La sonrisa de Mona Lisa
Sinopsis de la película
En 1953, Katherine Watson (Julia Roberts) se traslada desde California al campus de la prestigiosa y estricta universidad de Wellesley en Nueva Inglaterra para enseñar historia del arte. En plena postguerra, Watson espera que sus estudiantes, las mejores y las más brillantes del país, aprovechen las oportunidades que se les presentan para emanciparse. Sin embargo, poco después de su llegada, descubre que la prestigiosa institución está anclada en la tradición y el conformismo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mona Lisa Smile
- Año: 2003
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
Película
5.5
71 valoraciones en total
El club de los poestas muertos, tal vez sin pretenderlo, dio comienzo a un nuevo tipo de filmes, que pueden describirse como de colegios tradicionalistas e intransigentes . Los chicos del coro, Emperors club o esta cinta son algunos de los seguidores de tal estilo.
Que La sonrisa de Mona Lisa intenta imitar a la maravillosa historia de Peter Weir es obvio, porque el argumento es casi calcado. Que no es ni por asomo una obra maestra es obvio igualmente. Que el final es de juzgado de guardia es evidente. Pero no por ello es una basura.
La cosa tiene poca miga. Yo lo admito, pero creo que no es impedimento para pasar un rato agradable, entretenido e interesante. Y lo mejor es que permite descubrir (para quien escribe fue toda una sorpresa) a una excelente actriz como es Maggie Gyllenhaal, que no solo se come a Kirsten Dunst y Julia Stiles de un bocado, sino igualmente a Julia Roberts, para cuyo lucimiento se hizo la cinta. Realmente acabas deseando que su personaje, y no el de Roberts, hubiera sido la protagonista de la historia.
Lo mejor: Maggie Gyllenhaal
Lo peor: Es intrascendente, copiona, y no se esfuerza nada por resultar original o arriesgada. Tal vez lo menos convencional sea el final de la historia de amor de la Roberts con el muy soso Dominic West.
Una película muy predecible, melíflua, superficial y maniquea, la típica historia de colegio (no voy a entrar en las comparaciones ya más que señaladas en otras críticas), combinada con un cierto toque feministoide y un montón de historietas sentimentales edulcoradas a más no poder. Las interpretaciones suenan a falsas, incluso la de la alabada Maggie Gyllenhaal, que interpreta su papel de chica mala y autodestructiva sin mucha convicción y con bastante histrionismo. Este tipo de historias de buenos y malos, de personajes supersimpáticos frente a personajes antipatiquísimos como que cansan un poco. Y la moralina que hay detrás todavía cansa más.
Julia Roberts tampoco salva la película porque hace un papel tan trillado, tan manido y tan poco convincente que resulta sumamente difícil de creer. La peli no deja de ser entretenida, tiene sus momentos divertidos y la ambientación es bastante buena, pero vamos, para pasar el rato sin más. Que nadie espere ver algo que no haya visto mil veces antes ni sentir algún tipo de impacto emocional. Totalmente prescindible.
La sonrisa de Mona Lisa se salva del ridículo gracias al buen hacer de sus actrices secundarias.
Las películas escolares, ya sea en universidades, ya sea en institutos, constituyen a estas alturas un género en sí mismo. Hay centros con problemas raciales (Semillas de rencor, Mentes peligrosas, Rebelión en las aulas), con alumnos aventajados y buenas intenciones (Cadena de favores), con alumnos problemáticos (Elephant, El indomable Will Hunting), con profesores de apoyo (Descubriendo a Forrester), y finalmente, centros con tutores fuera de lo normal (The faculty, Música del corazón, The Paper Chase). En este último apartado se encuadra La sonrisa de Mona Lisa, película de consumo rápido que comienza despertando la curiosidad y acaba convertida en película de sobremesa.
Julia Roberts es Katherine Watson, una profesora recién licenciada en historia del arte por la prestigiosa y liberal universidad de Berkeley (California). Su primer destino será el conservador instituto Wellesley, marcado por las rígidas normas morales que imperan en los años 50, y su objetivo, cambiar las cosas tratando de golpear las conciencias de sus alumnos a través del ejemplo, la inquietud intelectual y los buenos consejos. Para ello, tendrá que transgredir las normas académicas y convertirse en chivo expiatorio de una sociedad que no tolera las grandes transformaciones.
