Templario
Sinopsis de la película
Inglaterra, principios del siglo XIII. El 15 de junio de 1215 y, tras una dura negociación, el despótico rey Juan se vio obligado a aceptar ciertas peticiones de los señores feudales, cuyo objetivo era limitar el poder real. Así nació la Carta Magna. Sin embargo, tras reunir un fuerte ejército, Juan se negó a cumplir el acuerdo, provocando así una guerra civil: la Primera guerra de los Barones (1215-1217). El rey decidió eliminar a los que lo habían humillado, especialmente a un grupo de caballeros templarios que, atrincherados en el castillo de Rochester, intentaron resistir el asedio de las tropas reales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ironclad
- Año: 2011
- Duración: 120
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia de esta película en formato HD y 4K. A continuación te mostramos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
5.1
29 valoraciones en total
Son poco agradecidas, cinematográficamente hablando, las historias de la Edad Media.
Porque históricamente hablando, el medievo fue un lugar asqueroso y deprimente donde no existian historias felices: la gente moría joven de cualquier cosa, el 90 por ciento de la población era más pobre que las ratas, y las leyes de clases se aplicaban con gran esmero.
Se luchaba cuerpo a cuerpo infringiendo las más desgarradoras heridas y mutilaciones que se pudieran hacer al enemigo, la sangre, la suciedad y los hedores eran lo normal.
En Ironclad no han querido ahorrarse ninguna de esas particularidades de la guerra medieval.
Es más. Una vez perfilados mínimamente los personajes, han hecho de las escenas de lucha el punto fuerte de la función. O sea, la historia es excusa para la crudeza, y ya no hay más.
Con un presupuesto ajustado se intentó hacer una película entretenida, una exhibición del valor y las habilidades de unos templarios sitiados contra todo un ejército. Y eso es lo que da.
Estupenda banda sonora también, interpretaciones justitas, y a comer palomitas, aunque no sería recomendable para niños pequeños desde luego, pero el film consigue el aprobado por el esfuerzo sin pretensiones que transpira en todo su metraje.
La simple elección de Giamati -gran actor, por otra parte- para interpretar al nefasto Juan I de Inglaterra parece ya una broma pesada: es el peor papel que le he visto, con mucha diferencia. La película es larga y aburrida, con una flojísima trama argumental pese a estar ambientada en un momento histórico harto interesante. Lo cierto es que los cimientos de la separación de poderes en Europa y en el mundo hubieran merecido un tratamiento algo más afortunado.
Esta aventura medieval se muestra como una destartalada caricatura de personajes y situaciones que la condenan desde los primeros minutos. Se salvan la puesta en escena y el empeño puesto por algunos actores, pero eso no es suficiente para remontar dos lastres insalvables: un guión pésimo y una dirección nefasta. Los destripamientos y las amputaciones hiperrealistas ya comienzan a estar más que vistos y no bastan para sostener una historia.
El engañoso título en español, ‘Templario’, no es más que una estrategia comercial, porque si se hubiera titulado ‘Estrafalario’, ‘Escapulario’ o `Balneario’, por ejemplo, la cosa no habría cambiado demasiado. Hay cosas mucho más interesantes que hacer con 7 euracos que tragarse este tormento.
Nunca vi peor uso de la cámara, ni unos planos tan inútiles. Movimientos bruscos en las escenas de acción que lo único que se apreciaba ver era el último chorro de sangre.
A todos nos va ese rollo de gladiadores, caballeros medievales, etc, y esta película tiene momentos buenos, pero como ya pasó en Centurión y en la Legión del águila , se centra demasiado en un objetivo, si en aquellas era la huida, en esta es el asedio.
Hasta cierto punto sigue un rigor histórico, pero, ¿y ese ejército de daneses que se sacaron de la manga?
Bueno, me imagino que buscaron unos piltrafillas que lucieran guay y pensaron..
