La verdadera historia del cine (TV)
Sinopsis de la película
Cuando el director Peter Jackson descubre un escondrijo repleto de antiguas películas de nitrato en el cobertizo de un vecino se da cuenta de que tiene ante sí la más extraordinaria colección de películas que jamás ha existido. Imagina que Ciudadano Kane apareciera de repente caída del cielo . Así comienza Forgotten Silver, esta pérfidamente divertida y aún así del todo creíble película que pone al descubierto la vida de Colin McKenzie, pionero del cine de la Nueva Zelanda de principios del Siglo XX que inventó las cámaras de cine, la película en color, el sonido sincronizado, el travelín y otras importantes técnicas cinematográficas antes que D.W. Griffith y los hermanos Lumiere. Su epopeya bíblica ‘Salomón’, para la que recreó la antigua Jerusalén en la jungla de Nueva Zelanda, es al fin reconocida como una obra maestra del cine en este cautivador e hilarante paseo directo al corazón del amor por el cine .
Detalles de la película
- Titulo Original: Forgotten Silver (TV)
- Año: 1995
- Duración: 53
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Opinión de la crítica
7.2
66 valoraciones en total
Este documental nos lo pusieron en una clase de cine, en la universidad, sin comentar nada acerca de él.
Pues bien, después de años de cultura audiovisual, de debatir con aires intelectualoides de Godard y otras desviaciones, de destripar películas, estudiar los origenes y evoluciones del cine y blablabla… me lo creí.
¿Cómo pudo ocurrir ésto?, ¿una bajada de estrógenos?, ¿debilidad emocional del momento?, ¿cándida inocencia?, ¿resaca?, ¿imbecilidad congénita?… Todavía no sé qué pudo pasar pero me enganchó de principio a fin sin dejar que me planteara nada más allá de los fotogramas que se iban sucediendo en la pantalla – como cuando creías en los reyes y eras un pailán feliz y atontado con grandes ojillos manga-, Jackson me la metió doblada.
Y – al igual que cuando descubriste a tu madre colocando el barco pirata de playmobil al lado de tus zapatos- cuando se encendieron las luces y la gente comenzó a hacer bromas acerca del logrado falso documental , perdido el honor y la (poca) inocencia, sólo queda una opción: agachar la cabeza y volver a esnifar cola-cao.
La vecina de Peter Jackson resulta ser la viuda de uno de los directores pioneros del cine, Colin McKenzie, auténtico creador del cine sonoro y del cine en color, y de movimientos de cámara y planos como el travelling o el primerísimo primer plano.
Con un argumento tan simple Jackson nos sumerge en una entretenida comedia sobre los orígenes del cine, que, si bien los de este falso documental no son ciertos, sí guardan cierta relación con la realidad.
Así por ejemplo las primeras imágenes desde un vehículo en movimiento no se tomaron con una bici, como ocurre en la película, sino desde un tren (se situaba la cámara en la parte delantera de un tren en movimiento, lo que se llamó paseo fantasma, como si se tratase de los ojos de un fantasma atravesando velozmente el aire).
Accidental es el descubrimiento del primer plano por parte de nuestro ficticio director. Como también fue accidental el principio del montaje, conseguido al atascarse momentaneamente la cámara de Méliès mientras grababa en París.
En definitiva, una interesante comedia para los amantes del cine, sus inicios y su evolución.
Por cierto, como curiosidad os diré que la película fue emitida por primera vez en la televisión neozelandesa, en el canal TV ONE. Pues bien, gran parte de la audiencia fue engañada, creyendo que todo era real, hasta que los directores lo desmintieron.
Divertido y ocurrente falso documental en el que, partiendo de la base de un descubrimiento realizado sobre un cineasta cuyo rastro ni se conocía llamado Colin McKenzie, Peter Jackson y personajes célebres de la cinematografía del más pequeño de los continentes como Harvey Weinstein o Sam Neill hacen partícipe al espectador de una de las bromas más curiosas que servidor haya tenido el placer de contemplar en pantalla.
Así, y tras el descubrimiento de unas bobinas que permanecían escondidas desde hace mucho tiempo, se nos traslada a la historia de McKenzie, un tipo del que destacan momentos tan célebres dentro de Forgotten Silver como sus colaboraciones con el payaso Stan y la invención de la cámara oculta, su empeño por rodar Salome vez tras otra, y sus constantes problemas para llevarlo todo hacía adelante (desde una depresión, hasta diluvios o subvenciones llegadas desde la mismísima madre Rusia, demandando la supresión de cualquier elemento religioso en el film) o, por último, su exilio fuera de su tierra natal.
Tras ese pacto ficticio con el espectador, que asume la gamberrada y disfruta con los fragmentos rodados por Jackson y sus colegas, también se hallan la expedición de éste mismo en mitad de la selva para encontrar los escenarios donde se rodó Salome (genial el instante de la botella), o los distintos comentarios que van desde la última mujer del cineasta supuestamente revolucionario, hasta personajes antes nombrados en estas líneas que dejan más de un momento antológico, y rozan la simpatía durante todo su metraje por el mimo y buen gusto con que está filmada una gracia de estas características.
No se la pierdan, y que McKenzie descanse al lado de Griffith, Murnaw y Eisenstein.
Antes de dirigir la trilogía tolkieniana que le hizo mundialmente famoso, el otrora orondo Jackson se sacó de la manga un falso documental lleno de humor e ingenio…
…que la lío parda en Nueva Zelanda. Y es lógico. Es todo tan verosímil…
Fantástico documental que es capaz de hacer que todo lo que sabemos del inicio del cine se venga abajo, al menos hasta que uno se entera de la sorpresa. Muy bien estructurado, muy documentado y prácticamente perfecto para engañarnos y dudar de nuestros conocimientos.
Bien hecho Peter