La que apostó su amor
Sinopsis de la película
Cuando la reportera Ellen Garfield (Bette Davis) se desmaya al presenciar la ejecución de una mujer que asesinó a su amante, su novio Curt Devlin (Goerge Brent), que trabaja en el periódico rival, trata de convencerla de que el periodismo es cosa de hombres y de que su lugar está en la tranquilidad del hogar. Pero Ellen no se deja persuadir, le asegura que una mujer puede hacer tan buenos reportajes como un hombre y, además, está dispuesta a demostrárselo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Front Page Woman
- Año: 1935
- Duración: 82
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Opinión de la crítica
Película
6.2
48 valoraciones en total
No le doy menos puntuación porque está Bette Davis, que intenta salvar la película, y es que, primero de todo, su personaje de mujer fuerte y que quiere la igualdad con el hombre, está tambaleada y se bufan de ella cada dos por tres, aunque parece ser que se iguala, desde mi punto de visto, ha sido tan tambaleada que no consigue balancear la igualdad de los sexos.
A parte de este punto machista, el guión está muy cogido con pinzas, es muy rápido mucho, quizás para que no repares en los fallos, pero ver que un par de periodistas tienen más poder que la misma policía, y que sean ellos los que decidan ciertas cosas…. no sé…. quizás en los años 30 realmente funcionaba así, quizás, aunque lo dudo. Es por eso que hace que no sea muy creíble toda la trama.
Lo único que lo salva es la propia Bette y algunos momentos de comedia.
Realmente Bette, en aquella época ya era una de las asiduas del cine haciendo varias películas por año.
Historia frenética acicalada con su trama detectivesca, con su clave judicial, con su perfil amoroso y con un destacado sesgo humorístico que se imbrican entre sí como un elegante juego de insinuaciones bajo la acertada dirección de un inspirado M. Curtiz.
El intenso toma y daca interpretativo entre G. Brent y B. Davis no ofrece un minuto de sosiego y mantiene durante toda la proyección ese tono de vehemencia a medio camino entre lo visceral y lo profesional que conviene al argumento.
Magnífica actuación de ambos.
Sentido de la oportunidad, precisión conceptual, rapidez de reflejos y coordinación del ritmo confieren al largometraje todos esos valores por los que a partir de los años treinta el cine dejó de ser una aventura de caracteres difusos para convertirse en el definitivo Séptimo Arte.
¡Vaya si le ha costado a la mujer abrirse camino en la sociedad machista! Resulta muy triste y deplorable, que todavía un porcentaje excesivamente alto de mujeres, caigan rendidas ante el dinero, permitiendo que cualquier hombre vulgar mancille su dignidad por unos cuantos billetes, admitiendo que las filmen y les tomen fotos en las poses más degradantes… o haciendo cosas humillantes e indignas solo por conservar un puesto. Porque no nos digamos mentiras, en la humillación y el irrespeto -entre personas de igual a igual- son comunes los casos en que, es la permisividad de la víctima, la que hace posible la acción del victimario.
Pero, por suerte, cada día surgen otras tantas mujeres formadas con carácter y dignidad, con empuje y verraquera, dispuestas a capacitarse para poder reclamar con pleno derecho, el ser respetadas y valoradas como se merecen. Y cuando la mujer toma conciencia de lo muchísimo que vale, nada la detendrá en la conquista de su integridad y en su afán de lograr un buen lugar en el mundo con que ahora cuenta para su existencia… y sin duda alguna, esto lo hará con el hombre o contra el hombre.
Ellen Garfield es una chica de este talante. Trabaja ahora como reportera del Daily Star, pero su poca experiencia la ha convertido ya en el hazmerreír de sus colegas… y más aún de sus competidores -los periodistas del Daily Express-, entre los que se encuentra Curt Devlin, el hombre que por estar enamorado de ella, considera que su lugar es la casa y no la calle, donde el periodista se enfrenta a diario a situaciones solo aptas para hombres.
Estamos en la tercera década del sigo XX y todavía, la gran mayoría de los hombres, piensa que el lugar de la mujer es la crianza de los hijos, y que los únicos empleos a los que puede acceder –si es soltera- son los de secretarias, recepcionistas, coristas… o prostitutas. Pero ya hay mujeres que han comenzado a zafarse las cadenas, y Ellen piensa demostrarle a su prometido que, como periodista, una mujer puede ser tan buena como cualquier hombre.
Con LA QUE APOSTÓ SU AMOR, el director Michael Curtiz se la juega en pro de los derechos de las mujeres, con una historia ágil, divertida, y llena de frescas y deliciosas sutilezas, con las que la batalla de los sexos tomará su justo punto de equilibrio. El filme significó el encuentro entre la genial Bette Davis y el carismático George Brent, quienes alcanzan aquí una química tan especial, que sus relaciones trascenderían la ficción y luego harían pareja en un total de once películas.
Detrás de cámaras se comentó que, una vez más, Jack Warner le propuso a Curtiz al actor Errol Flynn para que hiciera el breve rol de Coulter, pero éste prefirió a Gordon Westcott y consiguió imponerlo ante el jefe del Estudio.
Ahora, miren bien la escena del juicio… y díganme si no fue viendo esta película que el brillante escritor Reginald Rose, se inspiró para su magistral guión de 12 hombres sin piedad.
Es un hecho, el cine también es inspiración.