Los felinos
Sinopsis de la película
Un jugador profesional, que intenta escapar de un grupo de gánsters que lo buscan para matarlo, se oculta en la mansión de una millonaria que tiempo atrás asesinó a su marido. Cuando la viuda se enamora de él, el jugador se ve poco a poco involucrado en el pasado de la mujer.
Detalles de la película
- Titulo Original: Les Félins
- Año: 1964
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
6.5
54 valoraciones en total
Trama intensa que se mantiene durante toda la proyección como una turbadora sensación de incertidumbre en la que también se dan cita un toque de sensual calidez y un apunte lúdico que sirve para distender.
Un seductor A. Delon es el referente de unas tramas que se superponen con destreza y que muestran un argumento imaginativo y complejo.
El desarrollo ofrece enorme fluidez, seriedad formal, coherencia interna y adquiere solidez y prestancia a medida que avanza el metraje.
Interesante propuesta muy seria y representativa del buen cine francés de los años sesenta.
Cuando había caído prácticamente en el olvido -no obstante que publicó cerca de 50 novelas, muchas de ellas un éxito en su momento-, el nombre de Day Keene (uno de los seudónimos más usados por Gunard Hjertstedt -mitad sueco e irlandés, pero nacido en Chicago) volvió a salir a la luz con los artículos que, sobre él, comenzó a escribir el celebrado crítico, Anthony Boucher, en el New York Times. Aunque también probó con otros géneros narrativos, Keene, tenía predilección por las novelas criminales con mucho misterio, sexo y violencia, y hasta la fecha, cinco de ellas han sido adaptadas al cine con los siguientes títulos: La Bête à l’affût (1959), Cause Toujours, mon Lapin (1961), Le Canard en Fer Blanc (1967), The Trouble with Girls (1969), y anterior a estas dos últimas, <>, la cual partió de su novela, Joy House (1954), y fue adaptada por René Clément, Pascal Jardin y Charles Williams, pero, según contara la actriz, Jane Fonda, quien hacía su primera película en Francia, Clément -quien se encargó de la dirección- modificaba cuanto se le ocurría durante el rodaje y a ella nunca le dio un guion, por lo que poco se enteraba de hacia dónde iba lo que hacía.
>, lo dejará complacido.
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Buena parte de la película se rodó en la mansión, Villa Torre Florentina en Roquebrune-Cap-Martin, convertida en monumento histórico, en 1991, por el Ministerio de Cultura… y su especial arquitectura con túneles y cuartos secretos, fue esencial para lograr ese toque de misterio e intriga que nos ofrece el filme de Clément.
Una impecable fotografía de Henri Decaë, capaz de hallar (casi) siempre los ángulos precisos, y una tensionante banda sonora del argentino, Lalo Schifrin (con un inolvidable tema central), complementan una historia que nos pone, una vez más, frente a las hábiles artimañas de las que son capaces las mujeres cuando cierta obsesión ronda por su cabeza y por su corazón (véase: Jezabel de William Wyler, Oltre la Porta de Liliana Cavani…)
Tercero de cuatro encuentros del actor, Alain Delon, con el director René Clément, logrando aquí un rol que le viene como anillo al dedo, pues, se trata de un jugador, Marc, cuyo afán de seducir chicas lo pone ante la mujer de un gánster quien, al verse los cuernos en el espejo, va a perseguirlo como el coyote persigue al correcaminos: ¡sin darse nunca por vencido!
El triángulo, en la intrigante mansión, lo conformará luego con Melinda (Jane Fonda) y con su conspicua prima, Barbara Hill (Lola Albright), una mujer que guarda un poderoso secreto tras la muerte de su marido.
Si le agradan las películas del cazador cazado, <
Título para Latinoamérica: <
Cine negro combinado con francés puede aparentar una fórmula desconcertante o tan tediosa que haga desistir al más crédulo a poco que se le eche un vistazo a la carátula o a la sinopsis de Los Felinos . Uff… cinema noir…, no. Qué pereza.
No es el caso de la película de Clément, – que propone tres ganchos irresistibles: la elegante Albright, la bellísima Jane Fonda y Delon, el cañón-, y quien, además de imprimir un ritmo transgresor y resolver la trama en un pin pan pún , se luce en un brillante cosido de planos repletos de estilo y clase, en unión con unos acordes de jazz que ajetrean una historieta con suspense– aunque no hay que tomársela muy en serio-, que se deshace en un abrir y cerrar de ojos, muy alegremente quizás, pero con la sensación de dejarnos un caramelo en la boca. Se dice que lo bueno si breve…
Es lo extraño en su propio género. El cine negro pocas veces resultó tan ligero como en esta exhibición de maestría de Clément en cuyo guión, por cierto, interviene un apenas treintañero Costa Gavras apuntado maneras.
