La cólera del viento
Sinopsis de la película
Marcos y Jacobo, dos asesinos a sueldo, se dirigen al Sur, a Andalucía. Han sido contratados por don Pedro, un poderoso latifundista, para poner fin a una posible rebelión de los campesinos. Marcos cumple la primera parte de su contrato matando a un anarquista recién llegado. Pero los campesinos reaccionan violentamente y los terratenientes no tardan en responder.
Detalles de la película
- Titulo Original: La collera del vento (La cólera del viento)
- Año: 1971
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
5.3
63 valoraciones en total
Argumento relativamente sencillo pero interesante y emotivo. Habla de la injusticia, el amor, el orgullo, la mentira, el destino. Temas universales muy bien transmitidos en el escenario de Andalucía.
Terence Hill es el protagonista de este spaghetti ambientado en la Andalucía señorial de principios del XX, la película es seria, no como otros spaghettis de Terence Hill, y la trama, diálogos y tiroteos tienen un aceptable nivel. No tiene mucho que ver con los clásicos del género, digamos que es más realista y comprometida políticamente, lo que la hace diferente y digna de ver, no obstante, es un western, digamos, controvertido, que seguro produce muy desiguales sensaciones, especialmente en los amantes del spaghetti.
Marcos y Jacobo son dos asesinos a sueldo que se dirigen a Andalucía, pues han sido contratados por un latifundista muy rico y poderoso para que pongan punto y final a una probable rebelión de los campesinos.
Mario Camus fue contratado por Suevia Films para dirigir este film que se acerca mucho más a un retrato social de principios del siglo XX que a una película del oeste. El film está bien rodado, incluye algunos momentos violentos bien resueltos y un reparto aceptable como ahora diré.
Tiene un extraño y cuasi loco guión del propio Camus junto a Mario Cecchi Gori, José Vicente Puente, Miguel Rubio, Alberto Silvestri, Franco Verucci (demasiados autores), basado en una idea del escritor, guionista y crítico de cine zamorano Manolo Marinero. En la trama las clases sociales bajas se rebelan contra la opresión de los caciques.
La música quiere ser un Morricone y no puede, incluso diría que es una burda copia de las bandas sonoras de éste, a cargo de Augusto Martelli, no está mal la fotografía de Roberto Gerardi. Puesta en escena mediocre.
El protagonista principal de este extraño espagueti western es Terence Hill, que en aquel tiempo ya era famoso por películas populares. Hace aquí un papel dramático, pues después de esta película, su carrera dio un giro de actor cómico-violento. Sin tirar cohetes, el italiano Hill hace su papelito plan serio en esta cinta, dignamente. Maria Grazia Buccella da el corte y le pone ganas a su trabajo. Fernando Rey genial en los minutos que le tocan. Máximo Valverde me ha gustado. Manuel Alexandre desaprovechado, pues podría haber tenido más protagonismo.
Camus, perteneciente en su día al Nuevo Cine Español, consiguió que esta cinta sorteara la censura, con un argumento que tiene un peso socio-político tan evidente, donde se recrea la revolución campesina a pequeña escala, en un imaginario y remoto pueblo andaluz que alcanza dimensión universal como ejemplo de la lucha entre explotadores y explotados.
En fin, un argumento limitado, sencillo, desubicado en lo que concierne a la tipología del film, pero con un soplo de interés en aquella época de 1971, por la situación política de aquel entonces.
En resolución, la película, para alguno puede resultar interesante y emotiva. Habla de la iniquidad, el amor, la jactancia, la mentira, el destino. Temas universales muy bien transmitidos en el escenario de una Andalucía atrasada.
Extraño spaghetti western donde la acción se sitúa en un pueblo al sur de España a comienzos del siglo XX. El largometraje consiguió burlar la censura, a pesar de tratar el problema de la tierra, los terratenientes y los explotados.
Por cierto una burda copia de las bandas sonoras de Ennio Morricone, así como el sonido de los disparos, el resto nada tiene que ver con un Spaghetti western si profundizamos en su estética y argumento. La película de Mario Camus contratado por Suevia Films es una coproducción Hispano-italiana que se acerca mucho más a un fresco social de principios del siglo XX en el que las clases sociales bajas se revelaban contra la opresión de los caciques latifundistas que ante movimientos revolucionarios y doctrinas anarquistas, no estaban dispuestos a perder sus privilegios de clase, utilizando toda tipo de juego sucio para imponer sus intereses, incluso pagando a sicarios para eliminar a elementos subversivos que pudieran adoctrinar al proletariado.
Camus, amparado, en su día, en el Nuevo Cine Español, comenzando como guionista, consiguió algo casi inaudito, hacer cine de calidad hasta convertirse en un cineasta con oficio. Resulta curioso que le colaran a la censura un argumento con un peso socio-político tan evidente, donde se recrea una revolución campesina a pequeña escala de un imaginario y remoto pueblo andaluz que alcanza dimensión universal entre explotadores y explotados, pero sin perder su colorido y su angostura de pequeño lugar. Los problemas del campo andaluz eran temas tabú incluso en el tardofranquismo, así que Mario Camus lo disfrazó como si de un western se tratara. Como protagonista nos encontramos a Terence Hill que en aquel tiempo aún era un desconocido. Lo prefiero en este papel dramático, precisamente después de la que nos ocupa, su carrera dio un giro de 180º y se reconvirtió en actor cómico, alcanzando la fama con Le llamaban Trinidad.
La trama de La cólera del viento se articula en la segunda década del siglo XX, Marcos y Jacobo, dos asesinos a sueldo, acaban de ser contratados por don Pedro (Fernando Rey), un poderoso hacendado. Por orden suya viajan hacia el sur, dispuestos a poner fin a una revuelta campesina acabando con un agitador que llega con ideas revolucionarias. Pero Marcos (T. Hill) duda entre el amor, el peso del pasado, su identificación con la causa y el destino que le aguarda. Un fresco épico y lírico de la clase obrera andaluza, también, un largo cuadro de la decadencia feudal, con la exhibición de todos sus vicios, padre e hijo se han aprovechado de Soledad (Maria Grazia Buccella), una mujer indefensa que regenta el mesón. El film en el fondo, no deja de ser, una utopía, porque el buen cine siempre nos cuenta utopías.