La maldición de la flor dorada
Sinopsis de la película
China, siglo X, dinastía Tang. En vísperas del Festival Chong Yang, el Palacio Imperial se llena de flores doradas. El regreso inesperado del Emperador, con el Príncipe Jai, para celebrar la fiesta con su familia, resulta sospechoso, pues su relación con la Emperatriz es muy fría. Durante muchos años, la Emperatriz y el Príncipe heredero Wan, su hijastro, han mantenido una relación ilícita, pero Wan se siente atrapado y sueña con huir del palacio con Chan, la hija del médico imperial. Mientras tanto, el Príncipe Jai, el hijo fiel, crece preocupado por la salud de la Emperatriz y su obsesión por los crisantemos dorados.
Detalles de la película
- Titulo Original: Man cheng jin dai huang jin jia (Curse of the Golden Flower)
- Año: 2006
- Duración: 114
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Opinión de la crítica
6.4
42 valoraciones en total
Hombre… Shakespeare, Shakespeare… ¿Es ésta es una tragedia shakesperiana?… Quizás. Pero sólo en los elementos más superficiales y grandilocuentemente banales, creo yo. Aquí no hay chicha ni profundidad… Aquí priman los efectismos y no el ser humano. Y más allá de las tramas, de los dramas y de todos los abalorios que se quiera, Shakespeare sigue siendo el que mejor ha retratado al ser humano. Sin condición humana no hay señorito William… Me dirán ustedes qué retrato de esas características hay en esta miscelánea de luminosa fotografía, paroxismo, incontinencia y ninjas… Aquí lo shakesperiano (aunque a mí me parece más el típico melodrama-culebrón que otra cosa) sirve de pretexto para el refinamiento estético, éste para la exageración acrobática y ésta última para una histeria visual final bastante cargante y delirante. Y eso sí creo que es lo fundamental en esta película… Que Yimou insiste en olvidar poner la narración al nivel del espectáculo… Y la película se hace laaaaaaaaaaaarga.
Y todo ello con un punto de frialdad e impersonalidad que echa por tierra, en mi opinión, cualquier intento de dramatismo, intensidad o congoja que tenga pretensión de cosa seria y no sólo de fugaz e inconsistente entretenimiento. Eso sí, entretenimiento que no cae en la típica bobería a la que tan acostumbrados estamos, pero que no por ello engancha especialmente.
No puedo estar de acuerdo con los que afirman que el argumento sea de telenovela barata. Nos encontramos ante una tragedia shakespeariana de un clasicismo y una contemporaneidad abrumadora. Una auténtica muestra de la importante herencia que los grandes clásicos occidentales han dejado también en la cultura asiática, empezando por maestros como Kurosawa.
Visualmente, excepcional. Creo que está entre las dos o tres películas más espectaculares que he visto. Unos decorados, un vestuario y una fotografía de auténtico Oscar. Lástima que los académicos americanos no sean capaces de ver (salvo raras excepciones) más allá de Cartas sobre Iwo Jima.
Mención especial a la batalla. El ataque a Minas Tirith de El Señor de los Anillos se queda pequeño casi a la altura del betún. En definitiva, una obra maestra que no pasará desapercibida y que, probablemente, creará en España mucha afición al cine oriental.
Al menos hay que reconocérselo, Yimou es un auténtico maestro a la hora de crear frescos fílmicos, es una pena que narrativamente la película sea un completo fiasco.
¿Por qué fiasco?, básicamente porque la historia parece provenir más de una telenovela barata de las de después de comer que de un filme de alto presupuesto.
Las interpretaciones tan poco ayudan con todos los actores pasados de rosca (que manera de desperdiciar a Gong Li) y recitando sus textos como papagayos sin transmitir un ápice de emoción o de verosimilitud (salvo dos momentos muy concretos). Puede que algunos se escuden en que Yimou nos está contando una fábula, un cuento pero hasta para contar leyendas hay que crear y dar vida a unos personajes y no unos monigotes.
