La muerte acaricia a medianoche
Sinopsis de la película
Una modelo accede a tomar parte de un bizarro experimento con una droga alucinogena. Bajo la experiencia de dicha droga, tiene una vision de una joven mujer brutalmente asesinada con un mortal guante de garras.
Detalles de la película
- Titulo Original: La morte accarezza a mezzanotte
- Año: 1972
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
5.1
70 valoraciones en total
Una película que comienza muy bien, con un misterio interesante, bastante intriga, que hasta cierto punto se mantiene durante la mayor parte del film, y algunos personajes interesante que no sabes por dónde te van a salir.
El problema es que conforme avanza la historia, esta se va deshinchando cada vez más, por momentos, hasta el punto que uno acaba perdiendo el interés en la trama, y lo que parecía que iba a ser un buen giallo, acaba siendo algo bastante distinto, porque esto de giallo, realmente, tiene poco.
Tiene su gracia ver como la protagonista va una y otra vez a la policía con sus historias, y como se las ¨revientan¨ en segundos.
La parte final, pese a tener bastante acción, me pareció poco atractiva comparada con lo que uno tiene en mente en lo que a giallos se refiere.
Tras habernos presentado la también prescindible La muerte camina con tacón alto (1971), Ercoli nos presenta otro pseudogiallo no tan cercano al whodunit como el anterior. Evidentemente ebrio hasta las cejas de Martino, cambia su estilo de dirección para ofrecernos una apuesta bastante diferente a su anterior incursión en el género amarillo.
El comienzo es prometedor: una mujer (Nieves Navarro) se somete a un experimento con una droga en el que ve el asesinato de una mujer. El crimen se efectúa con un puño de hierro con pinchos en los nudillos. Este inicio recuerda algo a Una lagartija con piel de mujer , de Fulci, y el hecho de tener la identidad de asesino en el inconsciente remite claramente a Argento. Desgraciadamente, se alejará rápidamente de ambos.
Tenemos el J&B, tenemos los guantes negros, tenemos algún personaje carismático (cosa que a Ercoli parece dársele bien, pues también lo hizo en la anterior) pero sobre todo tenemos metraje y metraje sobre una trama que no va ni viene y que acaba por resultar irritante, a pesar de lo intrigante del comienzo. Ercoli no tiene el talento para la dirección de Martino, aunque plagie abiertamente su estética… bueno… con los italianos en esta década nunca se sabe, todos se plagiaban a lo loco y al final es imposible discernir quién hizo qué. Lo dicho, la trama estorba, se le da demasiada importancia y no la suficiente tensión, faltan asesinatos, faltan escenas verdaderamente sórdidas, falta atmósfera.
La secuencia final es una ridícula pelea en un tejado, absolutamente irregular porque está dirigida con bastante acierto pero penosamente coreografiada y da más risa que otra cosa, casi se esperan los cartelones aquellos de PAF, PUM, etc. Las interpretaciones, en general, no están mal.
En resumidas cuentas, no entiendo por qué Ercoli tiene nombre dentro del subgénero. Si bien no es de las peores (créanme: las hay) se puede obviar sin ningún problema.
La verdad es que la puse anoche porque me apetecía ver una película de terror del estilo, así malucha, por reír un poco, pero lo que me he encontrado ha sido otra cosa: la modelo de la que habla la sinopsis tiene las reacciones naturales, repito, naturales, que son de esperar de una persona que se encuentre en su situación. Y esto es lo que más me llamaba la atención, por lo que al final, en lugar de divertirme a carcajadas, me entretuvo de otra manera, más lo que sería lo habitual en una película de intriga… Por lo que su objetivo, por lo menos conmigo, lo cumplió anoche, 41 años después de ser filmada. ¿Recomendarla? Por supuesto.
El director Luciano Ercoli, quizá cargado de alucinógenos en el momento en que decidió ocuparse de su producción, nos trae uno de los más curiosos y extraños giallos que se realizaron en la época de esplendor del género.
No se puede negar que alberga un comienzo la mar de interesante, eso sí. La famosa modelo Valentina se presta voluntaria para probar una nueva droga alucinógena conocida como H.D.S., que le suministra su amigo Baldi, periodista de una importante revista milanesa, mientras duran los efectos la chica no ve ni estrellitas ni grandes flores amarillas, como en los dibujos de los 70, sino una mujer siendo asesinada en el apartamento de enfrente por un individuo que porta un guantelete de hierro con púas.
