La otra alcoba
Sinopsis de la película
Juan, un joven que trabaja en una estación de servicio, está a punto de casarse con su novia. Diana es una bella mujer, cuyo marido, Marcos, le hace creer que es ella la responsable de que no puedan tener hijos, aunque ella sabe muy bien que el estéril es él. Marcos, influyente hombre de negocios con un brillante porvenir político, le tolera a su mujer cualquier devaneo, incluso que mantenga un romance con Juan.
Detalles de la película
- Titulo Original: La otra alcoba
- Año: 1976
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
5
61 valoraciones en total
La otra alcoba cuenta la historia de un adulterio consentido por el marido para que su mujer pueda conseguir algo que anhela mucho. Los personajes son muy creíbles y sus reacciones son verosímiles. Existe una clara intención de hacer una crítica social comprometida y el realizador divide a los personajes en ganadores y perdedores. Estos últimos son los personajes de modesta posición social, el empleado de la gasolinera y la novia. Sin embargo pudo haber sido un melodrama de más categoría si el planteamiento se hubiese abordado con mayor intensidad y si se hubiese eliminado alguna escena erótica realmente desagradable. Es un film que tenía unas posibilidades que no fueron del todo aprovechadas aunque el conjunto no esté mal del todo gracias también a los intérpretes. Desde los protagonistas hasta los secundarios pasando por las fugaces pero brillantes actuaciones de Vicky Lagos y Eva León, todos se muestran muy convincentes. Autor de una película tan interesante como El techo de cristal , Eloy de la Iglesia se convirtió en un cineasta verdaderamente indigesto con la llegada de la década de los 80. Durante los años 70 en casi todas sus obras se podian encontrar elementos de interés como los que tiene La otra alcoba que con todo es una obra que pudo haber quedado mejor.
No sólo envejece bien sino que, incluso, gana con el tiempo. Lo que en su momento se tomó por otra más del Pasolini cutre hispano (léase Álvaro de la Iglesia, como aquél homosexual, comunista, heterodoxo, feísta ….) se nos antoja hoy, en pleno 2008, una crónica lúcida, escéptica y desengañada de la España de su época y, aún más allá, de la que, en aquellos inicios de la Transición, nos fraguaban.
Bajo el envoltorio de un trio interclasista, que favorecía las imprescindibles escenas de destape de la Muñoz, laten aún personajes bien construídos y una trama que se trasciende. Tierna, ágil, desencantada…
Acabo de ver La otra alcoba , que no había visto nunca hasta ahora, y me ha gustado bastante. La historia que se cuenta, que en principio parece sólo una típica historia de infidelidades amorosas, se va convirtiendo, a medida que avanza la acción, en mucho más que eso: en una original visión de la lucha de clases en la España de los años 70 -no se olvide que De la Iglesia, además de homosexual, era comunista- y en una visión entre esperanzada y desencantada de un momento histórico inmediatamente posterior a la muerte del dictador Franco, un momento en el que el cine del destape se destapa, y las mujeres (Amparo Muñoz y Yolanda Ríos) enseñan el pecho, y además se hacen ya alusiones muy claras al travestismo y a la homosexualidad masculina. La idea de mostrar unas vidas paralelas, las de una pareja de pobres (Patxi Andión y Yolanda Ríos) y una pareja de ricos (Simón Andreu y Amparo Muñoz) es aprovechada al máximo en todas sus posibilidades.
La perspectiva izquierdista del director, y también una sinceridad y una valentía personales, que no temían ni la polémica ni los temas tabúes, permite a éste decir lo que otros cineastas de esos mismos años -o de tiempos más recientes- no se atrevían a decir: que hay ricos y pobres, y que hay una lucha de clases entre ellos. Mujer rica, hombre pobre…La mujer rica (Amparo Muñoz) no busca la aventura extramarital por capricho, por vicio, o por aburrimiento, como en otras películas, la busca en tanto que busca el semen del hombre, de un hombre que no sea estéril como su marido. La explotación de los pobres a cargo de los ricos, en este film, posee una curiosa dimensión sexual, y tiene por escenario no una fábrica sino una cama.
En relación con lo anterior, los diálogos del personaje de Andión -quien, al contrario que Muñoz, no está doblado, menos mal, dada la personal voz de este actor- son de una valentía y una sinceridad tales que dan ganas de citarlos todos. Andión, su personaje, es consciente de que hay ganadores y perdedores, y de que él es un perdedor, mientras que él es el que pega personalmente a Simón Andreu, éste tiene a gente que apalice por él a Patxi Andión. Los ricos, efectivamente, siempre tienen a personas que hacen el trabajo sucio, o pesado, o manual, o sexual. La demoledora secuencia final, en la piscina, es muy reveladora al respecto.
Quiero destacar, por último, las sensuales y carnales escenas de sueños eróticos del personaje de Amparo Muñoz, especialmente el sueño erótico en la gasolinera, con ella y Andión revolcándose sobre una especie de grasa negra, y -dato curioso, y que, supongo, se debe a la homosexualidad del director- con ella vestida, y con él desnudo completamente.
La otra alcoba es una película a reivindicar.
Eloy de la Iglesia fue un controvertido director de los años 70, 80, cronista de una etapa transitoria y de apertura, durante la cual se convirtió en el más emblemático director de los sótanos por los cuales se movía la marginalidad de una época.
Desde la primera vez me atrajo su cine, al manejar con espléndida soltura, la alegoría, coqueteando con un espectador ávido, de un cine diferente.
Quiero rendir un nostálgico homenaje a su trayectoria, por sus 21 magníficos títulos, que tocaron muchos temas, hasta entonces tabús en nuestro país.
Hace muchos años que vi por primera vez LA OTRA ALCOBA, y la verdad es que apenas la recordaba, por supuesto que los 41 años transcurridos son demasiado tiempo para que este no haga mella, pero sigue entreteniendo, y aportando esa estela magnética de la que supo rodear, Eloy de la Iglesia, la mayoría de sus proyectos.
Un 6
Película española de finales de los setenta protagonizada por la miss Universo Amparo Muñoz, título que le venía ni que al pelo porque era guapísima, de una belleza etérea que iluminaba la pantalla. Sin demasiada dicción, no obstante el resto de actuaciones salvan esta cinta, y no sólo eso sino que además la hacen sobresalir en una época en que el cine de aquí rompía e innovaba. El deseo de ser madre de una mujer adinerada la lleva hasta el hombre que trabaja en la gasolinera. Pero no es la manera en la que está rodada, sino lo que cuenta lo que hace emerger las ganas de verla. Un aire al film independiente Never Forever de Vera Farmiga, sopla en estos rumbos tan lejanos. Merece la pena. Patxi Andión estaría encantado con Amparo y como no Simón Andreu. Tiene una excelente dirección y unas escenas muy bien trazadas. El cine español cuando quiere puede.