La maldición del escorpión de jade
Sinopsis de la película
Años cuarenta. C.W. Briggs (Woody Allen), considerado el mejor investigador de una compañía de seguros de Nueva York, se lleva fatal con Betty Ann (Helen Hunt), una implacable ejecutiva que ha venido a optimizar los recursos de la compañía y que, además, está liada con el jefe (Dan Aykroyd). Para celebrar un cumpleaños, los empleados de la empresa acuden a ver un espectáculo de magia, en el que C.W. y Betty Ann se someten a una sesión de hipnosis. A partir de ese momento, se producen unos misteriosos robos que traen de cabeza a la agencia de seguros.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Curse of the Jade Scorpion
- Año: 2001
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
7.2
46 valoraciones en total
Sin duda alguna, ésta es una de las mejores películas del genial cineasta judío neo yorkino. Un homenaje en toda regla al Apartamento de Billy Wilder, empezando ya por el nombre del protagonista, el CC Baxter de entonces por el CW Briggs que encarna Allen con sus tics habituales de personaje ególatra, paranoico-compulsivo, cínico, con cierta querencia por el latrocinio ( un clavo quita otro clavo ) y mujeriego que como aquel personaje de la citada obra de Wilder, trabaja también en una compañía aseguradora, la North Coast como detective-perito de siniestros.
A los consabidos méritos del maestro, esto es, un portentoso ritmo narrativo, espléndida banda sonora y diálogos apabullantemente inteligentes, se une en esta ocasión cierto toque azabache que Allen imprimió como homenaje al género de los 40, con unos interesantes movimientos y ángulos de cámara que enfatizan aún más si cabe la tónica azabache de la cinta.
No en vano la trama se desarrolla en 1940, hay mujeres fatales con genuino toque Alleniano (el personaje de Laura Kessington interpretado magistralmente por una espléndida Charlize Theron), cierto humor negro apenas visible por la humareda general,…. y sobre todo una enorme película llena de momentos legendarios para todos aquellos amantes del buen cine, del cine con mayúsculas e inmaculado.
Woody Allen se vuelve a salir con esta ESPLENDOROSA y MARAVILLOSA cinta del más puro estilo Alleniano con el citado homenaje encubierto a otro maestro inigualable del séptimo arte, Billy Wilder.
Cuando se citan las palabras Madagascar y Constantinopla los espectadores también entramos en cierta medida en una especie de trance emocional, embelesados por la maestría de esta obra maestra sin paliativos.
M A R A V I L L O S A.
Lo mejor desde ahora en este mundo, sin duda serán: Constantinopla y Madagascar.
Simple y llanamente eso, al derecho dice Amor y al revés dice Roma.
Véanla,se acostarán con una sonrisa y no dejarán de pensar como coño se le ocurren unos guiones tan cojonudos, a una Cucaracha miope llamada Woody Allen.
Magnífica, ni un Four Roses dentro de una noche de Garrafón se le puede asemejar.
Un Saludo
1940. Hay 2 tipos de detectives. El detective privado que es el atractivo, el romántico, y el detective de empresa, que es el sabueso, el insecto.
Woody Allen, Briggs en la peli, metro y medio, cotizando a la Seguridad Social cuando tenía que estar jubilado, con sombrero, chaqueta ancha, pantalón de pinzas hasta las costillas y corbatita granate, es un sabueso, un insecto y se lleva a las tías de calle.
Ella, Helen Hunt, Betty Ann en la peli, sobre el metro ochenta, corpulenta, desayuna con tequila, de un viaje se quita de encima a una docena de sabuesos insectos. Es el nuevo fichaje de la Compañía y no le gustan nada los procedimientos de los insectos de la era de los dinosaurios.
Son como Constantinopla y Madagascar, cada uno de su padre y de su madre. No importa si meto la pata pero lo digo: ésta es una de las grandes comedias de Woody Allen.
Y Dan Aykroyd en medio. Serio como debe ser un buen director de una Compañía de Seguros y discreto, como buen amante.