Cuatro personajes, dos mujeres y dos hombres. Cuerdos, ni el primero. A ellos, bribones seductores, -que a todas se llevan al huerto-, no les queda más que maullar piedad porque esta vez, dos sagaces rubias manejan el cotarro, una de cuales, -con cinismo del bueno y todo su desparpajo-, pregunta inocentemente:
-¿Y si fuera un gato?
– Serías un gatito al que le empiezan a asomar las uñas.
Y el señor Don Gato, el que abre latas urdiendo cómo chulear a la felina, se las acaba comiendo todas, por no prestar la debida atención a la minina. Un poquito de su propia medicina.
Segunda colaboración del actor Alain Delon con el realizador René Clément (1913-1996). El guión, de R. Clément, Pascal Jardin y Charles Williams, adapta libremente la novela negra Joy House (1954), de Day Keene. Se rueda en exteriores de NYC, Paris y Costa Azul (Villefranche-sur-Mer) y en los platós de Studios Éclaire (Épinay-sur-Mer, Francia). Producido por Jacques Bar para Cipra y Cité Films, se estrena el 12-VI-1964 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en NYC, Paris y Villefranche-sur-Mer (Costa Azul), a lo largo de varias semanas, en 1963/64. El playboy y jugador profesional francés Marc (Delon) seduce a la esposa del jefe de una banda mafiosa de NY. Éste encarga a un grupo de los suyos que se trasladen a París, localicen a Marc y le den un escarmiento. En su huida, Marc se refugia en una casa de acogida de marginados, donde ejercen la caridad dos damas misteriosas, Bárbara (Allbright) y su sobrina Melinda (Fonda), que le contratan como chófer. Marc es mezquino, codicioso, carece de escrúpulos, procede de los bajos fondos y tiene éxito con las mujeres. Bárbara, que maltrata a su sobrina y al personal a su servicio, es sospechosa de haber ordenado el asesinato de su marido dos años antes, pero no se ha podido probar su implicación en los hechos. El misterio se ve reforzado como consecuencia de la desaparición de Vincent (Oumansky), persona al servicio de Bárbara que gozaba de su confianza.
El film suma crimen, drama, misterio y thriller. Es el segundo que realiza Clément en colaboración con Delon y con el director de fotografía Henry Decaë. El éxito de A pleno sol (Clément, 1960) les anima a producir un nuevo film de cine negro, que conciben como una obra con opciones de distribución en el mercado norteamericano. Es el 12º largometraje de Clément y el último de sus trabajos que alcanza un cierto éxito.
Desarrolla una historia de suspense psicológico, al que se suma una progresiva pulsación del deseo y del apetito sexual. El estilo narrativo es exuberante, rico en detalles y ocasionalmente aparatoso. A veces se torna vertiginoso (atropellos, caída de un coche al mar, persecuciones cruzadas…). El relato se sigue con interés y con la delectación que en el espectador produce una buena banda sonora, una fotografía bien construida, unos diálogos fluidos y vibrantes y un estimulante salpicado de erotismo. Los lances de la acción se presentan bien construidos y adecuadamente hilvanados. La trama incluye la presencia de gatos, que simbolizan la mala suerte, son anuncio de infortunios y evocan la caza sigilosa de presas a traición. Las interpretaciones de Delon y Fonda son convincentes. El film es entretenido, los giros y contragiros que presenta mantienen el interés del espectador, que se siente satisfecho con lo que le ofrece un trabajo aseado, digno y meritorio.
(Sigue en el spoiler sin desvelar partes del argumento)
Clement y Delon intentan repetir el éxito de A pleno sol con este suspense. Delon vuelve a interpretar a un personaje amoral, frío, codicioso y con mucho encanto, pero en esta ocasión se enfrenta a dos mujeres que comparten sus mismas virtudes pero que no tienen sus mismos objetivos.¿Quíen se sale con la suya?… Suspense.
El guión proporciona unas cuantas situaciones improbables. No hacía falta ir a los EE UU para pedir la cabeza de Delon. La misma faena la podía haber hecho en el mismo París. Al fin y al cabo, el resto de la película se desarrolla en los alrededores de Niza. Lo de las damas caritativas también es improbable. Y el resto de la trama adolece de la misma artificiosidad en la creación y desarrollo del misterio. Pero…
La puesta en escena de Clement es muy brillante y el montaje no desmerece. La composición de planos, la escenografía y su iluminación resaltan él carácter de brillante ejercicio de estilo y la música de Lalo Schiffrin ajusta como un guante en las películas de intriga. Además, el trío protagonista resulta de lo más atractivo, a pesar de que sus personajes son entre ambiguos y esquizoides.
En definitiva, a pesar de lo rebuscado de la trama, esta se sigue con interes hasta el final. Es un entretenimiento muy bien facturado.