¡Aahh daneses!…. Si un medio metro con cara afeminada, que hasta se le salió la chola del pantalón en un partido como Butragueño les hincó 4 golazos en un mundial, podemos poner a otro par de pelagatos a defender un castillo 3/4 de película, porque esos daneses son unos paquetes.
La verdad que desespera un poco hacia el final, pero no creo que sea una mala película ni que nadie se arrepienta de verla, pero el cámara la ha jodido en buena parte.
Destacar el papel (v.o) de un actor en forma como Paul Giamatti que ultimamente está en todas.
Y como dice un amigo…. ¡Una cosa que me inrita !
Aquí tenemos otra vez al duro de Purefoy empuñando una espada, aunque con algo más de fortuna que en Solomon Kane. Recreación del sitio de Rochester dentro de la guerra de los Barones que enfrentó al rey Juan (Giamatti) con los principales barones de Inglaterra. Históricamente hasta aquí correcto, el problema surge cuando entran los aliados, si señor, porque aquí de repente al rey Juan se le aparecen unos aliados pseudovikingos (desconocía yo esto…). Salvo por este detalle histórico (de bulto), el resto está bastante bien, acción, buenas peléas de espada, y recreación de lo que era sitiar un castillo en el S XII.
Para ver con una cervecita y sentir como sube tu testosterona.
Correrá la sangre.
Éste, y no otro, es el slogan escogido para figurar en el poster de Templario, y vista la película, quién puede negar que es más cierto que cualquier otra cosa.
Jonathan English, artesano correcto en su dirección, aunque algo nervioso en la filmación de las batallas, dirige la recreación del asedio del castillo de Rochester.
Y sí, es innegable que la cinta de English recoge los puntos más importantes de dicho hecho histórico, pero éste queda siempre al servicio de la descripción pura y dura de la violencia que hace la cámara. De hecho, quedan dudas, muchas dudas de si realmente English está interesado en la historia que está narrando, o simplemente necesitaba una excusa para rodar un salvaje fresco de lo que era la guerra en la Edad Media. Desde luego, si usted no soporta la violencia en el cine, piénselo bien antes de ir a ver esta película, y más aún si decide acudir a la sala con sus hijos. Los litros de sangre, vísceras y miembros amputados en pantalla son francamente inacabables. Y ésto no tendría por qué ser malo en sí (de hecho, muchas películas épicas, pseudoépicas o con alguna que otra lucha por ahí pecan de blandas y de limpias , afectando ello a su realismo). Sin embargo, hay morbo, muchísimo morbo, y hay recreación en las constantes salvajadas. ¿De verdad es necesario ver detallado prístinamente en pantalla cómo se amputan manos (y no una ni dos, además), pies y brazos enteros? Cada cual que conteste…..
No obstante, el problema más grave de la película es que no hay tampoco un interés por identificar al espectador con los personajes. Todos ellos son puros estereotipos, ejemplo de personajes mil veces vistos. El caso más claro es, por supuesto, el de Lady Isabel, de la que uno se pregunta si únicamente está allí porque siempre ha de haber una mujer que tiente y finalmente enamore al protagonista…
Gracias a Dios, el entusiasmo de todo el equipo es tal, el trabajo técnico es tan impecable (maravillosa música de Lorne Balfe, excelentes decorados y vestuario, gran trabajo de fotografía, que ya da mucho de ese aspecto sucio y crudo de la película) y los actores resultan tan bien escogidos que el resultado acaba siendo entretenido y muy correcto. Así, los mejores momentos de la cinta son aquellos que protagonizan un James Purefoy simplemente perfecto para el papel de Marshall (y con una mirada que es todo sinceridad) y el joven AneurinBarnard, o los cara a cara entre dos de los más grandes, como son Brian Cox y Paul Giamatti.
Ahí, y no en la sangre derramada, es donde Templario acaba triunfando más.
Lo mejor: El trabajo técnico, excelente, y las interpretaciones de James Purefoy, Brian Cox y Paul Giamatti
Lo peor: No hay matices en los personajes, ni un verdadero interés por contar una historia interesante y/o emocionante