La vérité sur Bébé Donge
Sinopsis de la película
François Donge (Jean Gabin), es un rico industrial que se encuentra ahora en un hospital, al parecer envenenado, y entonces, recordará lo que fue su matrimonio con Elisabeth (Danielle Darrieux), a quien todos llaman Bebé. Ésta lleva una vida desolada, pues, su marido la descuida por tener aventuras con una y otra mujer. ¿Fue ella… o alguien más tenía motivos para pretender deshacerse de su marido?
Detalles de la película
- Titulo Original: La vérité sur Bébé Donge
- Año: 1952
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
6.3
58 valoraciones en total
Cuando leía la biografía del escritor belga, Georges Simenon, se me vino a la mente el indio, Wathohuk, mejor conocido como, Jim Thorpe, por los americanos. Como éste, también Simenon tuvo una inagotable manera de vivir y todo lo hizo en abundancia, ¡en una tremenda abundancia!: Publicó 145 novelas, 75 de ellas + 28 cuentos, sobre su personaje, el Inspector Maigret. Cuenta con más de 500 millones de libros vendidos y ha sido traducido a más de 50 lenguas. Solo en el cine francés ha sido adaptado en más de 50 títulos, y ha habido muchas series y miniseries televisivas basadas en sus novelas… y como si esto fuera poco, en ocasiones pregonó que se había acostado con cerca de 10 mil mujeres (8 mil de ellas prostitutas).
Su novela, La Verité sur Bébé Donge (La Verdad sobre Bebé Donge), publicada primero por entregas en la revista, Lectures 40, en el año 1941 (en libro en 1942), contiene, sin duda, algunos apuntes autobiográficos y la historia de amor-trágico que allí nos cuenta contiene cierto autorreproche del que nunca hizo suficiente caso.
Trata en esta novela de, François Donge, un influyente industrial que, sintiéndose atrapado por la encantadora Eugenie, una muchacha algo infantil y manipulable, pero, con cierto carácter que sale a flote cuando más lo necesita, termina casándose con ella. Aunque prefiere decirle su nombre de pila, al notar que la fragilidad domina en ella, Donge opta por llamarla como el resto de su familia: Bebé… pero ahora que se encuentra hospitalizado y que tiene muy claro que fue su esposa, Bebé, quien lo envenenó, 10 años de vida en pareja volverán a su recuerdo, tratando de encontrar los motivos que pudo tener ella para tomar esa determinación.
Con algunas variaciones (Eugenie, es ahora, Elisabeth, Donge se mantiene empecinado en su comportamiento, se elimina el juicio…) para que el filme tenga su propio sello, el director Henri Decoin -con guion de Maurice Aubergé- se encamina más por el drama amoroso donde, los devaneos del marido son los que van llevando, a su esposa Elisabeth, a comprender definitivamente con qué suerte de hombre se ha casado, y al final, quedará en nuestras manos dictaminar, para cada uno, la sentencia que consideremos es la más justa.
En la novela, François Donge, es un hombre de apenas 30 años, y la verdad es que resulta un poco difícil asimilar a ese, Jean Gabin, cincuentón y con pinta de aburrido gerente bancario, jugando a ser don Juan. Hasta los besos -en todos los casos-, son clara y malamente simulados, y todo esto hace que, el personaje central, resulte muy poco creíble.
De resto, Danielle Darrieux, segura y eficaz en todos sus momentos, encantadora cuando juega a sentirse niña, y gratamente sensual cuando decide ser mujer. También, Jacques Castelot, lo hace muy bien como el Dr. Jalabert, y mejor aún está, Gabrielle Dorziat, como la marquesa D’Ortemont.
Unas palabras que, Elisabeth, dice a su marido (De qué sirve vivir en pareja sino es mejor que cuando estábamos solos), me hicieron sentir que, en aquella relación, volver a empezar de cero ¡es imposible!, porque, el calor del amor empieza cuando diste lo bueno que había en ti. No puede volver a empezar cuando, repetidas veces, diste lo malo… porque, ya, aquel calor se ha vuelto hielo.
Título para Latinoamérica: El PRECIO DE UN AMOR
Decoin, antecesor de Chabrol, junto a Simenon ha realizado obras interesantes, algunas muy estimables. En este caso se perciben los defectos de la historia, que sin conocer la novela de Simenon, hay que imputárselos a los guionistas y al director que no han sabido trasladar la complejidad de la psicología de los personajes. Sólo en en un par de escenas se intenta plantear tanto el sentido de la vida de Gabin como la determinación del amor total de Darrieux, que no los celos.No es culpa de los actores ambos, grandes y acreditados que hacen lo que pueden dentro del esquematismo al que el guión y la historia les conduce. Se hace premiosa, y aparte de una realización solvente y eficaz, no resiste bien el paso del tiempo.