La gente del arrozal
Sinopsis de la película
Primer largometraje de ficción dirigido por Rithy Panh, el más importante cineasta camboyano, que se centra en las dificultades de una familia cuya vida gira en torno al cultivo del arroz, y que a su vez, sirve como metáfora del sufrimiento y la ausencia de futuro de su propio pueblo durante y tras el genocidio.
Detalles de la película
- Titulo Original: Neak sre - Les Gens de la Rizière (The Rice People)
- Año: 1994
- Duración: 125
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Opinión de la crítica
Película
6.5
99 valoraciones en total
No podemos, nosotros blancos occidentales que devoramos cine, saber cuánto sufrió el pueblo camboyano en el siglo pasado, pisoteados por una guerra civil y un genocidio cuyas heridas seguramente aún sangran. Es inevitable que el cine camboyano no mencione el grave asunto de los jemeres, ni siquiera siendo La gente del arrozal una película enmarcada en la vida de aquello que enuncia su título: campos de arroz y una familia. Nos ponemos una película así sin saber nada, apenas nada, ¿esa condición especial la hace mejor desde el primer minuto?, ¿la película es buena sólo por su exotismo, por ser un drama?
Creo que es buena porque es buen cine, hecho con unos medios que no se pueden comparar con la industria estadounidense o europea. Y aún así, funciona. Siempre digo que la serie B no funciona siempre porque hayan buenas intenciones, el que realiza siempre se lleva el mérito o la crítica y en este caso no puedo hacer otra cosa que reafirmar que La gente del arrozal está bien hecha pese a que dura más de dos horas. Sí, más de dos horas de drama camboyano, con una madre que de bien que lo hace se te ponen los pelos de punta, una historia cruda, trágica a menudo, que nos enseña la riqueza de sus supersticiones (tal vez eso sea pobreza también) y que no se hace larga. Tal vez por momentos se detiene el ritmo, de acuerdo, pero me parece redonda, se cierra el ciclo y de nuevo al arrozal, a trabajarlo, a rezar si hace falta, andar, segar, caer rendido y muchos llantos, si no es por la lluvia es por los cangrejos y los pájaros que se comen el grano. Toca la fibra. No es un drama más, es camboyano y está bien hecho, palabra.
Vaya por delante que es la primera crítica que escribo. No tengo experiencia en criticar películas ni me puedo definir como cinéfilo, no obstante voy a tratar de colaborar en medida de lo posible.
Rithy Panh ha plasmado el día a día de cualquier familia camboyana en los años 80 y 90: familias por lo general diezmadas por el holocausto del gobierno de Pol Pot y el Khmer Rouge, que tienen como medio de vida el cultivo del arroz, lo cuál requiere duros trabajos de sol a sol por parte de toda la familia. El resto lo llevo al spoiler.
La película deja un mensaje sobrecogedor y creo que deberíamos verla para hacer un examen de autoconciencia sobre los problemas que supuestamente nos atenazan a quienes vivimos en sociedades avanzadas. Antes de seguir envidiando el coche o la televisión del vecino, antes de seguir lamentándonos por no poder comprarnos toda la ropa cara que nos gustaría, deberíamos ver películas como esta, que vuelvo a repetir, refleja perfectamente las miserias y la ausencia de futuro y esperanza de aquel país.
Pese al interés que me despertó, he de advertir de la falta de ritmo durante algunos fragmentos. Una vez entrados en materia y después de ocurrir el hecho que desencadenará parte de los acontecimientos, la película se vuelve algo lenta y aburrida. Veinte o treinta minutos menos de metraje la habrían hecho mucho más llevadera.
Quizá en las películas de Rithy Panh no encontremos una técnica depurada, una banda sonora destacable o unas imágenes sugerentes, esos pequeños detalles que siempre hacen del cine una experiencia mucho más sugestiva y llevadera, que dotan de virtudes historias y tramas que, sin brillantes recursos que tantos han empleado con pericia, desde Orson Welles hasta Park Chan-Wook, no serían lo que son. Y sin embargo, el camboyano consigue con su La gente del arrozal una película tan compacta, como humana y vivaz, sin necesidad de hacer alarde de unos mecanismos grandilocuentes o estilizados.
