La tapa de la lámpara (C)
Sinopsis de la película
Una mañana, en un pequeño pueblo de Rumanía, un niño despierta a su padre para ir a la ciudad. Su padre le ha prometido que irán para poder reparar su vieja televisión. El pueblo no sólo está aislado, sino que está lejos de cualquier atisbo de civilización. Ese día llueve, el agua rodea la casa, y para cruzar el río, tienen que improvisar un puente. Cuando llegan a la ciudad, padre e hijo van a un especialista, Bichescu, que repara televisores. Para cuando lo haga, saben que tendrán otra odisea en el viaje de vuelta, y además tienen que llegar a tiempo a casa para que el niño pueda ver su película favorita de Bruce Lee.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lampa cu caciula (S)
- Año: 2007
- Duración: 23
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Opinión de la crítica
6.7
99 valoraciones en total
Esta es una de las películas para el asombro. Es un corto pero contiene toda la vida. Me quedo sin palabras ante esto. No tengo más para decir, solo enormes elogios. Es una película basada en la pura acción, la de la vida. Acción necesaria, pequeña y grande, justificada, natural.
Segundo y exitoso largometraje de Radu Jude, muestra paradigmática del hiperrealismo del cine rumano de la última década que le valió el ser premiado ni más ni menos que en el Sundance Festival, una mención a tener en cuenta, suficiente como para seguir de cerca a este joven director. Salvando las distancias, dados los elementos originales desarrollados por los cineasta rumanos, este hiperrealismo bien podría ser considerado heredero de aquel fantástico cine italiano abanderado por Rossellini allá por los 40-50, cuando éste realizara su Germania, anno zero o Roma, citta aperta , un ascendiente que cualquiera desearía. Radu Jude demostró dos años después en el que fue su primer largometraje, La chica más feliz del mundo , su inigualable capacidad para transmitir diferentes texturas e inundar los sentidos – y, por qué no, sentimientos – del espectador. En este caso sentimos la blandura del suelo, fresco y esponjoso por la lluvia de la noche anterior, bajo los pies de los actores, el olor a tierra húmeda, la luz de un tímido amanecer primaveral en los confines de Europa, un cielo plúmbeo, incapaz de arrancar el mundo de las tinieblas de la noche y que aplasta a los hombres bajo el peso de una luz que no ilumina los rostros, pero que está ahí de forma omnipresente.
El cortometraje está ambientado en el camino entre un pequeño pueblo rumano cercano a la frontera con Moldavia, Doroscani, en el que viven los protagonistas, y algún punto de la ciudad de Piatra Neamt, situada al oeste. En Doroscani apenas hay conexión por carretera, más teniendo en cuenta que, al contrario que en España, el tipo de poblamiento en la Rumanía rural es de naturaleza dispersa, en su origen para una explotación óptima de la tierra. Es un día festivo y poco propicio en lo metereológico, de modo que poca gente se aventura a salir del calor acogedor de sus casas. En tal situación de aislamiento geográfico y climatológico televisión y radio se convierten en la última conexión con la realidad, buena muestra de ello es la cola que padre e hijo se encontrarán a las puertas del taller del técnico en que ambos han depositado sus esperanzas para poder reparar su vieja televisión, tal y como si de la consulta de un médico se tratara: la misma espera tediosa, las mismas disputas por pasar primero…
Una situación trivial e inmersa en la cotidianeidad tiene la capacidad -muchas veces- de ser mucho más dramática y angustiante que cualquier elaborado argumento hollywoodense, y es que Radu Jude consigue en poco más de veinte minutos involucrar al espectador con los protagonistas, uno puede sentir empatía hacia el niño que sufre ante un anhelo que se complica, o hacia el padre que trata de complacer a su hijo a pesar de los contratiempos.
Apartando la angustia de la contexto, no podemos dejar de pensar que todos hemos vivido situaciones semejantes, historias en las cuales deberíamos valorar el tiempo compartido con nuestros seres queridos, más allá del resultado final, lo que queda en la memoria es aquel recuerdo único y perpetuo.
Dr.Juventus