La gran sorpresa
Sinopsis de la película
Un equipo de astronautas estadounidenses que están inmersos en los preparativos de un viaje a la luna se quedan confundidos y muy intrigados cuando un hombre asegura que él, su novia y un científico viajaron a la luna 65 años antes y fueron atacados por los selenitas, unas criaturas extrañas mitad hombre, mitad hormiga que viven en enormes cavernas de cristal.
Detalles de la película
- Titulo Original: First Men in the Moon
- Año: 1964
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
6
91 valoraciones en total
Clásico de ciencia-ficción basado en la no menos clásica obra de H.G. Wells.
Se narra la historia de un hombre (Edward Judd) que dice haber viajado a la luna muchos años antes de que lo hiciera la expedición que oficialmente se encuentra pisando el satélite en esos momentos. Advierte de los peligrosos habitantes que viven bajo su superficie, los selenitas, y cuenta cómo se embarcó junto con su novia (Martha Hyer) y un inteligente pero excéntrico profesor (Lionel Jeffries) hacia la Luna en una nave imposible creada por este último.
Nathan Juran dispone un tono monocorde de comedia y aventura para desarrollar la idea de Wells y lo hace de forma desenfadada, divertida y entretenida. Ayudado por el inolvidable Ray Harryhausen y sus criaturas en stop-motion, la cinta resulta vistosa y de interés, gracias a su evidente tono humorístico sin menosprecio de la historia.
La película no puede evitar acusar de cierta forma el paso del tiempo, resultando a veces incluso algo ridícula en algunas escenas con los selenitas, en las que resultan demasiado evidentes los disfraces (eso de que el morro de las criaturas se les tuerza cundo chocan con algo es de traca). En las escenas de Harryhausen, aunque más desarrolladas y más creíbles, se nota cierta lasitud en el trabajo si lo comparamos con La isla misteriosa (1961), Jasón y los argonautas (1963) o Simbad y la princesa (1958).
La gran sorpresa es, a pesar de sus fallos, una cinta obligatoria para cualquier seguidor del género. Recomendable.
Soy escritor y un amante del fantástico, en especial del cine de Ciencia Ficción. Nací el año que estrenaron la primera Guerra de los mundos , así que no me dejo llevar por los juicios rápidos e insensatos, y al igual que Harryhausen o Bradbury sigo siendo un joven lleno de sueños y con mucha imaginación, aunque algo más listo. Me he decidido a realizar una revisión de todos los títulos del género, y comprobar a fecha de hoy su frescura. Ésta merece el calificativo de: BUENA.
Un título no muy conocido dentro del Fantástico, indscrito en la Scifi, y no obstante, mejor que otros muchos. Se trata de otra de las novelas de H.G. Wells llevada a la pantalla, concretamente Los primeros hombres en la Luna, cuya fórmula se aleja de la concebida por Verne. Y es que Verne no veía con muy buenos ojos a Wells, hombre poco serio a la hora de tratar sus libros. Tengamos en cuenta que Verne escribía un tipo de novelas científicas, basados en datos fidedignos de lo que el futuro nos iba a deparar, y la ficción de Wells, con el invento de la Cavorita como medio de alcanzar la Luna, pues para Verne dejaba mucho que desear. Sin embargo, la imaginación desbordante de Wells, nos ha brindado la oportunidad de leer y ver en el cine películas estupendas. La gran sorpresa es una de ellas. Sí, toda una sorpresa para los amantes de las aventuras épicas y románticas del siglo XIX, con esa dosis de glamour que hoy día ha devorado la fría tecnologia. Película divertida, distraída, y uno de los mejores y menos conocidos trabajos de Ray Harryhausen. Una delicia.
Ingenua obra de ciencia-ficción steampunk basada en la obra de H.G.Wells… aunque el director no supiera lo que hacía. Típica película de profesor chiflado y amigo racional embarcados en aventuras.
Posee un aire encandiladoramente infantil, como si nos persiguiera la sensación de que reciclaron, no sólo los decorados de Mary Poppins sino, también a los técnicos de efectos especiales. El cartón-piedra del atrezo se complementa a la perfección con las acartonadas interpretaciones, tan profundas como la cartulina (realmente delicioso a mi rancio paladar).
Ideal para visionar con críos (aunque sea como escusa) o para amantes del cine Disney-victoriano, crute monstrenco y sci-fi casposa.
Basada en la novela que escrita en 1901 por H.G. Wells y realizada en 1964, un año después de que los americanos dieran luz verde al proyecto Apolo, para poner por primera vez al hombre en la luna, en dura competencia por hacerlo antes que los rusos, cuenta una apasionante y original historia sobre una expedición americana, que al alunizar se encuentran con una pequeña bandera inglesa, acompañada de una nota fechada en 1899, en la que se menciona el nombre de una mujer. Siguiendo el rastro de esa mujer (telegrafiado por los astronautas a la tierra), llegan a una residencia de ancianos, en la que se encuentra un dulce y achacoso anciano (conocido en la residencia por sus desvaríos lunares), que al ser requerido por la nota de marras, les dice que él estuvo en la luna en 1899, y que los que están ahora allí, corren un grave peligro, pasando acto seguido a contar a modo de flashback, lo acontecido 70 años antes.
Todo esto a modo de introducción en los primer 10 minutos de metraje, desarrollándose a partir de aquí una original y magnífica película, en la que se nos cuenta, en forma de narración típicamente victoriana con un amable y efectivo humor, la génesis de dicha expedición, a partir del descubrimiento de la cavorita (un espeso y áureo liquido, que tiene propiedad de liberar de la atracción magnética terrestre a cualquier objeto con el que se embadurne), por una especie de profesor chiflado llamado Cavor, y en un tono cargado de critica social, mas sombrío e inquietante, el encuentro de la expedición comercial inglesa (el profesor chiflado, el anciano que nos cuenta la historia y su novia, sumada accidentalmente), con los habitantes de la luna, una especie de insectos humanoides de avanzada inteligencia.
Sumemos a lo anterior unos efectos especiales realizados por el maestro del animatronic, Ray Harryhausen, y el resultado es una película absolutamente recomendable y cita ineludible para el aficionado a la buena ciencia ficción.
La primera expedición espacial llega a la Luna, donde los astronautas encontrarán una bandera británica que parece llevar allí mucho tiempo…
Un relato fantástico de H. G. Wells que cobra vida en la pantalla gracias al productor Charles H. Schneer y a su colaborador Ray Harryhausen al cargo de los efectos especiales, con Nathan Juran en la dirección. Unos personajes entrañables (una pareja de prometidos y un científico loco), su gran sentido del humor y el delicioso diseño de producción (un prodigio artesanal inspirado en Viaje a la Luna) rematan esta pequeña obra maestra del género, hoy tristemente olvidada. En un imprevisto cameo reconoceremos a Peter Finch.
¡Reclamo la Luna en nombre de nuestra soberana, la reina Victoria!