La otra familia
Sinopsis de la película
Después de ser abandonado durante tres días por una madre adicta al crack, a Hendrix, un niño de siete años, lo encuentra una amiga que lo entrega a una pareja homosexual. Mientras que a la madre la obligan a seguir un tratamiento de rehabilitación, su amante, un traficante de drogas, intentará sacar partido del niño vendiéndolo a un matrimonio que acaba de perder a su bebé. La madre huye de la clínica para recuperarlo, pero las autoridades, para protegerlo, tratan de ingresarlo en un orfanato.
Detalles de la película
- Titulo Original: La otra familia
- Año: 2011
- Duración: 135
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Opinión de la crítica
Película
6.3
86 valoraciones en total
La otra familia es una película dramática, con tintes cómicos (todavía no entiendo como es que la comicidad nunca falta en las películas mexicanas). Narra una buena historia: un niño de 7 años que por azar del destino llega a vivir con una pareja de hombres homosexuales. Historia interesante y pintaba para ser una de mis favoritas, pero no, mucho se viene abajo con la actuación de Jorge Salinas, que NO SABE ACTUAR de homosexual, se vio muy forzado. Y Luis Roberto Guzmán NO ACTUÓ, ASí ES REALMENTE (bueno, no me consta, pero lo que se ve no se juzga).
La película sube y baja de ritmo, a ratos me recuerda a Amores perros por la escenografía y locaciones, la forma del uso de la cámara, etc.
Vemos a muchos actores que siempre salen en el, anteriormente llamado, Nuevo Cine Mexicano : Carmen Salinas (¿a poco no hay más actrices mayores que puedan hacer de chachas?), los ya mencionados Jorge Salinas y Luis Roberto Guzmán, Ana Serradilla, Silverio Palacios y muchos otros actores que una y otra vez vemos en las producciones mexicanas. Pero hay algunas caras nuevas que me dejaron buena impresión pero tienen papeles secundarios, hablo de Andrés Almeida y Nailea Norvind, ésta última con un papel muy adhoc a su físico y capacidad histrionica, me atrevo a escribir que su participación en la cinta es lo mejor de la misma.
Buen mensaje final, aunque esperaba un final más…. emotivo…
El cine con temática lésbica, gay, transexual y bisexual (LGTB) se da la mano cada vez más con producciones enfocadas a un público general, no exclusivo LGTB, intentando ser más amable con aquellos no iniciados o no degustadores de estéticas y elementos que vienen grabados a fuego por la costumbre y uso de este cine LGTB para contar historias más universales y poder llegar a cines más convencionales y también a un publico menos localizado.
Pero opino que hay que encontrar el punto medio entre estos dos mundos cinematográficos expuestos, pues este film con buenas intenciones, puede que pensando en el producto comercial, está construido por tópicos de varios géneros, por lo que cae del lado del melodrama, del telefilm amable a veces, del cine social mexicano de mafias menos amable, del film por y para ser cine con mensaje moral, del cine LGTB… Pero nunca se va a mojar, no en la postura, si no en darle personalidad a la historia y como se cuenta.
De aquí surge el principal problema, la poca empatía del guión por las situaciones y la construcción de personajes. Se me hace casi imposible creerme que el puño del guionista y director, Gustavo Loza, sepa realmente de que habla, de las dimensiones reales que tiene el tema, del reto mental y moral que supone esto para gente de la vida diaria de un lado y del otro del tema, tampoco veo que se ponga en el lugar del otro y sepa que es estar realmente dentro de esas cabezas, de esos momentos, de esas decisiones tan complejas que se proponen. Es decir, la empatía se basa en presentarnos clichés, y eso no es empatía.
Una técnica cinematográfica poco pulida, aunque con buena ambientación, tampoco acaba por ayudar al conjunto del producto. Unos actores donde hay de todo (bien por la natural Ana Serradilla, mal por la elección del casting, si la hubo, del poco natural niño e hijo del director Bruno Loza) tampoco impresionan. Estructuralmente irregular y posiblemente mal copiada por la influencia del maestro Iñarritu (sobretodo Amores Perros) acaban por restar demasiado a las buenas intenciones.