¡Ten cuidado no te encuentres en tu casa a C.W. Briggs husmeando en tus cosas! Fantástica. Diálogos, escenas, actuaciones, otro entretenimiento con clase del Sr Allen. Un prodigio al son de la música orquestal de En un mercado persa.
Allen vuelve al terreno de la comedia para contarnos la historia de un detective de seguros amargado por la presencia de su nueva jefa, la cual no soporta, y al que un espectáculo de hipnosis le provocará más de un lío del todo inexplicable. Realmente no se puede considerar una comedia de intriga como por ejemplo Misterioso asesinato en Manhattan, pues aquí la intriga prácticamente no existe.
La maldición del escorpión de Jade acelera el pulso para mantener durante todo su metraje un frenetismo que no desvíe la atención del espectador. Es algo agotador, pero efectivo, pues consigue que la película pase en un suspiro.
Aunque la puesta en escena sorprenda por su cuidadosa planificación, Allen vuelve a resultar especialmente brillante en su vertiente dialogada, y las guerras dialécticas que protagoniza junto a Helen Hunt resultan divertidísimas por su ingenio descacharrante e hirientes sarcasmos. La resolución es en cambio a lo que nos tiene acostumbrados algo más convencional, pero no desentona en absoluto.
El aire burlesco y socarrón invade la pantalla y conquista al espectador a fuerza de carcajadas. Y es que un Woody Allen ya maduro y forjado en mil batallas le pone casta y oficio, y aunque La maldición del escorpión de Jade no pueda ser considerada una de sus mejores obras, lo cierto es que logra su objetivo, pues te ríes, entretiene y te lo pasas en grande con ella.
Esta película es una comedia romántica con un toque detectivesco. Su punto de apoyo es un monólogo ocurrente, inteligente, irónico y cargado de humor negrísimo a cargo de Woody Allen (aquél que dijo ¡Si Dios me hiciera una señal!… ¡Con un ingreso a mi nombre en mi cuenta bancaria bastaría! ), al que sólo le planta cara una aguerrida y cruel Helen Hunt en el plano interpretativo.
El largometraje merece la pena por el intensísimo diálogo que mantiene el investigador privado C.W. (Allen) en su peripecia por averiguar quién es el astuto ladrón que asalta las ricas mansiones de los clientes de la empresa aseguradora para la que trabaja. Algunas de las perlas que suelta son magníficas. Dejo algunas para el deleite de los cinéfilos, no sin antes decir que:
Lo mejor: Woody Allen y su alocado diálogo. El guión es brillante y sólido.
Lo peor: Allen no actúa. Allen es él mismo. Para bien, y para mal.
-Charlize Théron-¿Le pone a cien acariciar zapatos?
-Allen- No. De vez en cuando acariciar a la mujer entera.
-Helen Hunt- Voy a desmayarme.
-Allen- Calma, calma. A veces provoco eso en las mujeres.
-Helen Hunt- Necesito apoyar mi cabeza en tu hombro.
-Allen- Tengo que acordarme del champú que utilicé esta mañana…
-Allen, a uno de sus colegas: ¿Pero tienes testigos?.
-Colega: Sí, ¡YO!.
-Allen: ¿Y vas a creer tu palabra antes que la mía?.
-Helen Hunt- He soñado que acabábamos juntos.
-Allen- Tiene gracia, porque no la he oído gritar. Oiga, ¿Ha hecho gárgaras con tequila?
-Allen, a Théron- ¿Cuándo vas a quitarte la gabardina? En este apartamento hace más de veinte años que no llueve.
-Allen, a Théron-Si me muero mientras estamos haciendo algo… Dile al embalsamador que me deje la sonrisa puesta.
-Allen- Eh, ¿Cómo ha entrado aquí?
-Théron- No ha sido muy difícil.
-Allen- ¿Su padre le ha comprado el edificio?
-Théron- He traído un vodka ruso carísimo. 120 grados.
-Allen- Que no se le caiga. Podría volar el edificio entero.