la segunda.
Las tristes consecuencias de la vejez quedan reflejadas en la película de Mañá pero terminan eclipsadas, como decía, por las situaciones disparatadas, algunas desternillantes, en torno al sexo. El paseo en autobús de Pilar Bardem, que a través de la ventana observa a varios de sus congéneres matar el tiempo, unos paseando al nieto, otros dando de comer a las palomas, es de los más hermosos del filme y, sin embargo, acaba silenciado por las irremediables carcajadas que produce la escena de Mariana Cordero con atuendos de leoparda.
La vida empieza hoy podría haber explotado mucho más la vena cómica, multiplicando al máximo las ingeniosas escenas que puede dar de sí el sexo en la tercera edad, pero probablemente la acusarían de frivolizar el tema en exceso. También podría haber apostado por el drama social de profundo calado, pero lo mismo le llovían las críticas por lacrimógena. Con su combinación particular, Mañá prefiere situarse en un terreno cómodo y fácil entre ambos extremos, logrando así únicamente una película simpática y amable.
Qué bonita, qué divertida y qué valiente.
Por fin alguien se atreve a tratar el sexo en la tercera edad, con imágenes explícitas (no muchas, pero las suficientes).
Nuestros ojos cinematográficos están acostumbrados a ver ese habitual despliegue de belleza de las escenas de cama, con esos cuerpos musculazos (ellos) y esa ausencia de celulitis (ellas). Irrealidad que se perdona por la belleza resultante, por la admiración que nos provocan esos cuerpos tan bien hechos, tan bien fotografiados y tan bien arreglados.
En esta ocasión las escenas de cama nos provocan, si cabe, más admiración.
Enhorabuena por el atrevimiento a rodar esas escenas (son poquitas) donde no es necesario esconder la celulitis, las pecas, las cicatrices, la mala pigmentación, los pechos caídos, las barrigas prominentes, los movimientos de flan de la piel…
Enhorabuena por plasmar la pasión de los actores, su ilusión, sus ganas, su atrevimiento, su sentido del humor y su complicidad con el público, que hacen que tengamos ganas de que sean felices y de que nos resulte bello el sexo que se nos muestra.
Me gusta, sobre todo, la complicidad que se logra con el público: tanto con el público entrado en años, que puede sentirse identificado en alguno de los diferentes papeles, como el público maduro (y espero que el joven) porque sabe que esa edad les llegará y esta película nos hace pensar que, cuando venga la vejez, deberíamos obligarnos a vivir, a ser atrevidos, a ser descarados y a disfrutar egoístamente de los placeres que estén a nuestro alcance. Eso nos quitará, seguro, amarguras y achaques.
Qué bueno ver, en esas personas viejecitas, con esa cantidad de años y experiencias encima, esa ingenuidad casi infantil, ese pudor y vergüenza de estar haciendo algo que se supone prohibido. Qué bueno verles lanzados en esa osadía inculcada por la profesora de sexo, ese ánimo a ser como una puta en la cama y como un animal del sexo.
Bravo por todos los actores.
Momentos muy divertidos durante toda la película. De ese buen humor del buen cine, lejos de los típicos gags de serie televisiva que tan de moda se están poniendo en el cine.
… No nos extrañemos si, al salir del cine, nos preguntamos:
… ¿y mis padres???… seguirán follando apasionadamente???……..
OJALÁ. Espero que así sea y que haya herencia genética para cuando nos toque!!!.
La vida empieza hoy es de esas películas que puede que no dejen huella pero que resultan un agradable entretenimiento. No es una comedia tronchante pero se ve con una sonrisa de complicidad casi permanente, tan sólo interrumpida en algunos momentos más dramáticos, pocos, pero muy oportunos y significativos.
Es una comedia coral de simpáticos personajes que, con sus diferentes situaciones y condicionamientos personales, nos muestran cómo afrontan el amor y el sexo en la llamada tercera edad. La película tiene un evidente tono positivo y optimista sobre el tema, que ya se anuncia con ese bonito título, y es claro el mensaje sobre lo mucho que se puede hacer en esa etapa de la vida. Cabe destacar también la sensibilidad y el buen gusto con los que está hecha la película y felicitar a la directora Laura Mañá por apostar por un tema poco explotado en el cine con tan buen resultado.