La tapadera
Sinopsis de la película
Durante la época de la caza de brujas en Hollywood, el guionista de televisión Alfred Miller es uno de los escritores condenados al ostracismo por sus ideas de izquierdas. Para poder seguir trabajando, ofrece dinero a Howard Prince, un ex-compañero del colegio, a cambio de que le permitiera utilizar su nombre para firmar sus textos. No será el único escritor que requiera los servicios de Howard como testaferro.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Front
- Año: 1976
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
7.1
82 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Albert Ottenheimer
- Andrea Marcovicci
- Andrew Bernstein
- Charles Kimbrough
- Danny Aiello
- David Clarke
- David Margulies
- Donald Symington
- Georgann Johnson
- Gino Gennaro
- Herschel Bernardi
- Jack Davidson
- Joan Porter
- Joe Jamrog
- Joey Faye
- John Eric Bentley
- Josef Sommer
- Joshua Shelley
- Julie Garfield
- Lloyd Gough
- Lucy Lee Flippin
- MacIntyre Dixon
- Marilyn Sokol
- Marvin Lichterman
- Matthew Tobin
- Michael Miller
- Michael Murphy
- Murray Moston
- Norman Rose
- Pat McNamara
- Remak Ramsay
- Renee Paris
- Rudolph Willrich
- Sam McMurray
- Scott McKay
- William Bogert
- Woody Allen
- Zero Mostel
Nominada al Oscar al mejor guión, esta película permanece hoy bastante olvidada, siendo sin duda, un magnífico film acerca de la abominable caza de brujas hollywoodiense, a partir de un guión hábil e ingenioso (un camarero suplantará la identidad de un amigo suyo escritor, firmando sus trabajos y empezando a obtener un tremendo éxito televisivo) y con un equipo técnico/artístico directamente afectado en la vida real por el maccarthysmo (tan patético como lúcido, memorable la caracterización y casi autointerpretación de Zero Mostel), es un film que aún desde la visceralidad posiblemente revanchista apriorística, resulta un drama fluido, tan amargo como preciso, tan humilde como certero, no ya solo del caso particular que desarrolla, sino de la manipulación/censura cultural y/o artística a nivel global.
Gran trabajo de un Woody Allen implicado hasta la médula y, posiblemente, el mejor trabajo de Martin Ritt (también afectado en su tiempo por la lista negra).
Tuve la gran suerte de ver esta película sin conocer que un gran número de los profesionales que intervienen en ella habían estado incluídos en las listas negras de la caza de brujas . Por ello, al advertir esta circunstancia en los títulos de créditos finales, mi sorpresa fué grande y sucedió algo así como si se encendiese una luz y de repente viese y entendiese muchas cosas. Por ejemplo entendí que Woody Allen estuviese mas serio que de costumbre, que la interpretación de Zero Mostel fuese especialmente sentida, que la mano directora de Martin Ritt diseccionase con afilado bisturí una época especialmente aciaga del pasado reciente americano. Pero sobre todo entendí y me solidaricé con Howard Prince (Woddy Allen) en esa escena final tan dura como surrealista. Yo les hubiese dicho lo mismo…
Fue una época donde no existió el gris. Donde estaban los patriotas, los que callaban y los traidores. O estabas con nosotros o contra nosotros. Y lo jodido, es que no ocurrió en la fría URSS, con un sistema dictatorial y cruel. No. Allí hacían cosas peores, y probablemente por menos. Pero la diferencia, lo que siempre me ha aparecido aterrador, es que se permitieran este tipo de cosas en la primera democracia moderna del mundo.
La caza de brujas se consiguió implantar gracias al miedo, gracias a los delatores, que podían ser de amigos, compañeros de trabajo y demás. Caían como moscas. Daba igual que fueras comunista, izquierdista, pacifista, contrario a la propia caza o simplemente tener un amigo en la lista. Había que limpiar América de traidores, y había que empezar por los artistas. Los guionistas y los actores, fueron los que se llevaron la peor parte. Se truncaron carreras, se borraron nombres, se apagaron las luces para muchos, y hubo suicidios, la presión y el miedo fueron insostenibles para muchos. Casi todo el mucho cerro la boca. El resto, participo divertido en la caza. Apenas un puñado de gente, entre los que destacaría Bogart y Bacall, sabiendo que estaban fuera de cualquier duda, pusieron un leve grito de protesta.
A Jolivú nunca le ha gustado recordar sus grandes cagadas. Está no es una excepción. Hay pocas pelis que hablen del tema. La más reciente, The Majestic .