Exceso de dulzura
La sonrisa de Mona Lisa no convence. En primer lugar, porque re torna a la típica relación entre un profesor que se sale de lo normal y sus mejores alumnos, al profesor liberal y apasionado que sacude los cimientos del establishment y hace descubrir a su clase el sentido de la vida, porque su barniz artístico apesta, y apenas deja espacio para la identificación, porque cuenta con Julia Roberta como motor, la actriz más sobrevalorada de la historia del cine, eso sí, siempre dispuesta a sonreír, pero también para el mínimo riesgo interpretativo, porque, como otras muestras del cine USA, tiene miedo de afrontar de cara sus intelectuales personajes, su cultura y su talento, sólo simbolizados a través de signos exteriores y visibles, fácilmente detectables y atrozmente significantes, porque su director, Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral, Donnie Brasco), hace gala de su cine más ñoño, pomposo y blandito, y además, lo disfraza de alegato por la igualdad de sexos, porque el personaje de Julia Roberts acaba desinteresándonos en favor de las historias del resto de roles femeninos, a los que, lástima, no se presta la atención necesaria: una robaplanos Kirsten Dunst cuyo matrimonio le sale rana, una sensual y rebelde Maggie Gyllenhaal enamorada todavía del profesor de italiano, Julia Stiles, que se debate entre una vida de casada, o compaginarla con sus ambiciones en Yale, y la camaleónica Marcía Gay Harden y sus clases de decoro. Si quieren degustar buenas películas de este tipo, dos muestras: Adiós, Mr. Chips (1939), y El club de los Poetas Muertos (1989).
Es interesante ver esta película y centrarse en lo que es realmente importante que es el tema que trata el film. Mas allá del decorado, la escenografía e incluso de la banda sonora hay que quedarse con la idea que intenta transmitir la película que es el papel de la mujer en los años 50 (que no quedan tan lejos como creemos) y que deja tanto que desear.
Un papel que hoy día siguen haciendo muchas mujeres de muchos países del mundo como por ejemplo las de Marruecos que es donde yo vivo y de donde yo soy. Quizás sea por eso por lo que me haya tomado mas en serio la película, pero no lo creo, de todos modos hablo con conocimiento de causa, como mujer que sufre las consecuencias de una ideología machista muy arraigada en esta y en muchas otras sociedades por mucho que se intente ocultar o negar, la desigualdad es palpable aún hoy en día incluso en los países mas desarrollados. No creo ni acepto la igualdad que te ofrecen empaquetada y envuelta en papel de seda (hasta allí todos de acuerdo y todo muy bonito) siempre y cuando no decidas abrir el paquete, ni exijas tus derechos y no pidas que se ponga en práctica lo que en teoría ya se debería de haber puesto.
La película no me ha parecido sosa ni vergonzosa ni mucho menos aburrida, pienso que el camino que han tenido que recorrer las mujeres para que hoy en día alcancen este mínimo nivel de igualdad que han alcanzado y los derechos que han conseguido no ha sido un camino nada fácil, roles, prejuicios y estereotipos de lo que en teoría debe ser la mujer (y que hoy en día seguimos manteniendo de un modo u otro), han sido las espinas que han plagado dicho camino. Y lo que pretende precisamente la película es mostrar la lucha de gente como la protagonista que en este caso es Julia Roberts (algo estereotipada también) en tiempos y circunstancias tan difíciles como la conservadora Inglaterra de los años 50, circunstancias e ideologías que hoy en día siguen muy presentes en muchos países del mundo.
De modo que no m parece muy apropiado que se frivolice con estos temas. Las cosas nunca son tan sencillas como parecen (como la sonrisa de mona lisa) hay que desmenuzarlas o por lo menos reflexionar un poco después de ver un film como este. Es un tema de amplio debate y espero que la gente sepa valorar la película más allá de su estética.
La recomiendo totalmente.
Burda copia feminista del Club de los poetas muertos en la que falta originalidad. Las actuaciones de Julia Roberts y Kirsten Dunst son buenas pero no lo suficiente para ser comparadas con las de Williams y Sean.
El Club de los poetas muertos consigue lo que se propone (hablar sobre el tópico latino del Carpe Diem) resumida en la mejor frase en mi opinión de la película: No quiero morir y descubrir que no he vivido (No es literal) sin embargo, en este film Mike Newell, aunque el guión no esta nada mal, no llega a la grandeza de el de Peter Weir.
El Club de los poetas muertos no es de mis películas preferidas pero entiendo que se pueda entender como obra de arte debido a su mensaje y la manera de llevarlo por lo que recomiendo ver antes la idea original, que supera a esta en todos los ámbitos.
PD: Si el concepto no fuera plagiado por supuesto como mínimo estaría aprobada