La leyenda del samurái (47 Ronin)
Sinopsis de la película
Basada en una leyenda japonesa. Siglo XVIII. Kai (Keanu Reeves) es un paria que se une a Oishi (Hiroyuki Sanada), el jefe de los 47 Ronin. Su objetivo es vengarse del traidor que mató a su señor y los condenó al destierro. Para recuperar el honor perdido, los guerreros emprenden una aventura que les obligará a superar duras pruebas.
Detalles de la película
- Titulo Original: 47 Ronin aka
- Año: 2013
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
Película
5.3
89 valoraciones en total
Hay veces que todo está en contra. Lo hemos visto tantas veces, en la pantalla grande, en la pequeña, en el trabajo, en la escuela… Y en esos momentos uno tiene la elección de dejarse abandonar ante el sentido común o bien crecerse y dar un golpe en la mesa. Este es uno de esos momentos.
Desde hace tiempo tuve buenas vibraciones con esta película. Me gusta Keanu, lo confieso, ese aire que impregna a sus personajes que implica no saber hasta que punto interpreta o es él mismo. También me gusta el feudalismo japonés y sus leyendas, así que como 2+2 son 4 tenía que esperar este filme. Pero… Oh sorpresa, tras saltarme el día del estreno entro aquí y veo una nota paupérrima de cinco y críticas demoledoras que ponen la producción al nivel de cine casposo.
Y como soy un incrédulo me he ido a verla. Y doy gracias por ponerme el hype por los suelos, me habeis hecho disfrutar de lo lindo. Quizás 47 Ronin mereciera en mi humilde escala un 7, pero ahora me ha parecido de 9. Cosas de la subjetividad oiga.
Al lio. La película me ha parecido sólida en su construcción, con personajes que he encajado bien en su contexto. Las interpretaciones me han seducido, pero es cierto que los papeles eran muy japoneses y se dejaban llevar, tanto es así que Kai (Keanu Reeves) es un personaje guante, de esos preparados para ser interpretados por alguien concreto y no otro. La artificiosidad de la nobleza nipona (iba a añadir feudal pero me temo que no hace falta) queda reflejada grandilocuentemente y no por ello es producto de un matrimonio a conveniencia entre una marvel cualquiera y kurosawa, sino más bien del halo de leyenda que inspira el relato.
Personalmente habría preferido una cruda realidad feudal sin tecnicismos, pero entonces nos alejaríamos de ese mainstream que la habría castigado en taquilla. No se lo que dirá Mr Boxoffice y sus fríos números dentro de un mes, pero el desarrollo se aleja de lo que nos inunda últimamente en forma de encefalogramas planos.
La banda sonora es correcta en su mayor parte pero con algunos pasajes bellos. Hacía tiempo que no me paraba a escuchar la OST en los créditos finales.
Los efectos digitales y fotografía, bueno, me han parecido de buena factura. Estoy algo cansado del gloom, del mal que hizo 300 al mundo y de los chapuceros del Maya y el Lightwave, pero supongo que las modas son eso, modas, y hay que sufrirlas. No es que 47 Ronin sea excesiva, es que yo hecho de menos cada vez más la pura fotografía con escaso FX. O al menos que no se note mucho.
La historia, independientemente de la fuente que la inspira, me ha parecido bonita, y salvo algún agujero de montaje, sólida y emocionante. El tramo final me ha sorprendido gratamente ya que me esperaba lo peor, que es la costumbre últimamente. Afortunadamente no me ocurrió como con lobezno inmortal, la otra producción ambientada en el país de sol naciente que he visto recientemente y cuyo tramo final me desesperó. En 47 Ronin, no, me ha encantado. Por mucho que a algunos les sea agridulce.