Por último, un reclamo a ver la película puede ser la curiosidad de ver como se afronta el tema de la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual, ver como plantean la relación con el niño y ver sus consecuencias en cuanto a pros y contras. Pero tampoco se encontrarán grandes ejemplos ni lecciones porque el resto de temas le quitan tiempo a este, por lo que uno acaba preguntándose si el resultado final ha sido una cierta desmesura inconclusa.
Por lo menos no se le puede echar en cara de que sea un mal producto y se nos presenta decente y con la cabeza alta de lo que es, pero se hubiera agradecido algo más de trascendencia en el trasfondo para cinéfilos más inquietos.
Lo mejor: La honestidad en los valores que pretende inculcar sobre el espectador amateur en temas LGTB.
Lo peor: Que se sustenta de clichés mal encubiertos en cualquier tema o formalidades de la película.
Controvertida película, especialmente en México (afortunadamente en España comenzamos a superar ciertos debates) que plantea como punto de partida la ‘adopción’ de un niño por parte de una pareja gay. La película está enfocada directamente a provocar el debate social, a hurgar en las heridas de la intolerancia y a conjuntar todos los diversos puntos de vista sobre el tema (desde la religión, la familia convencional, el ámbito educativo, personas de diferentes clases sociales) para ofrecer una especie de escaparate social sobre la controversia, manipulado de tal forma que el punto de vista favorable se vaya imponiendo sutilmente.
Ese es un gran logro del filme, la plural exposición de opiniones que flotan de un amplio abanico de personajes, y la mano invisible que va desgranando la trama desde un enfoque sentimentalista casi de forma imperceptible para imponer la idea tolerante desde el amor.
Bien interpretada en general, el principal talón de Aquiles de la película está en su dubitativa exposición de los hechos en la que se enreda demasiado y utiliza demasiados recursos para presentar una idea sencilla, enfangándose en su intención de clarificar su premisa de una forma a veces reiterativa, por el contrario, el final de la película es seco y precipitado yendo a contracorriente del resto del estilo narrativo que había utilizado a lo largo del filme.
Tampoco resulta muy acertada desde mi punto de vista, la visión imparcial y tópica de algunos personajes secundarios que van desde la asistenta cotilla, el camello bravucón y violento, la cocainómana que pierde los papeles o la familia clasista y derechota, personajes de los que se vale el guión para afianzar su mensaje que también se escuda en una trampa de guión, mostrar la familia tradicional con dejes machistas, ignorantes, intolerantes y hasta horteras frente a la familia homosexual retratada desde un punto de vista mucho más positivo, una antitesis basada en el cariño, el equilibrio social, la buena educación y valores morales más acordes a la actualidad del momento.
Pero todos estos fallos saldrían a flote en una lectura más profunda de la película ya que en su simple revisión estos detalles se obvian sutilmente sin que afloren de forma evidente ante el espectador.
Por otro lado, el filme mexicano no solo se detiene en la lectura de la adopción por parte de los matrimonios homosexuales, sino que también indaga en otros aspectos de la vida social mexicana a los que toca más tangencialmente como son el mundo de la droga, la educación pública frente a la privada, el papel social de la iglesia, la repercusión de los medios de comunicación, la fecundación in Vitro, el tráfico de niños… todo un ramillete de temas de interés social que van apareciendo a lo largo de la película y que permiten establecer un buen puñado de tramas secundarias que otorgan más potencial a la película y además, más ritmo permitiendo que en ningún momento aburra un filme que ya de por sí esta rodado en un estilo bastante ‘comercial’.