De hecho, lo más curioso de todo, es que cuando me di cuenta que un film como éste superaba el limbo de la hora y media, creí que sería otro de tantos farragosos trabajos que se desenvuelven sin soltura y sólo apiñan excelsas reflexiones entorno al tema tratado espolvoreándolo todo con un exceso de situaciones que jamás benefician una continuidad en las relaciones entorno a sus personajes y problemas.
Craso error, pues tras la cinta de Panh se hallan las virtudes de un cineasta combativo que mezcla a la perfección el relato de un tema tan curioso como los cultivos de los arrozales y el consecuente drama familiar que todo ello conlleva debido a las apuradas condiciones en que conviven todas esas gentes que hacen de la plantación una de sus principales metas para la subsistencia diaria.
Cuando La gente del arrozal concluye, pues, uno sólo puede agradecer que, tras un trabajo tan limitado como honesto, se escondan los mimbres de un cine de un corte quizá más clásico de a lo que nos tienen acostumbrados en oriente, y la compañía de esa familia que pasa por tantas desdichas como intensos momentos haya resultado una experiencia tan gratificante como ejemplar para dar una óptica necesaria sobre otro de tantos rincones desconocidos de un mundo que, a la postre, parece tan insignificante, como auténtico resulta este fabuloso trabajo que ningún aficionado a testimonios tan veraces como el que aquí reside debería perderse.
La desgracia se ciñe contra una familia de agricultores del arroz en Camboya, una tras otra la familia es atacada por una serie de situaciones que impiden una vida agraciada, casi como un castigo divino que no pueden esquivar, accidentes o plagas, poco más de dos horas de un tortuoso e inagotable tormento, no han salido de una para caer en la siguiente.
Poeuv (Mom Soth) el padre, se ve imposibilitado de trabajar debido a una lesión, por tanto, la madre, Yim Om (Peng Phan), deberá hacer frente al cuidado de la tierra y la crianza de sus siete hijas, situación que no podrá manejar y perderá la cordura. Por lo que la hija mayor, Sakha (Chhim Naline) será la que tome la batuta sobre el final siendo apenas una adolescente.
Este es el primer largometraje de ficción del realizador camboyano Rithy Panh, que tiene sus inicios en esa década de los noventa, a lo largo de su filmografía a estudiado la historia de su país, dividiendo sus labores entre la ficción y el documental, con preferencia en el segundo, es realmente una pena lo complicado que es acceder a sus trabajos.
Neak sre se desarrolla por completo en un contexto rural, enfocado en la casa de esta familia y sus campos de arroz, además de algunas zonas alrededor. La trama muestra la complicada vida de los agricultores, las distintas dificultades en sus labores, desde plagas reales hasta creencias de haber sido castigados, todo esto en la época posterior al régimen de los jemeres rojos.
Como es de esperar, Panh utiliza un elenco no profesional, un elenco así envuelve al filme de un aire documental que es innegable, porque salvo algunas nociones dramáticas de un par de protagonistas, para los demás pareciera que lo que se observa es su día a día. Posterior a ese trabajo algunos actuaron en otros filmes, pero no fue la constante.
Una palabra para definir el cine de Panh es Humanista, interesado en el ser humano y en dar a conocer los crímenes en el genocidio de su país, aunque Neak sre se aleja de esa segunda concepción, la primera si está completamente presente, la lucha para subsistir de parte de sus personajes. Recomendable.
Con esta película seleccionada para el festival de Cannes, Rithy Panh saltó a la palestra mundial demostrando que en Camboya, también se hacía cine. La gente del arrozal llega a ser algo tediosa en su desarrollo. Carente de ritmo y con más metraje del que realmente necesita.
Durante ciertos momentos resurge el interés, pero Panh no consigue mantenerlo. Las elipsis que usa son algo confusas ya que intenta sincronizar la historia de un poblado de arroceros con las diferentes etapas en la cosecha del arroz: desde su siembra hasta su recolección. A veces, no sabía si me encontraba en la misma cosecha o no.
Panh consigue una interesante dirección de actores, sobre todo por parte de la hija mayor. En definitiva, película con cierto interés pero fallida en su conjunto.