La línea del cielo
Sinopsis de la película
Gustavo es un fotógrafo español que decide ir a Nueva York para cambiar de ambiente y triunfar en la capital del arte. En su intento por llegar a lo más alto se encuentra con todo tipo de problemas: el idioma, los amigos norteamericanos a los que no entiende… Allí conocerá a un montón de gente, entre ellos a Pat, una catalana por la que se siente perdidamente enamorado.
Detalles de la película
- Titulo Original: La línea del cielo
- Año: 1983
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5.8
85 valoraciones en total
Muy interesante experimento de Fernando Colomo. Es muy discutible el resultado, pero desde luego la película es muy valiente. Un equipo de rodaje de CINCO personas (un número ridículo en la realización de una película de la época) se desplaza a Nueva York a improvisar una gran parte de la cinta. Algunas actuaciones son involuntarias. Muchas planos son toma única. El resultado es una película un poco cutre, pero con un realismo que no se puede conseguir en una obra de ficción. La Línea del Cielo termina emocionando, en parte por la empatía que suscita Resines, en parte por la belleza de algunas imágenes y en parte también por la genial música de Manzanita.
Me resulta tierno este tipo de humor de personajes perdedores (tipo Ópera Prima). Además el acento español de los americanos hablando castellano y de los españoles hablando inglés no tiene desperdicio.
Al parecer la idea de hacer ésta película surgió tras la estancia una temporada del propio Fernando Colomo en la ciudad de los rascacielos intentando montar un proyecto y de paso aprendiendo inglés, de ahí surge el crear este film bastante desafortunado. Las tribulaciones de un supuesto fotógrafo de prestigio español (primer error, un tipo tan esperpéntico no puede ser un gran artista), en busca de fama y dinero del que no vemos tomar una sola foto, perdido en la Gran manzana neoyorquina que Colomo se empeña en ocultar su iconografía típica, incluso hasta el Skyline que da título al film. Es como si pretendes hacer una película sobre el Museo del Prado y no muestras un solo cuadro de sus numerosas salas. Por lo tanto, el resultado es un despropósito absoluto, no puedes hacer una tortilla sin romper los huevos. Se trata pues, de una comedia desangelada, sin chispa y con muy poca gracia. La música de Manzanita que personalmente me encanta, no tiene ningún sentido en el relato, pues la rumba flamenca no aporta nada a un madrileño que se arranca con una jota mal cantada.
Y es que, no puede salir bien una comedia cuando su guión no está elaborado, o así lo parece al ver el film, subordinado todo al pobre Resines que era un personaje constantemente repetido en sus comedias madrileñas, el resultado podría haberse llamado Resines en Nueva York. La buena comedia necesita personajes, situaciones y diálogos para alcanzar una cierta solidez, y La línea del cielo adolece de los tres aspectos. Los personajes secundarios aún logran una aceptable eficacia (eran todos amateurs) porque prácticamente no actúan, son ellos mismos, pero el protagonista – omnipresente por otra parte – no es eficaz por el mismo motivo: porque no actúa, tan sólo es. Y como no se trata de un documental, sino de una comedia, por cierto, con unos gags poco logrados, pero es que, además, el personaje central debe tener entidad y desarrollo, no basta con poner la jeta y unos cuantos tics.
Siento decirlo, uno de los peores trabajos de Antonio Resines, que mejoraría con otros futuros papeles dramáticos que le van mejor como La buena estrella, Carreteras secundarias o La caja 507. Y es una lástima porque en algunos momentos del film se atisban posibilidades de haber hecho una aceptable comedia con la propia experiencia del propio cinesta en Nueva York, pues la realidad podía haber sido más interesante que la ficción. Colomo quería filmar la cara amarga del sueño americano, la inadaptación al entorno por diferencias culturales y de comunicación, que no todos consiguen superar, filmando en los lugares más cutres de la ciudad con las miserias cotidianas. Era un tiempo que los cineastas españoles intentaban hacer su película en los USA pero desde una perspectiva diferente y personal, aunque con desigual suerte y pocos medios.
No la vi en su día, la he visto ahora en diciembre del 2016 y a pesar de las cosas típicas de la época es completamente actual. Además parece más un reportaje que una película, es estupenda, fresca, real. Me gusta especialmente que no haya excesiva música de fondo, sólo en contados momentos. Me parece una idea muy original y que (desgraciadamente) no pasará nunca de moda y nos sentiremos identificando con ese españolito que va a comerse el mundo y termina de camarero o como este hombre, volviendo a casa sin los objetivos cumplidos.
Resinas es un actorazo, tan natural que crees que es un programa de esos de ……. por el mundo .
Recomendable, no sólo como cine, también si se pretende hacer algo parecido.
Decía Jesús Polanco aka Copito de Nieve, que un español era esa persona incapaz de aprender inglés, chascarrillo que, como casi todos, da bastante bien la talla del personaje que lo suelta, en este caso el patibulario magnate del periodismo nacional, ya fallecido.
La película es extraña y buena, desde luego se deja ver y con el paso de los años no solo no pierde sino que gana muchísimo, aunque tampoco quiero meterme en berenjenales con palabrotas como costumbrismo de la movida o crónica de una época . Dejémoslo en que cualquier tiempo pasado fue mejor . Además la película tiene suficiente personalidad como para sostenerse a sí misma.
Un poco floja en el hilo argumental (defecto común a otras de la época) tiene su mejor pilar en la magnífica dirección de actores y una construcción magnífica de los personajes, que en cine es el 80%, como hemos visto tantas veces.
Por último destacar que si en cierta ocasión definimos al músico Peter Kember aka Sonic Boom (Spacemen 3, Spectrum..) como los jerseys más peligrosos del rocknroll , lo mismo podríamos decir de las infames camisas que luce Antonio Resines especialmente en este film, uno de los motivos que nos llevó en su día a afirmarnos en nuestra creencia de que es el último gran sex symbol del cine español.