La piscina
Sinopsis de la película
Sarah Morton (Charlotte Rampling), una escritora británica autora de libros de misterio y novelas policiacas, viaja de Londres al sur de Francia, para pasar unos días en casa de su editor (Charles Dance), con la intención de descansar y encontrar inspiración para su nueva novela. Allí conoce a la hija adolescente de su anfitrión, la atractiva y poco convencional Julie (Ludivine Sagnier).
Detalles de la película
- Titulo Original: Swimming Pool aka
- Año: 2003
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
6.3
90 valoraciones en total
Tuve que ver esta película dos veces para poder hacer una crítica medianamente objetiva, precisa y estructurada. Primero hablaré del argumento en sí, luego de lo que va la película, es decir, su género, seguidamente hablaré de la nota que le pongo y por qué —cosa que viene relacionada con el comentario anterior— y finalmente y en el «spoiler» hablaré de mi interpretación.
Una escritora de novela negra llamada Sarah Morton que se queda sin inspiración acude a ver a su editor para decirle que necesita un cambio de registro. Este, viéndola desanimada, decide ofrecerle una casa con piscina —de ahí el título— que tiene en Francia, si hacemos caso a la película y puesto que está cerca del castillo de Sade, se podría decir que está en el departamento de Vaucluse, al sureste de Francia. Con la esperanza de quedarse sola mientras trabaja en su nuevo libro Sarah se traslada inmediatamente a la casa de su editor en Francia. Sin embargo, una vez que está plenamente instalada irrumpe en la casa Julie, la hija del editor de Sarah. Es entonces cuando se desata una lucha de personalidades por ver quién es más autoritaria y defensora de su espacio personal y vital.
Bueno, la película habla de una relación, primero tirante y después más afable, entre dos mujeres que se ven confinadas en la misma casa durante un corto periodo de tiempo. Esta obra se vende como de suspense pero de suspense tiene bastante poco ya que el único poco suspense que se da en la película viene dado por ver qué va a pasar entre las dos protagonistas, eso por un lado, y por otro lado, por el golpe de efecto que se produce ya avanzada la película, golpe que se espera desde el principio y que una vez llega ya no es tan importante puesto que la película está para acabar. En definitiva, se trata de una relación entre dos mujeres, y el suspense o golpe de efecto sirve para crear un lazo de unión entre las dos protagonistas femeninas pero nunca para hacer avanzar una trama que cuando ocurre —el suspense— ya está para acabar.
Le pongo un siete a la película porque aunque está currada no llega a ser perfecta, sin darme cuenta le acabo de subir un puntito porque la verdad es que si la película es como yo la interpreto —«spoiler»— me ha gustado bastante. Claro que como es de final tan abierto que cada uno le puede dar la interpretación que le salga del «chibiricoque» como diría una antigua conocida. Ahora «spoileando» que es gerundio.
Interesante obra cuya trama gira en torno a una escritora que ha perdido la inspiración y busca recuperarla en una casa francesa que su editor le ha dejado. Consigue renovar sus ideas y empezar a escribir, pero la llegada de la hija del editor vuelve a acabar por descentrarla, hasta que, con un pasionismo voyeur, comienza a darse cuenta de que la inspiración podría ser la misma joven.
Paulatinamente, la película va cambiando pasando al suspense. El misterio, aunque tarda en aparecer, con lo poco que dura es suficientemente eficaz, pero tampoco diría que convierte a la película en una obra de suspense, sino que sirve para completar cierto aspecto de la trama. El final es bastante interesante, y encantará a los que gusten finales ambiguos de múltiples lecturas.
Película recomendable y entretenida, de la que resulta complicado hablar de lo que la hace interesante sin destripar la historia.
Una madura escritora inglesa en crisis de ideas decide pasar unos días en la casa de campo que su editor posee en Francia.
La paz que allí se respira le permitirá comenzar su nueva obra, pero cuando la joven hija de su anfitrión se presente de improviso, la quietud del lugar se verá alterada.
El film comienza con una Sarah Morton reprimida que acepta la oferta de su editor en parte anhelando la visita de éste, ya que se intuye que han tenido una aventura (mientras que el objetivo de él es en realidad que alumbre un nuevo libro que reporte sustanciales ingresos, lejos, en Londres, ni siquiera atenderá sus llamadas).
Todo esto es algo a lo que no se hace referencia explícita, el pasado entre ambos se va formando en la mente del espectador a partir de sus actitudes, de sus reacciones. Su relación se deja clara en los diez primeros minutos de película. Tras ello se dedican unas cuantas escenas a describir la apacible vida de la escritora en la aldea francesa hasta que aparece Julie, con la que se verá obligada a compartir vivienda y vivencias.
Lo más intuíble de lo que acaecerá en pantalla quizá sea el choque generacional y cultural entre las dos mujeres, que es en lo que se centra el grueso del film, una británica cincuentona, disciplinada en su trabajo, hermética en sus sentimientos y amante de la tranquilidad, en principio poco tiene que ver con una ociosa chica francesa casi adolescente que vive su sexualidad sin tapujos y se bebe la vida sin tomar apenas un respiro.
