La extraña mujer
Sinopsis de la película
Bangor, 1824. Gracias a su deslumbrante belleza, Jenny Hager manipula a los hombres a su antojo y es capaz de conseguir de ellos todo lo que se propone. Tras contraer matrimonio con un acaudalado comerciante, no tarda en seducir al hijo de su marido con el único fin de inducirlo al asesinato de su padre. Al mismo tiempo, se encapricha del prometido de su mejor amiga.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Strange Woman
- Año: 1946
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
6.4
77 valoraciones en total
Como ya ha señalado fantomas, la sinopsis de esta ficha es incorrecta (debe pertenecer a otra película, quizás). En realidad es la historia de Jenny, una chica de origen humilde que haciendo uso de su belleza y supuesta indefensión, se dedica al noble arte del trepacionismo social hasta que descubre que ambición y deseo no siempre van de la mano.
De alguna manera se consigue que, pese a tener todas las bazas para hacer un dramón negro bastante interesante, la historia de Jenny y la misma Jenny carezcan de gancho o atractivo alguno, de modo que cuando llega el final de la historia, nos queda la impresión de no haber visto nada.
Parte de la culpa procece de la flojísima interpretación de Hedy Lamarr, que no provoca la menor empatía, amor u odio hacia su personaje y el resto lo hace un guión desmayado y aburrido que desaprovecha la buena puesta en escena y un inicio estimulante.
Podría haber sido, pero no fue: una lástima.
Edgar G. Ulmer no es un director que me apasione pese a la excelente Detour, pero tengo que reconocer que esta película casi impropia en su filmografía por la abundancia de medios y la presencia de estrellas como Hedy Lamarr y George Sanders, me sedujo y me deslumbró cuando la vi hace ya unas semanas.
Ya desde ese brumoso y casi fantasmal inicio, Ulmer nos dibuja a otra mujer fatal en la historia del cine, esa Jenny bellísima y ambiciosa que se llevará a todos los hombres que trate por el camino. Y aunque reconozco que la interpretación de Hedy Lamarr debería haber tenido más garra, la fuerza del guión y de los personajes masculinos (George Sanders soberbio como siempre y Louis Hayward, poderoso otra vez como en La máscara de hierro ),hacen que el espectador sea absorbido por esa historia mezcla de cine negro, melodrama y película de época al mismo tiempo.
Me fascina la ambigüedad del personaje femenino pues no es declaradamente una femme fatale (su motivación es clara pero, al mismo tiempo, aun alberga buenos sentimientos) pero me decepciona el pobre final con que Ulmer nos obsequia después de un filme que destila negrura y enfermedad humana.
La extraña mujer parte de un genérico argumento: una mujer pobre, pero bella, utiliza sus encantos para conseguir escalar posiciones en la sociedad…
No obstante aquí, en el planteamiento inicial, acaba lo genérico. El desarrollo de La extraña mujer es arriesgado, poético, de concepción romántica, aturdidor y finalmente fascinante.
Un actor que sube la escalera, un predicador, un estanque, una cabaña en medio de la tormenta, una mujer ensangrentada entre las hierbas…
Admito la crítica de que los filmes de Ulmer pueden ser irregulares. Es más, los filmes de Ulmer son irregulares de base. Tal irregularidad forma parte del crispado y apasionado concepto de creación de su autor. Ese es el precio de la creación, de la verdadera narración cinematográfica. El director no debe mostrar una historia escrita por un guionista, debe hacerla suya y utilizar el medio cinematográfico para crear atmósferas e impresiones, elementos subjetivos que se escapan del texto y sólo pueden ser transmitidos mediante el uso de la imagen.
Edgar G. Ulmer es un autor similar a Tourneur pero aún más personal. No importa el presupuesto de una producción. La capacidad artística no tiene por qué medirse en términos económicos. Lo que importa es el resultado, y La extraña mujer es un espléndido y apasionante resultado.
Una mujer que surge del arroyo decidida a no seguir en la miseria aprovechará su belleza para encumbrarse en lo más selecto de la sociedad del lugar, Bangor, una ciudad dedicada a la industria de la madera.
Y desde luego que Hedy Lamarr muestra su belleza secuencia a secuencia y es lo más. La película es un melodrama clásico con connotaciones de thriller cuyo tema es el poder de seducción.
Aparte de Hedy Lamarr en un repertorio de comportamientos de mujer que juega con la generosidad y la frialdad para machacar cuando lo vea oportuno, poca cosa más hay.
Lo malo en estos casos es que el espectador no tome partido, sino que aguante hasta el desenlace final de una forma indiferente.
Y, efectivamente, el final, esperado o no, no logra cerrar un conjunto de sentimientos, ni queda uno conforme con todo lo ocurrido por estar alargados de más los diferentes pasajes, lo que ocasiona el estar esperando el fin con el pensamiento distraído…
Sobre el papel, interesante película de intriga que, sin embargo, resulta algo pesada, hasta el extremo de que, aunque es de duración stándard, se hace larga y parece no acabar nunca.
Ulmer logró algunos buenos trabajos, incluso sin pretenderlo. Películas realizadas con cuatro dólares, pero que son consideradas hoy en día como pelis de culto, casi casi.
En esta ocasión no ocurre así, pese a la arrebatadora presencia de Hedy Lamarr, una excelente actriz bellísima, que iluminaba cada escena en la que aparecía.
Aquí, precisamente la iluminación es lo mejor de la película, pero el guión adolece de imaginación y las escenas apenas tienen fuerza.
Solo el primer tercio está bien, cuando es niña y los primeros minutos en los que aparece en escena Louis Hayward. La tensión sexual entre ellos es evidente, muy fuerte incluso para la época en que fue rodado el filme.
Pero, pese a la presencia más tarde del gran George Sanders, la cinta no remonta el vuelo, quedándose en convencional y con momentos trillados en la historia del cine.
Una pena, pero es mediocre.