La dimensión desconocida: Justo a tiempo (TV)
Sinopsis de la película
Don y Pat Carter son una pareja que se ve obligada a parar en un pueblo tras una avería en su coche. Mientras esperan a que el vehículo sea reparado, almuerzan en una cafetería en la que encuentran una máquina adivinadora. La actitud supersticiosa de Don le hará preguntar todo tipo de cuestiones sobre su futuro.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Twilight Zone: Nick of Time (TV)
- Año: 1960
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
Película
7
65 valoraciones en total
Una joven pareja, camino de Nueva York, se detiene en un pequeño pueblo de Ohio debido a una avería del coche. Entran en una cafetería donde, para hacer tiempo, comienzan a jugar con una máquina de adivinación.
Basta con un elemento mínimo para crear un ambiente malsano y generar un clima irrespirable. El terror parte de la cotidianidad, juega con nuestros temores más recónditos, se alía con lo inexplicable para mostrarnos la fragilidad del mundo. Cuando el misterio aparece las convicciones se derrumban y se abre la puerta a lo incognoscible. La obsesión se apodera del espíritu. Todos anhelamos, como el protagonista de este episodio, formular una pregunta tras otra, una y otra vez, hasta alcanzar esa pregunta definitiva cuya respuesta nos oriente y aclare el futuro, queremos, necesitamos que alguien nos diga qué diantres debemos hacer.
Dirige Richard L. Bare, que tiene en su haber otros episodios notables (Third from the Sun, To Serve Man). El guion pertenece a Richard Matheson. El papel principal recae en William Shatner (Star Trek), quien figura también en un capítulo mítico de la quinta temporada (Nightmare at 20.000 Feet).
Conviene señalar que este episodio viene precedido de otros dos igualmente magníficos -The Howling Man y Eye of the Beholder-, cada uno de los tres capítulos está escrito por uno de los grandes talentos de esta serie -Beaumont, Serling y Matheson-, y cada uno de los tres, respondiendo a sensibilidades muy distintas, resulta absolutamente terrorífico. Recomiendo a cualquiera que no desee ver la totalidad de los capítulos que pruebe a adentrarse en The Twilight Zone con esta estupenda trilogía, dudo que se arrepienta.
372/12(13/11/20) Absorbente séptimo episodio de la segunda temporada de la popular serie antológica creada por Rod Serling para la CBS, en este caso dirigida por Richard L. Bare (realizador de siete episodios de la serie), con guión de Richard Matheson (escritor de 16 episodios de la serie), junto a Serling, en lo que se siente como una estimulante fábula mortal, donde pensamos que el destino está escrito y nos obsesionamos en conocer nuestro futuro sin llegar a disfrutar del libre albedrío del presente. Ello en un capítulo donde hábilmente se juega a la ambigüedad de los sobrenatural, a lo que asistimos puede ser fruto de la casualidad mezclado con nuestro sesgo de justificación o pudiera ser que estamos ante elementos de profecía, una deconstrucción inteligente sobre ‘el libre albedrío’ vs ‘el destino está escrito’. Ello en un desarrollo efectivo, con un ritmo acuciante, con personajes bien delineados en sutiles detalles, con una puesta en escena habilidosa para proyectar emociones. La idea de Nick of Time se le ocurrió a Matheson mientras cenaba con su esposa en un café donde vio una máquina de adivinación muy parecida a la de este episodio. Característico de muchas de sus historias, el título aquí tiene un doble significado. Según Matheson, Nick of Time se refiere no solo al hecho de que Don y Pat escapan en el último momento, sino también a cómo una persona puede convertirse en esclava del tiempo, cómo interviene en nuestras vidas. La cabeza del diablo no estaba en el guión original y fue agregada más tarde (con muchísimo acierto) por el departamento de arte, creando con este simple y banal artilugio un co-protagonista.
Narración de apertura: La mano pertenece al Sr. Don S. Carter, miembro masculino de un equipo de luna de miel en ruta a través del campo de Ohio hacia la ciudad de Nueva York. En un momento, estarán sujetos a un regalo que la mayoría de los humanos nunca reciben en su vida. Por un centavo, podrán mirar hacia el futuro. El momento es ahora, el lugar es un pequeño restaurante en Ridgeview, Ohio, y lo que esta joven pareja no se da cuenta es que esta ciudad se encuentra en las afueras de Twilight Zone.
Dos recién casados Pat y Don Carter (Patricia Breslin y William Shatner) en ruta con su auto, se les estropea el coche y son llevados por la grúa al pueblo de Ridgeview-Ohio (guiño al argumento del capítulo? Ja,ja), allí mientras lo arreglan van a tomar un café al Busy Bee Café, en su mesa hay un dispensador de servilletas Mystic Seer con la cabeza de un pícaro diablillo (Devil Bobblehead), donde por un centavo responde con un papelito a las cuestiones sobre el futuro (cual galletas de la suerte), al jugar a esto comienza la odisea.
Cuando lo ves por primera vez no te das cuenta de lo ingenioso del inicio, al revisionarla captas que la primera vez que vemos a la pareja protagonista es en un picado, están sentados al auto, él al volante, pero siendo llevados por la grúa, aquí el director ya utiliza sutilidad dramática, pues nos está diciendo que no tiene el control de sus vidas, son ‘mecidos’ por otras manos. Hay potro detalle grácil cuando para decirnos que Don es supersticioso vemos que tiene un llavero con una pata de conejo y un trébol de cuatro hojas. Acentuado esto por diálogos tan mordaces como cuando hablan de una promoción a la que opta Don y le pide a Pat que cruce los dedos, ella responde Es como si te hubieras casado con un alcohólico (a estar con él) . Por lo que cuando comienza el carrusel de preguntas al ‘vidente endemoniado’ sentimos la pareja son una especie de Quijote (él fantasioso) y Sancho Panza (ella la voz de la razón). Uno de los grandes pilares para atraparte es la relación entre el matrimonio que vemos muy unido y enamorado, por lo que las grietas entre ambos nos hacen sentiré empatía por ellos. A ello contribuyen las notables actuaciones de un gran William Shatner impregnando a su rol de una gradual sinrazón en su comportamiento obsesivo, ello con una emocional evolución de carácter, teniendo mucha química con una estupenda Patricia Breslin, que expone gran sufrimiento por ver a su esposo con una patología psicológica, ello consiguiendo conmover, Hay un tercer personaje con mucho peso, que la cámara de George T. Clemens en miscelánea con la edición de Leon Barsha, ello por los muy diferentes ángulos que hay de enfocarlo desde contrapicados, picados, primeros planos oblicuos, parece tener vida propia a cada pregunta, parece sonriente, travieso, cínico, tenso, amenazante, excelente como lo vemos cuasi-interrelacionarse con la pareja, es la magia de cómo conseguir animar algo inanimado con el poder de la imagen dinámica.