Resumiendo: es mejor olfatear tu presa, guiarte por tu instinto, y cuando parece que todo lo tienes en contra, afianzarte en ti mismo. Eso me habría dicho un monje sintoista en este caso (o no, a saber…)
Esta película tiene todos los ingredientes para captar mi atención, una ambientación en el Japón feudal, Samuráis, luchas con espadas japonesas, criaturas fantásticas y el regreso de Keanu Reeves (un actor que a mí me gusta bastante) después de mucho tiempo al cine, por lo que ya tan solo con esto me merece el pago de la entrada al cine, la cuestión está en si la historia estará a la altura, y en esto va a lo seguro una historia de amor y venganza algo que siempre funciona muy bien.
La película entrelaza las escenas de acción con las de refuerzo del argumento de forma muy fluida quizás para mi gusto demasiado y en algunos momentos se echa en falta algo más de calma, también sorprende un poco que el protagonismo se comparte entre Kai ( Keanu Reeves) y Oishi (Hiroyuki Sanada) algo que no queda demasiado claro al ver los tráilers o los carteles de la película en los que Kai es el centro de atención de la historia, aun así la película tiene momentos muy buenos para un aficionado a este tipo de producciones (en los que me incluyo) paisajes espectaculares y algunos efectos especiales destacables aunque otros no tanto ( pelo de la bruja ) y combates con espadas muy bien coreografiados.
Por lo que La leyenda del samurái: 47 Ronin no engaña y te da la que esperabas ver, quizás no sea una película demasiado destacable en el género pero es divertida y contiene momentos muy espectaculares.
Pues sí. 225 millones de dólares dan para mucho, y eso se puede demostrar en las preciosistas imágenes de este film. A todo el que le guste la cultura japonesa medieval con toda su parafernalia y sus paisajes y ropajes tradicionales tiene aquí una fuente de maravillas.
Desgraciadamente, aunque el director es un creativo publicista muy valorado en Hollywood, es incapaz de transmitirle energía, emoción suficiente o una dosis de empatía del espectador con lo que se cuenta en la pantalla. Todo es superficial y soso, empezando por su protagonista y acabando por su flojo oponente, amén de que el resto de los caracteres están apenas definidos sino a grandes trazos y como con purpurina, sin una profundidad que llegue a calar ni a construir una historia que perdure en la mente del espectador cuando abandone la sala.
Los efectos especiales destacan sobre todo en el monstruo del principio y la alucinante criatura del final ( vale la pena el 3d, hace más divertidas las partes de fx ) , pero tampoco es un film que se base en ellos. Intenta basarse en una triste historia de amor imposible entre un mestizo despreciado por todos y la hija de un señor feudal, pero tampoco creo que eso sea una debilidad del film. Su debilidad es que el director es incapaz de sacar la parte humana de unos personajes más allá de su gráfico plano de cuento o leyenda, son incapaces de saltar al mundo real de nuestra mente más allá de sus diálogos y de sus bonitos entornos escénicos.
El film además tarda mucho en arrancar, si es que alguna vez que lo hace, junto con algunos agujeros argumentales que te dejan en el limbo mental, lo que nos hace reflexionar en que al director se le impidió hacer el montaje final de un film que atravesó muchos problemas y retrasos hasta llegar al dia de su estreno en esta navidad de 2013.
En definitiva, lo mejor es la puesta en escena y un par de buenas peleas con monstruos, y lo peor es el 2D de sus personajes e intérpretes y un montaje desangelado y de ritmo cansino.
Aprobado a secas.
Días antes de su estreno busqué alguna crítica sobre esta película y sin verla, hubo quien se aventuró a decir de ella que iba a ser un pastiche del todo innecesario. Aun así me decidí a verla y estas son mis impresiones.
En ocasiones parece que queremos pedirles a todas las películas niveles altísimos de excelencia y no creo que sea justo, puede ir uno al cine a ver una película con el solo propósito de pasar un buen rato y no tiene por que esperar ver una joya del séptimo arte, para mi este es un claro ejemplo.
La trama, aunque no descubre nada nuevo, es entretenida y se desarrolla correctamente, las interpretaciones son adecuadas, Keanu cumple de sobra en su papel, la ambientación y vestuario también son notables y los efectos especiales son buenos.
