La muerte de un burócrata
Sinopsis de la película
Un obrero ejemplar es enterrado con su carnet laboral en reconocimiento a sus méritos, pero su viuda no puede cobrar la pensión sin ese documento. El sobrino del difunto vive alucinantes aventuras para recuperar el carnet de la tumba de su tío. Un golpe de ataúd en tierra es algo perfectamente serio , escribió Antonio Machado, y lo es siempre que el cadáver no arrastre consigo sus documentos de identidad en medio de un remolino burocrático, porque entonces se desata el absurdo. Esta película es una sátira social que disfruta denunciando un viejo mal, sus consecuencias y derivaciones, con el desenfado que caracteriza el humor criollo y caribeño.
Detalles de la película
- Titulo Original: La muerte de un burócrata
- Año: 1966
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
7.4
76 valoraciones en total
Con pocos recursos y atinadas escenas logra hilaridad y candidez. Un buen referente de la comedia negra del cine latinoamericano.
La película comienza con un entierro, y al ser una comedia se podría pensar que pronto se apartaría del tema, pero en lugar de eso, toda la película gira en torno al difunto, su carné laboral y la recuperación del mismo rozando la profanación y el sacrilegio si fuese necesario.
Se trata de una excelente crítica de la burocracia paseándose en un buen número de ocasiones por la frontera entre la sátira y el absurdo, ridiculizando la condición del ser humano que buscando llevar un orden para vivir mejor, se preocupa tanto de ese orden que se acaba olvidando de vivir la propia vida en lugar de malgastar el tiempo con documentos.
Una sátira así no sería tal sin el aporte del director y los intérpretes, que saben como hacer reír sin caer en la estupidez y sin buscar la carcajada fácil.
Una gran sorpresa la de esta película cubana, desconocida para el gran publico. Supone un sentido homenaje a los grandes maestros del cine y el humor, Búster keaton, Luis Buñuel, Ingmar Bergman, Akira Kurosawa, Orson Welles o Chaplin entre otros. En ella encontramos una sátira de las penosas situaciones a las que nos somete el sistema burocrático llevándonos hasta el extremo de la locura sin ningún motivo.
La historia comienza con las palabras de un cura en el entierro de un proletario ejemplar que ha ideado una máquina que fabrica bustos con la cabeza héroes socialistas. Al finalizar el entierro, la viuda del fallecido acude a la administración para que se tramite su pensión, Pero a partir de ahí la cosa se empezara a torcer, la viuda necesita el carné laboral del muerto pero éste ha sido enterrado con él. Su sobrino intentará iniciar los trámites para desenterrarlo y recuperar el dichoso carné pero se encontrará con más de un percance por culpa de las interminables trabas a las que le someterán las administraciones cubanas, un interminable papeleo que llevara al chico a las situaciones más inesperadas.
Siempre en tono de comedia, la película hace una critica sobre el interminable y absurdo papeleo burocrático y sus formalismos del que todos somos victimas en ocasiones, satirizando lo absurdo de éste y exponiendo la incompetencia de las administraciones y el mal trato o desprecio al que someten a la gente con su inflexibilidad y poca sensibilidad, sugiriendo al final que sus métodos nos llevan a la locura, la delincuencia y llevado al extremo incluso al asesinato.
Entretenida, divertida y acida comedia macabra, rodada por un Tomas Gutiérrez Alea en estado de gracia, en la que podemos encontrar múltiples referencias a lo mejor del cine hecho hasta la fecha de producción, cosa de la que se encarga de advertirnos al comienzo con el rotulo: La película está dedicada a Luis Buñuel, Oliver Hardy, Stan Laurel, Ingmar Bergman, Harold Lloyd, Akira Kurosawa, Elia Kazan, Buster Keaton, Jean Vigo, Orson Welles, Juan Carlos Tabio, Marilyn Monroe y todos aquellos que, de una u otra manera, han tomado parte en la industria del cine desde los días de Lumiere.
A pesar de los años transcurridos y debido a lo extrapolable a hoy en día de la idiosincrasia del baqueteado, buscavidas y recio pueblo cubano (de lo que se trata es de resolver, compañero), de unos diálogos en algunos momentos desternillantes, de la comicidad que desprende tanto el protagonista con esa cara de palo al mejor estilo Buster Keaton, como las escenas con aroma a cine mudo: Laurel/Hardy (la pelea en el cementerio), el homenaje a Tiempos Modernos de Chaplin y la escena de la cornisa al estilo Harold Lloyd (entre otras), la hacen, a mi juicio, una autentica obra maestra a la que el paso del tiempo ha engrandecido sin ningún lugar a dudas.
Absolutamente recomendable.
Comedia extrañamente ácida y sin tapujos para su nacionalidad, en la que bajo una premisa muy simple se desgrana una historia delirante, que incluso aún hoy dia llega a sernos actual: la cadena de desventuras, horas perdidas, desespero e indignación, de un ciudadano medio ante la maquinaria burocrática, que parece estar ahí solo para convertir lo simple en complicadísimo, y lo lógico en una utopía.
Recuerda por su forma y por su estilo a las viejas obras de Berlanga, con las mismas dosis de esperpento y sátira mordaz, y pese a no contar con un elenco notable como en aquellas películas del genio valenciano, si que se debe reconocer el buen hacer del desconocido reparto cubano.
Aunque quizás en su tramo final flojee, es del todo recomendable tanto por ser absolutamente entretenida como por la inteligencia y sutileza de su humor ( a destacar la escena en la que se le encienden los cirios al difunto, con el niño cantor).