Tras verse traicionada por Baldi, Valentina no sólo tiene la sensación de que el mismo hombre que vio la persigue ahora, sino que el asesinato de su alucinación es real y se cometió unos pocos meses antes (las drogas no son malas, ¿eh?). Es la única que conoce la verdad con respecto a aquel caso, pero nadie la cree, ni el capullo de Baldi, ni el comisario Serino, ni siquiera su novio Stefano, y mientras continúan sucediéndose hechos extraños el asesino parece estar más cerca de ella.
Empezando como el asistente de Matarazzo, Ercoli se dedicó varios años a producir películas de un variado rango de géneros, entre ellas algunos spaghetti westerns , hasta que hizo equipo con el guionista Ernesto Gastaldi y debutó al comenzar la década de los 70 con el interesante giallo Días de Angustia . Con el éxito que el estilo estaba generando gracias al también debut de Argento, a Ercoli le pareció perfecto continuar con esa corriente a la que un buen puñado de realizadores se agarró en aquellos años.
El director demostró que sabía seguir los códigos más clásicos del suspense en La Muerte camina con Tacón Alto , donde ya aparecía su esposa, la actriz española Nieves Navarro. Se ve que hubo un pique importante entre los espagueti en ese momento, porque todos iban a la caza del mejor giallo (Fulci, Lenzi, Carnimeo, Cavara, Martino, aparte de los pioneros Argento y Bava, y un largo etcétera), con lo que Ercoli siguió en sus trece dispuesto a abordar otro thriller a la italiana.
Para La Muerte acaricia a Medianoche el realizador se vino a España a rodar, puso otra vez a Nieves Navarro de protagonista, figurando como Susan Scott para darle un toque internacional a la cosa, y se volvió a unir a Gastaldi que, junto a otros tres guionistas más (tantas cabezas y ninguna con una buena idea), adaptó, y muy malamente, la historia de Sergio Corbucci. Como antes decía, la escena con la que da comienzo el film se perfila muy interesante, por rara que sea, con un toque a lo Argento por eso de que el crimen sea producto del subconsciente.
Vemos cómo Valentina se va metiendo en una trama de suspense oscura, confusa y violenta, pese a la carga de humor absurdo que hay soportar por parte de algunos personajes bastante detestables, la verdad, la historia se va revolviendo en esos primeros tres cuartos de hora donde no dejan de aparecer nombres nuevos y giros de guión a cual más enrevesado, y así hasta que se desinfla irremediablemente. Y es que Ercoli no maneja el suspense igual que en su anterior La Muerte camina con Tacón Alto , de hecho no se podría decir que lo que nos ocupa sea un giallo , aunque guarde elementos del mismo, estamos ante un atípico film de intriga de ritmo tedioso, demasiado lento, donde lo ilógico se pone por encima de los diálogos, las actuaciones y la propia trama, que va degenerando en una especie de poliziotteschi sin mucho sentido, carreras por los tejados a lo Harry, el Sucio incluidas.
No es que Nieves Navarro aporte una gran actuación como Valentina, ni tampoco Carlo Gentili, que se limita a hacer del típico policía que no cree ni una palabra del protagonista. Claudie Lange está más o menos decente, a Peter Martell no se lo cree ni su padre y a Simón Andreu dan ganas de matarle con el guante ese de púas. Demasiado metraje para una historia que no va a ningún sitio y se estanca en innumerables ocasiones.
A veces misógino, otras simplemente absurdo, sin demasiada violencia, sin ni siquiera un sólo desnudo para complementar y con un final tan fácil como estúpido, este thriller puede pasar por ser de los menos interesantes de esa inmensa lista de títulos que surgieron en los 70 en tierras italianas.
Lamento disentir con el amigo Ben Wade (cada uno tiene sus debilidades, así es la vida), pero la película que nos ocupa es un supremo bodrio. Patina en todos los apartados, empezando por el horroroso guión, el casposo sentido del humor, la traición al giallo (utiliza ciertos estilemas, pero no lo es), las desganadas prestaciones de sus estrellas (Simon Andreu en plan playboy de charca, la bonita Nieves Navarro poniendo cara de circunstancias) y de los secundarios de tercera (no me cabe duda de que el malo se mataba a salir en fotonovelas), la música de cabaret barato, los personajes estereotipados (ese ayudante del comisario ha de ser Cattarella necesariamente). Una cruel decepción, pues aún sabiendo que Ercoli era poquita cosa, el optimismo siempre me traiciona. Por supuesto, ni un desnudo, faltaría más, las peleas de puta pena, y los asesinatos tan mal rodados como cabía esperar.
Lo dicho, un pestiño.