Es pues un buen espejo social, tal vez muy manipulado para que el reflejo sea del gusto del director, pero que trata de manera amplia y coherente bastante aspectos de la vida familiar del país al que representa y que deja escapar pocos detalles.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
Lunes 4 de abril, 5:00 pm. Cinépolis Bucareli. En el diario acontecer de este país, los titulares de periódicos siempre muestran ese temible caos que nos apresa, representado por diversas problemáticas por las que atraviesa México en este momento. Los cambios que sufre este país son contrastantes, y mientras las malas noticias acaparan las portadas de los diarios, siempre existe la que pone en tela de juicio la apertura que como sociedad vivimos, la que genera polémica y altera la tranquilidad de uno que otro respetuoso de las buenas costumbres y continua enfrascado en ideas de intolerancia.
Desde hace algún tiempo la controversia por la adopción de niños a parejas del mismo sexo ocupa la atención de los mexicanos, y ha acaparado la noticia, el reportaje y este año la ficción, contraponiendo perspectivas entre grupos aludidos en favor de la iniciativa, contra un sector de la población agraviado además de instancias religiosas y en pro de la familia. Sin embargo hoy es ley en la Ciudad de México, sin dejar de tener tintes políticos, por lo que muchos de sus redentores resultan tramposos al no tener todos esa convicción en la defensa de los derechos de las minorías. Pero esos redentores tramposos de alguna manera son trasladados a esta película, con fines totalmente opuestos y sí por ese derecho a que la gente gay tiene la oportunidad de adoptar o bien buscar la forma de no truncar este proceso que nos atañe a la mayoría.
La propuesta deja de ser válida cuando se deja la imparcialidad, de la presión social solo se retratan bosquejos, se tacha a la familia común de machista, ignorante, hostil, hortera, corrupta y hasta viciosa, mientras se contrapone a su antitesis (llámese estilo de vida gay) la cual resulta ridícula e irrisoria. Realmente no hay ese trabajo de guión que permita ver de fondo los pros y contras de la iniciativa, se limita a ser un trabajo a favor de un derecho –lo cual no se cuestiona–, sin embargo no se puede perder la imparcialidad en algo tan serio que nos atañe a todos como grupo social para por lo menos emitir una opinión valida.
Con tantos temas contraídos por la adopción gay, Loza condensa la película penosamente, pierde a sus personajes en lapsos, inclusive los finiquita sin darnos posibilidad de conocerlos un poco más, procesos legales simulados, deseos maternales ensombrecidos por la historia de Nina y su hijo. Las actuaciones como de receta (Mario Zaragoza y Ana Serradilla), sin interpretación (Jorge y Carmen Salinas), o bien más afortunadas (Nailea Norvind y Juan Ríos). En fin es una cinta entretenida a la que para variar no se le exige más de lo que da.
Gustavo Loza ¿Qué ha ocurrido con los guiones al estilo de Al otro lado ?
¿Qué es peor, que un niño vea a su madre drogándose o que vea a una pareja de homosexuales desnudos en la cama? Este debería ser el título de esta crítica, pero es demasiado largo. Empieza con una escena absolutamente interesante pues la iglesia católica oficial no acepta en absoluto el matrimonio entre individuos del mismo sexo, sin embargo, dentro de la iglesia son muchos los sectores que aceptan y hasta bendicen cualquier unión que sea por amor, sin importar el sexo. Después es maniquea en los objetivos que quiere conseguir, manipulando los medios con los que envuelve al espectador para convencerle de su tesis: el ambiente de la madre es oscuro y caótico, el ambiente de la pareja homosexual es luminoso y organizado. Además utiliza muchas vulgaridades sobre las situaciones en las que se encuentra el niño, muy bien realizadas, con dinero, y al estilo de telenovela, que pueden provocar la lagrimita en su momento. El guión parece también de telenovela al envolver la historia del niño con la pareja homosexual con otras tres historias: la madre y el delincuente, la pareja de lesbianas que quieren tener un hijo, y la pareja heterosexual que desea un hijo pero no pueden tenerlo en sus relaciones. Y por si ustedes dudan del origen de telenovela, en el mal sentido de la expresión artística de las telenovelas, en el momento más importante de inflexión del relato se introduce una canción melosa, sentimentaloide, mientras van apareciendo planos de todos los personajes. Si son aficionados a las telenovelas, aquí se lo pasarán muy bien.