Entre los puntos negativos podríamos encontrar algunos como el desarrollo excesivamente lineal de los personajes y en ocasiones puede haber un difícil encuadre entre los personajes míticos y los reales.
Con todo lo dicho, es un divertimento adecuado por el que se puede pagar la entrada del cine, cosa esta que no puedo decir de muchísimas otras películas.
Lo primero es reconocer que fui al cine con expectativas más bien bajas, con la idea de curarme en salud. Inocente de mí, mis expectativas quedaron muy por encima del menú que me sirvieron, un pastiche condimentado en exceso, un auténtico mondongo por el que me duele haber pagado una entrada.
Nos quiere vender una obra culmen de la técnica y de la épica del chanbara a la occidental , y en realidad es un film de bajísimo rasero que no hay por donde cogerlo sin un par de copas entre manos.
Empezaré por los defectos técnicos:
– Durante toda la película tuve la sensación de que pasaba algo extraño con el metraje. Sonaba a tijera metida con alegría y un poco en manos de un chimpancé con un par de cervezas, pero eso podía pasar, incluso aunque las escenas parecían desunidas y sin conexión. Sin embargo, lamento que probablemente alguna escena salvable haya quedado en el tintero.
– Una vez más, el maldito higienismo-para-todos-los-públicos arruina lo poco decente que podía tener una película. Una obra de gente que lucha con espadas, decapita paisanos y se suicida abriéndose un segundo ombligo de gran amplitud sin anestesia exige una dosis razonable de sangre, no digo que cada escena nos recuerde a la época de la matanza del cerdo, pero uno espera que una persona que se hace el seppuku con un impoluto dogi blanco termine, al menos, impoluto.
– Demasiado plástico . Para tener un presupuesto de doscientos milloncejos de mortadelos, uno espera unos efectos especiales a la altura. Y aunque el efecto de las túnicas del tengu-shaolin molaba, por citar uno, el maldito zorro blanco parecía un pegote infográfico mal parido, por citar otro. El punto definitivo en el que me dí cuenta que abusamos de las imágenes generadas por ordenador hasta el absurdo, es la escena del tentempié entre Mika y la Bruja, donde el sashimi que Kikuchi le ofrece a Shibasaki Kō, (Asano Mika)… está hecho por ordenador. Y canta.
Y si usted, querido lector, ha llegado hasta aquí, es hora de empezar con la salsa. Los defectos en sí de la película, que no tienen excusa en medios visuales:
– Un guión plano con diálogos absurdos. Lo único medio decente, las frases de amor entre los protagonistas – por llamarlos de alguna manera -, que son lindas para quién disfrute de los drops románticos. Como siempre, el resto de la película cae en tópicos sobre buenos-muy-buenos y malos-muy-muy-malos a los que sólo les falta lanzar una risa maníaca, aderezado con un par de frases que procuran ser profundas – sin lograrlo-.
– La profunda estulticia de todos los personajes, que para vivir en un mundo donde existen brujas, demonios, ogros y otra fauna de la noche, parecen tener un ligero boquete en la cabeza que les hace complicado razonar los problemas que, por ejemplo, causa que exista gente que es capaz de convertirse en vapor y pseudoteleportarse. Sobre esto hablaré en más profundidad abajo.
– Keanu Reeves. En sí, para mí, es un problema, con todo el respeto para la gente que le admire como actor, yo sólo he visto a un tipo cuya cara tiene la expresividad de una rodilla, que canta como una almeja en una competición de atletismo, y cuyo personaje tiene un claro trastorno bipolar que alterna entre ese-tipo-simpático que tiene un profundo respeto por la tradición, el honor y la costumbre y desea pasar desapercibido y ese-macho-ibérico que el honor se la suda y que tanto le da amenazar de muerte a un samurai herido en su orgullo y honor (ojo, ¡que además son colegas!) como cargarse a cuantos secuaces aparezcan en escena por llevar la camiseta del equipo equivocado, con motivo o sin él.
El resto, en el spoiler.