Woody Allen se muestra contenido, con menos chistes que de costumbre, pero cuando interviene puede llegar a ser más tronchante que otras veces. Zero Mostel actua sobreactuando a lo grande, con una mirada impregnada de venganza y de redención. El guión es afilado y quiere repartir a todas direcciones. Hay escenas memorables, entre las que destacaría la comparecencia de Woody Allen ante el tribunal y todas las escenas donde aparece Zero Mostel.
Para terminar, unas declaraciones grandiosas de uno de los peores hombres del mundo:
…con voz o no, el pueblo siempre puede ser arrastrado a los deseos de los líderes. Es fácil. Todo lo que tienes que decirles es que están siendo atacados, denunciar a los pacifistas por falta de patriotismo y poner en peligro al país. Funciona igual en todos los países.
Hermann Goring
Muchos momentos humorísticos (para algo están los señores Allen y Mostel), que en realidad tan sólo pretenden amortiguar el doloroso dramatismo de contar una vergonzosa historia real, vivida en primera persona por casi todo el reparto de esta película, que sí que nos cuenta de que iba y como fué la caza de brujas del neonazi MacCarthy y su hueste de pelotilleros productores, tan cobardes como rastreros. Nada que ver con la colección de fotos que, se supone que sobre el mismo tema, presentó el guaperas Clooney.
A destacar algunas escenas magistrales (spoiler), y que en los créditos finales aparezcan los nombres del director, del guionista, de varios secundarios, y del señor Mostel con la indicación de que en año se les incluyó en la famosa lista negra.
Totalmente recomendable, tanto por su valor documental como por la veracidad con la que se nos muestra una de las etapas más vergonzosas en la historia de los states, con un colosal Zero Mostel (al que a veces se le nota con qué rabia está afrontando su papel) y un excelente Woody Allen, más comedido que de costumbre.
Film realizado por Martin Ritt. El guión, de Walter Bernstein ( Odio en las entrañas , Ritt, 1969), se inspira en hechos reales y autobiográficos. Se rueda en NY (Radio City Hall, Riverbank State Park…) con escaso presupuesto. Es nominado a un Oscar (guión original) y a un BAFTA (actor reparto, Mostel). Producido por Martin Ritt y Robert Greenhut para Columbia, se estrena el 17-IX-1976 (EEUU).
La acción tiene lugar en NYC, en un tiempo situado entre 1950 y 1954. El cajero de un bar y corredor de apuestas, Howard Howie Prince (Allen), acepta la propuesta de Alfred Miller (Murphy), antiguo compañero de colegio, de firmar sus guiones de televisión a cambio del 10% de los honorarios. Alfred, de ese modo, puede burlar la prohibición de trabajar. Más adelante, Howie extiende su colaboración a otros dos guionistas.
El film suma los géneros de drama y comedia. Evoca, después de 25 años, la caza de brujas del senador Joseph McCarthy, que afectó de modo especial al mundo del cine. Habla desde una visión depurada por el paso del tiempo, irónica y melancólica, no exenta de amargura. En la cinta participan, al menos, ocho personas incluidas (1950-54) en las listas negras: Ritt, Bernstein, Mostel, Gough, Bernardi, Aiello, Marcovicci y Shelley. Es el primer film comercial de Hollywood que trata el tema como objeto principal de atención. Es una obra muy personal del realizador y del guionista. Expone los hechos desde el punto de vista de los afectados. En este sentido, constituye un documento testimonial de interés.
Al comienzo se ofrece un collage de las noticias más destacadas del país (EEUU) durante la persecución macarthysta. Se ven imágenes de altos cargos (Truman, Hoover, Eisenhover…), escenas de guerra (Corea), una explosión nuclear, condenados (matrimonio Rosenberg) y otras, que contextualizan el relato y aportan sugerencias. El personaje interpretado por Zero Mostel se inspira en Philip Loeb.
El director mezcla seriedad y humor, gravedad y ligereza, dramatismo y moderación. La tarea es difícil, dada la carga emotiva que rodea a los hechos. Pese a ello, el oficio de buen artesano de Ritt consigue situar el resultado que obtiene en un nivel satisfactorio. Contiene algunas simplificaciones en la caracterización de verdugos y víctimas. La obra se ve con más o menos emoción, pero no con indiferencia. Se muestra que la caza de brujas no sólo impide trabajar a los afectados, sino que los margina, excluye y destruye.
La música, original de Dave Grusin, ofrece melodías de jazz y swing que recuerdan aires y estilos de los primeros años 50. Añade temas ajenos del momento, como Young At Heart (Sinatra) y Anything For A Laugh , que interpreta Zero Mostel. La fotografía, de Michael Chapman, incorpora imágenes documentales, en algunos casos inquietantes (explosión nuclear) y en otros desoladoras (muerte de un joven soldado). Es destacable el trabajo de cámara: busca, mira, muestra y, a veces, habla con voz propia (funeral del amigo).