La rubia fenómeno
Sinopsis de la película
Gladys es una joven modelo que se traslada desde su pueblo a Nueva York para conseguir fama y popularidad. No tiene dinero, pero sí mucha ambición. Cuando, por puro azar, consigue hacerse famosa, un ejecutivo del espectáculo se fijará en ella. Un director de documentales también se enamora de Gladys, pero no está de acuerdo en cómo vive su nueva e inmerecida fama.
Detalles de la película
- Titulo Original: It Should Happen to You! aka
- Año: 1954
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
6.9
23 valoraciones en total
Comedia sosita y lenta que tiene su origen en una buena idea pero que pierde parte de su encanto porque un flojo guión es incapaz de proporcionarle dinamismo, fuerza expresiva y capacidad de atracción.
Y cuando se desaprovecha el potencial resulta muy difícil salir adelante.
Posee algunos momentos puntuales que proporcionan cierta galanura pero en general la historia queda desvirtuada, resulta poco convincente y su trama se desarrolla de un modo deslavazado y precario.
La trama romántica es floja e incluso la intervención de los protagonistas principales (J. Lemmon y J. Holliday) tampoco alcanza el nivel esperado.
Y ni siquiera el título en español es afortunado.
La buena intención implícita en el mensaje es obvia pero la intención por si sola no basta.
Todo lo bueno que se puede decir de esta gran película es poco. Para empezar, Jack Lemmon, era ésta su primera aparición fuera de la televisión donde ya se había hecho una carrera, con este film daba definitivamente el salto al cine, y de qué manera. Si el otro día me maravillaba admirar por enésima vez su papel en Some Like It Hot (Con faldas y a lo loco, Billy wilder, 1.959), en este largo su actuación es más de lo mismo, brillante. Comparar lo que ha hecho en su carrera Jack Lemmon con lo que están haciendo actores de comedia actuales como Ben Stiller es simplemente hilarante. Lo mismo cabe decir de Judy Holliday que está absolutamente soberbia en este difícil papel.
Pero tiene el guión una inusitada mirada de un tema que hoy se puede considerar un cáncer social que merece la pena detenerse un poco. La mitomanía de nuestra época hace que aquello que algunos llamaron la mejor forma de vida, la autenticidad, suene a trasnochado y a utopía irrealizable. Cualquier persona sueña, hoy en día, con convertirse en objeto de la fama. Da igual que no tenga destreza alguna, tenemos miles de ejemplos en nuestro país sobre personas que han llegado a la fama simplemente con asuntos de quién meto o dejo de meter en la cama. Las carpetas escolares de los adolescentes se llenan con fotografías de personas que han llegado a ser admiradas, envidiadas y cotizadas sin mayor esfuerzo que un talento natural para dar patadas a un balón, por ejemplo.
La protagonista de esta maravillosa película desea alcanzar esa fama y tiene una ocurrencia que le lleva a ganarse un puesto en el olimpo de la estupidez.
La historia nos cuenta la trama de siempre, la que funciona, chico conoce chica, pero el enredo tiene tal catadura moral que no deja uno de sorprenderse por la contemporaneidad de la reflexión sesenta años después.
El dilema consistirá en saber si la protagonista elige el camino que ha iniciado de fama y hueco glamour o, por el contrario, preferirá la anodina y anónima autenticidad que los sabios pregonaron.
Para mayor acierto, el personaje diseñado no posee mayores atributos, no tiene nada que ofrecer al mundo, nada que vender, nada que haya inventado, nada que cuente mejor que nadie, nada. Esto hace que las comparaciones con la farándula que pulula por los platós de muchas televisiones o el papel de muchas revistas sean desternillantes.
Han dado en el clavo las críticas que han comparado este largo con las comedias actuales, qué pena tan grande, cómo hemos cambiado que decía la canción. Qué tristeza ver qué tipo de guiones y actores y directores reciben ahora los millones de dólares y euros para conseguir resultados tan opuestos al de esta producción.
Sólo un detalle más, hay que fijarse en el modo en el que la banda sonora participa de la trama y de los diálogos, un ejemplo.
Película sanísima, de altísimos vuelos y que, además, nos ofrece eso a lo que debe aspirar el arte y que en nuestros tiempos se ha olvidado, educar. Imprescindible.
