La exótica
Sinopsis de la película
Tras la muerte de su madre, Clio Dulaine viaja desde París a su casa natal en Nueva Orleans, con la intención de vengar las humillaciones que sufrió su madre por parte de la familia de la esposa de su padre. También entra en sus planes casarse con un hombre rico para alcanzar el estatus que su madre nunca tuvo. Su interés se centrará entonces en el jugador tejano Clint Maroon.
Detalles de la película
- Titulo Original: Saratoga Trunk
- Año: 1945
- Duración: 135
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Opinión de la crítica
Película
5.8
61 valoraciones en total
Buen melodrama, aunque bastante desconocido, con algunos toques de humor basado en una novela de Edna Ferbert –otras novelas suyas adaptadas al cine serían Gigante llevada a la pantalla en 1956 por Georges Stevens o Cimarrón dirigida por Anthony Mann en 1960.
Clio Dulane es una joven que vuelve de Paris a su Nueva Orleans natal atormentada por el recuerdo de su madre, repudiada por la comunidad bienpensante de la ciudad debido a sus relaciones con el aristócrata Dulaine, con el que tuvo a la protagonista. Es una hija ilegítima de una familia aristocrática que no quiere saber nada de ella. Clio es una mujer caprichosa, algo provocadora, vigilada de cerca por su mucama mulata -una inesperada Flora Robson- y acompañada de un simpático enano formando una curiosa y algo exhibicionista troupe que atraerá las miradas de la comunidad y de un tejano algo bruto, interpretado por Gary Cooper, que se unirá al grupo para escándalo general. Pese a estar enamorado de ella hará lo posible por satisfacer sus deseos de pescar un millonario. Ambos protagonistas son dos personajes que van por libre y viven en libertad, fuera de las exigencias sociales, ella por parisina y el por tejano.
Melodrama al uso, atractivamente desenvuelto, con una conseguida ambientación caribeña lleno de suntuosas y algo decadentes mansiones, influencia francesa, población negra o mulata y vegetación frondosa, la película se divide en dos partes: la primera parte se desarrolla en Nueva Orleans y la segunda en Saratoga, una ciudad-balneario de Nueva York, que atrae a las grandes fortunas de EEUU. La película concluye con un epílogo que adopta, un poco inesperadamente -y tal vez algo fuera de lugar- los rasgos de un western.
Segunda de las dos colaboraciones entre Gary Cooper e Ingrid Bergman -la anterior fue ¿Por quién doblan las campanas? (1943), también de Sam Wood- destaca sobremanera la gran química entre ambos actores, con unos diálogos llenos de chispa y de retranca, siempre discutiendo, y con un vivificador baño de humor que suaviza la tendencia folletinesca de la película –algo bastante habitual en los melodramas de Wood-.
Ingrid Bergman, aunque algo sobreactuada, seguramente por las necesidades del personaje, está seductora y brillante mientras que Gary Cooper cumple en su papel de tejano duro pero tierno en el fondo. Cuenta, además, con grandes secundarios: Flora Robson –nominada para el Oscar-, junto al pequeño Jerry Austin y el extraordinario personaje de la vieja influencer del balneario interpretada por la gran Florence Bates.
Muy atractiva.
San Wood nos ofrece un drama romántico fruto de la adaptación de una de las novelas de Edna Ferber, autora entre otras de las conocidas Gigante y Cimarron . La acción comienza en New Orleans, donde una joven parisina de hondas raíces en la ciudad ribereña cuna de su familia busca venganza por el trato recibido por su madre por la familia de su padre, acompañada de una mucama negra, para lo que se caracterizó tiznándole el rostro a la actriz inglesa Flora Robson, nominada al Oscar por su interpretación, y un sonriente e inteligente enano, Jerry Austin, conociendo a un tejano pendenciero y jugador interpretado por Gary Cooper.
Me dejo a Ingrid Bergman como cuestión aparte, pues si sus compañeros de reparto realizan maravillosas actuaciones, la de la sueca es magnífica, de órdago a la grande siendo mano con cuatro reinas. Bella, sugerente, atractiva, provocativa, maravillosa, cualquiera se enamoraría de ella, sin duda.
La segunda parte de la película, que se tituló Saratoga Trunk nos cuenta sus andanzas en un hotel de Saratoga donde se reunían todos los ricos de Nueva York y aledaños mientras busca un marido, y para lo que utiliza todas sus artes de seducción, que son muchas.
La película, sin embargo, se queda un tanto deslavazada siguiendo las ambiciones de la condesa, y con un Gary Cooper que parece más un secundario, como la mucama y el enano, que como un actor principal, y aunque no acaba de llegar al tedio, si se torna un tanto plana y aburrida hasta el epílogo, que logra levantarla finalmente.
Interesante, 6.
Quizás haya envejecido mal…
Dos de los grandes del cine clásico, Gary e Ingrid. Con Flora de fondo, que curiosamente, ya era raro que una persona blanca se pintase para hacer un papel de un personaje negro. Antes de flora se había propuesto a dos actrices negras, pero lo descartaron. Curiosamente a los Oscar la nominaron…. ¿quizás antes los Oscars era bastante rancio, incluso para su época?
Ingrid hace una interpretación fantástica, algo diferente a lo que solía hacer. Nada de modosita o frágil, sino de mujer alocada y atrevida.
Una historia de amor algo peculiar, que quizás para mí me resulte algo rocambolesca y no me haya encajado bien.
Un comienzo intrigante y de cadencia minuciosamente calculada consigue introducir al espectador en esa atmósfera de fascinación que siempre se espera del buen cine y que la mano de S. Wood consigue algunas veces.
El argumento discurre en el contexto de una magnífica ambientación a la que contribuye la estupenda banda sonora (M. Steiner).
Pero su trama se diluye por causa de un guión que no encuentra equilibrio entre sus partes y por de una descripción psicológica poco convincente de sus personajes.
Un G. Cooper que andaba por la cuarentena y una I. Bergman quince años más joven, conforman la pareja de importantes protagonistas y a ellos hay que añadir la figura de F. Robson -de inquietante mirada- así como la intervención del peculiar J. Austin, entrañable y magnífico actor.
Por lo demás la película resulta muy atractiva, variada y ambiciosa pero trata de contar tantas cosas -y con tanto detalle- que resulta prolija.