Que alguien me explique como un director que era especialista en contar historias intimistas y de personajes con un gusto sublime, como puedan ser Sorgo Rojo o Semilla de Crisantemo, por poner solo dos ejemplos, a la hora de contar una historia épica parece olvidarse de todo lo anterior y solo preocuparse de un esteticismo que a la postre sin un guión o unos personajes a un cierto nivel se descubre barato y sin sentido.
La única explicación que le encuentro es que debe ser realmente arduo contar una historia espectacular visualmente y crear a la vez auténticos personajes que emanen humanidad y empatía para con el espectador (ejemplos perfectos Doctor Zhivago o Lawrence de Arabia, por poner solo dos).
Aún así merece la pena verse aunque solo sea para admirar el prodigioso sentido estético de Yimou.
Mi nota para esta película en realidad no alcanza el 7, por las siguientes razones:
-Su desarrollo es demasiado lento. Muy estática y se abusa de la cámara ralentizada.
-Excesivamente triste y penosa. Pero no triste al estilo de otras películas que llegan profundamente al corazón, sino con una cualidad que llega a ser tediosa e incluso, en ocasiones, vacía. No existe la más mínima luz de alegría, ni la más mínima esperanza. Ningún respiro, pero tampoco consigue conectar plenamente con un espectador que acaba saturado y con la sensación de que las tragedias shakesperianas son como agua de rosas en comparación.
-Una siente todo el tiempo que en ciertos lugares, épocas y circunstancias (como en el caso de la dinastía Tang china, en el siglo X), lo mejor es que te aborten directamente y no llegar a nacer a este valle de lágrimas, infelicidad, intrigas, odios y envidias.
-Más que una familia, eso parece un nido de víboras o de engendros caníbales. Una no los envidia en absoluto. Tanta opulencia escandalosa, tanto palacio que es como una prisión dorada, tantos sirvientes que lo mismo hubiera dado que fueran autómatas o cucarachas dado lo que se les valoraba…
Por lo demás, encuentro loables los siguientes aspectos:
-El despliegue visual. Espectacular sucesión de bellísimos y coloridos decorados palaciegos y un vestuario que, en aquellos tiempos (y hoy día) valdría más que todo el resto de China entera.
-El mostrarnos la Ciudad Prohibida en unos tiempos oscuros, donde las luchas intestinas e intrigas por el poder y el acceso al trono estaban a la orden del día, familias enteras eran eliminadas como si fueran insectos y nadie estaba seguro. Y menos que nadie, los propios miembros de la familia imperial, que no debían fiarse ni de su sombra.
-Pese a tanto patetismo y tanta tragedia por minuto, no creo que se exagere (al menos en cuanto a las intrigas palaciegas) ni que se esté contando algo que no hubiera podido ocurrir, ya sea en la dinastía Tang, en la antigua estirpe de faraones egipcios, o de emperadores romanos o tantas otras dinastías en las que padres mataban a hijos, hijos a padres, hermanos a hermanos… Y todo por alcanzar el poder. Ese Poder que corrompe ofreciendo la luna a cambio del alma y que lo destruye todo.
-Las escenas de lucha, coreografiadas al estilo de una hermosa danza bélica, con el estilo que es tan propio de este director y que ya explotó al máximo en La casa de las dagas voladoras .
Pero lo dicho: demasiado triste y sombría y no tiene consideración hacia un espectador que se espera algo más que un desfile de bellos escenarios, un culebrón patético, caras de agonía y luchas coreografiadas. A menudo parece bastante hueca y un despliegue muy bonito pero vacío.
Tragedia en la China Imperial que cuenta con una maravillosa fotografía que es la característica principal del cine de Zhang Yimou y con un buen elenco de actores que encajan muy bien en sus roles.
Lo que es indudable es que las personas que están muy acostumbradas al tipo de películas que se hace en Holywood, les parezca que el argumento es cursi o de telenovela pero esto es cuestión de gustos y de desconocimiento de la sensibilidad oriental.
Hay que también remarcar el maravilloso vestuario y en general la ambientación de la época esta muy bien lograda, con unos escenarios impresionantes.
En resumen una espectacular película que demuestra una vez mas que en China se puede realizar un cine épico que no tiene nada que envidiar a Occidente.