Y, sin embargo, encuentran un punto de unión en el momento en que la segunda empieza a ser vista con ojo clínico por la primera, que la convierte en objeto de estudio para una de sus obras. Su absoluta independencia, esa cicatriz de su abdomen. Su mirada, desafiante y temerosa a un tiempo. Toda un aura de misterio la envuelve. La creadora comienza a observar sus costumbres, sus gustos, incluso los hombres que lleva a casa, uno distinto cada noche. Pero con eso no basta, quiere saber más: lee su diario a escondidas, intenta trabar amistad con ella, que se abre, aunque solo sea en parte, a la mujer que la escucha (quizá porque nadie más lo hace).
No obstante, cuando la joven descubre que el acercamiento ha tenido por objeto convertirla en personaje literario, se siente ultrajada, aún más cuando los celos se apoderan de ella y hacen que cometa una locura de la que saldrá airosa gracias a su madura confidente. En señal de agradecimiento le hará un regalo gracias al cual Sarah consigue tomar venganza de su otrora interés amoroso.
El guión implica al público en la trama y le hace reflexionar sin perder en ningún momento su interés.
Una obra muy agradable de ver (sobre todo para los hombres).
Me gustó como cuaja esa mezcla de erotismo de buen gusto, drama psicológico y película de suspense, que consiguen crear al mismo tiempo un clima sugerente e inquietante sirviéndose de elementos muy sencillos. Cierto es que la película se desarrolla con bastante calma, pero es que intentar forzarlo hubiese supuesto quebrar esa atmósfera tan intimista que en ella impera y consecuentemente también la pérdida de su talante elegante.
El meollo del asunto es esa extraña y ambigua relación que se establece entre los personajes de Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier, dos personajes esbozados a la perfección, de caracteres totalmente opuestos pero que, a la vez, se intrigan la una a la otra. Sin sacar al film de esos márgenes de cotidianeidad, Ozon rodea el relato de una atmósfera enrarecida que favorece a crear cierto interés en la película, labor que además se ve respaldada por una fotografía muy viva, un aprovechamiento más que notable del reducido espacio y una banda sonora muy envolvente de modo que en el conjunto, dónde no parece haber nada, nos encontramos con una dura batalla psicológica que un incidente que sucede en la recta final lo precipita todo y hace que la película se vuelve tensa de un modo más evidente y palpable.
Ni que decir tiene que por mucha atmósfera y sofisticación que tuviera la película no serviría nada sin las interpretaciones de sus dos protagonistas. Las dos lo hacen genial, pero yo me quedo con Ludivine Sagnier y no porque esté arrebatadora y sea puro sexo, si no porque consigue confeccionar un personaje intrigante, sensual a la vez que vulgar, una femme fatal perfecta de una película negra sin detectives ni mafiosos. Ambas actrices le dan consistencia a la película, pero es Sagnier quien le pone la sal, lo que más se recuerda de la película. Por otro lado, mientras que los personajes femeninos están muy bien definidos, los masculinos están dibujados a brochazos. Con un personaje masculino de peso la película podría haber resultado algo más redonda.
A pesar de que el final te deja del revés, no creo que sea lo que se dice una película que sacude y trasciende, quizá es demasiado tranquila para eso, pero se trata de una buena película, bastante inteligente.
Francois Ozon es un director más bien irregular, pero siempre sus películas tienen elementos interesantes, principalmente destacaría su capacidad para crear atmósferas, más que preocuparse por la acción dramática, y sostener una película sobre ésta base. Así lo demostró en la estupenda Bajo la arena (2000), también protagonizada por Charlotte Rampling. Pero bueno, en los tiempos actuales donde manda el videoclip y el efectismo en la pantalla grande, a muchos éste tipo de películas les pareceran aburridas y, por su puesto, utilizarán la palabra pretenciosa .
En la película que nos convoca Swimming Pool al igual que en Bajo la arena , Ozon sostiene la película practicamente sobre la base de la sutíl atmósfera de misterio y suspenso que logra crear y que mantiene atento al espectador, con un mínimo de acción dramática. A ésto contribuyen, sin duda, dos estupendas actuaciones: por una parte la muy británica Charlotte Rampling con su elegancia y mirada misteriosa, como la escritora de novelas policíales que va a una casa a sur de Francia a buscar inspiración para una nueva novela y, por otra parte, la muy francesa Ludivine Sagnier como la sexi y desenfadada hija del editor de la escritora.
Una vez instalada la escritora en la casa mencionada, Ozon por varios minutos no muestra ninguna acción y sostiene el interés en el simple hecho de como el personaje de Rampling se comienza a sentir cómoda en la solitaria casa, con un clima tan distinto al del frio Londres. Luego viene el quiebre que produce la sorpresiva llegada del personaje de Sagnier y como altera totalmente la paz de la casa con su presencia……..(continúo en spoiler ).