Fue con, Adam’s Rib (George Cukor, 1949) que conocí a Judy Holliday y quedé encantado con esa personalidad de chica con aire provinciano, pero, con una perspicacia y un toque para el humor de una autenticidad admirable. Después la vi en, <>, y quedé tan fascinado con ella, que ansiaba ver todas sus películas. ¡Qué personaje tan encantador el de esa chica que, cansada de ser un ser insignificante, está dispuesta a gastarse todos sus ahorros para lograr que su nombre sea reconocido!
>, de inmediato me animé a verla de nuevo, y una vez más, Judy Holliday demuestra que se merece un pedestal entre las grandes comediantes que nos ha dado el Séptimo Arte. Su versatilidad, su encanto, sus agudezas… y su inteligente manera de salirse con la suya, son una verdadera delicia, y esta muchacha de la bella sonrisa, se goza cada película mientras, en cada escena, se nos mete en el corazón.
Seguidamente, me encontré con Born Yesterday (George Cukor, 1950), y aquí Judy alcanzaba la cima haciendo de Billie Dawn, la novia de un tosco millonario que quiere convertirse en un ser respetable, y de paso, también quiere que su novia, inculta y con muy malos modales, adquiera una adecuada formación, para lo cual contrata a un joven instructor. Los cambios que esta chica va logrando y la manera cómo los logra, son para la eterna memoria, le merecerían el premio Oscar a Mejor Actriz y la película resulta una redonda obra maestra.
Estas tres comedias, y una cuarta, The Marrying Kind, que aún no logro ver, además del director y la maravillosa actriz, tienen también en común que fueron escritas por, Garson Kanin, y éste hombre tuvo un pulso tan alto para la comedia que, entre los tres, aseguran éxitos de nunca olvidar.
Tras obtener una buena copia de, <
Desde el mismo instante en que, Gladys Glover (así se llama su extrovertido personaje), se encuentra con el documentalista, Pete Sheppard (magnífico debut de Jack Lemmon), conforman un dúo que entrará en esa suerte de discordias que acercan al corazón… y con ellos, veremos si es la fama o es el amor lo que trae felicidad a los seres humanos… ¡claro que, si se dan una cosa y la otra, a la vez, no estaría nada mal!
Junto a ellos, Peter Lawford, es el empresario jabonero que comienza subestimando a la joven publicitada… pero, pronto se dará cuenta que, en su aparente inocencia, se esconde una mujer que vale lo que pesa y que sabe lo que quiere.
El mensaje más relevante de la película, quizás, podría ser: Jamás subestimes a nadie, porque puedes llevarte impensables sorpresas.
Viendo esta película, me doy cuenta que las comedias románticas de la actualidad no tienen nada que ver ni que hacer con las que se hacían hace cincuenta años o más.
Para empezar, nada tiene que ver un actor de la calidad de Jack Lemmon, con los que ahora trabajan en este tipo de cine (Adam Sandler, Ben Stiller, Paul Bettany etc.), y que solo se hacen los chistosos y no logran que alguien ría, tampoco tiene nada que ver una talentosa Judy Holliday con Cameron Diaz, Drew Barrymore o la misma Julia Roberts, quienes solo son rostros y poco talento, y desde luego nada que ver con los que actualmente dirigen estas cintas, con un director como George Cukor, que realmente sabia donde poner a cada actor, y enseñarle lo que tenia que hacer para que salieran trabajos tan buenos como este.
Notable película, divertida, entretenida y entrañable, tanto las actuaciones como la dirección y desde luego el argumento, una película para todo publico que no se conforme con la poca calidad de hoy en día. (8.2)
Nada menos que del año 53 data ésta película y no podría ser más actual, el tema de la fama como forma de vida tratado de forma irónicamente cómica (no es para menos, a mí no se me ocurre mejor manera de tratarlo).
Ahora que llevamos unos años con los personajes aparecidos en los grandes hermanos, las granjas, los supervivientes, los OT´s y demás subespecies del panorama televisivo actual, ésta crítica ácida se nos muestra en todo su esplendor, retratando a los personajes como si hubiera sido rodada ayer.
Todo ésto es producto del buen hacer de toda una época donde desde el guionista hasta el director pasando por los demás departamentos tanto artísticos como técnicos ponían todo su empeño en contarnos una historia que, al menos, fuera mínimamente novedosa… que diferencia con la época actual donde el remake es el amo y señor de las llanuras del celuloíde.
En resumen una gran película con actores en estado de gracia, momentos memorables, frases para el recuerdo y críticia con la sociedad de nuestro tiempo…¿se puede pedir más?… a mí no se me ocurre…