La ciudad se defiende
Sinopsis de la película
Mientras se disputa un partido de fútbol, cuatro delincuentes roban en la oficina del estadio. Antes de que puedan escaparse, son descubiertos y perseguidos. Así las cosas, deciden separarse antes de dividir el dinero.
Detalles de la película
- Titulo Original: La città si difende
- Año: 1951
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
6.7
49 valoraciones en total
Mezclando el neorrealismo con el cine negro nos encontramos con esta película que, si bien no es de lo mejor de Pietro Germi, tiene su valor. Especialmente, diría yo, en ese ambiente que es capaz de dibujar, esos paisajes urbanos tremebundos, la pobreza, la desesperación, la alienación y ese retrato de cuatro desgraciados que son atracadores porque ya no les queda ser otra cosa para intentar salir de ese marasmo. Desolada y cruda, pesimista, no entiendo muy bien por qué ese rodaje en dos partes, tipo partido de fútbol, porque aparte de ese guiño, no viene muy al caso. Es verdad que a veces la peli se queda un poco a medio camino, ni es neorrealismo ni es negro y eso puede quitarle fuste, pero sigue siendo interesante.
Intento deslavazado de mezclar el policíaco con el neorrealismo. Dividido en 2 partes a mi modo de ver innecesarias. Fellini, Luigi Comencini, Tullio Pinelli que son los firmantes del guión original, más el propio Germi que colabora en la escritura en un 2 plano. Vieron y se inspiraron en La jungla de asfalto . Justo rodada un año antes, tanto por algunas ideas que birlaron de esta. Como por el aire de fatalismo que impregna ambos filmes. Aquí con el sello de neorrealismo. Intentando mostrar la miseria imperante en esta Italia y los leiv motiv de los 4 desgraciados. Esta rodada con cierto desaliño. Cosa infrecuente en Germi. Y el fallo principal esta en el guión construido como un híbrido que ni cuaja en lo policíaco ni en la fórmula neorrealista y se queda en una cosa intermedia, algo así como un coitus interruptus de precipitación y falta de ideas.
Curiosamente, Kubrick. En atraco perfecto o bien se inspira, o toma algunos planos del principio como guiños. El tipo esperando con el coche. Los planos generales del estadio, el bullicio. Cambia eso si, un hipódromo por el campo de fútbol aquí presente. Pero están rodados de la misma manera y con una fotografía casi calcada. Fue 4 años después y para mí es una obra sobre valorada. Eso sí, el final es soberbio. Y aquí es una mezcla de tedio y agobio forzado. Estaría bien como ejercicio visual ver las 3 y juntar similitudes, tanto técnicas como de la trama. de hecho se llevan 5 años solamente. Para mí gusto la más conseguida es la ya mencionada La jungla de asfalto de la que esta es deudora.
Las acciones aquí están como muy forzadas. Como por ejemplo cuando va a recoger la maleta el pintor.
Por quedarme con una secuencia, escogería la del tren cuando recuperan las alianzas. Por su ternura y hálito de efímera esperanza. Pero a continuación vuelven a forzar la captura. En resumidas cuentas interesante pero cojea.
La ciudad se defiende sin duda no es una de las mejores películas de Pietro Germi, pero sí un encomiable intento de mezclar el noir con el neorrealismo. Nos encontramos ante una historia episódica donde cuatro pobres hombres, cuatro delincuentes por necesidad, cometen un atraco atrevido y torpe mientras se está disputando un partido de fútbol, este atraco condicionará el futuro inmediato de sus vidas, en algunos casos con una vertiente trágica. Estos delincuentes por necesidad, son Guido Marchi (Paul Muller), un profesor de dibujo fracasado que ha ejercido como líder del asalto, Paolo Leandri (Renato Baldini) un antiguo ídolo del fútbol lesionado de manera irreversible, arruinado económicamente y abandonado por su entonces amante –Daniela (Gina Lollobrigida)-. También entre los asaltantes se encuentra el apocado Luigi Girosi (Fausto Tozzi) un joven casado y con una hija, superado por la irremediable contundencia de la miseria en que viven y, finalmente, se encuentra el joven y tímido Alberto Tosi (Enzo Maggio), un chaval que apenas ha asumido su adolescencia, y que desde el momento mismo del asalto vive en un constante estado de terror.
En casi cada plano Germi nos enseña una rotunda, triste, desesperada, en muchos momentos casi dolorosa, radiografía de una sociedad urbana traumatizada y casi sin esperanza, sobreviviendo en medio de marco existencial casi irrespirable. Serán cuatro de sus incómodos ciudadanos, los que intentarán revelarse contra un entorno opresivo atracando la recaudación de ese partido de fútbol del que antes hablamos, así se iniciará esta interesante película con una planificación seca e impactante, como si nos encontráramos ante una secuencia de cualquier policial de la 20th Century Fox o de las muestras del género dirigidas por Jules Dassin pocos años atrás, al tiempo que por momentos parece que nos adelantemos al escenario de la posterior THE KILLING (Atraco perfecto, 1955. Stanley Kubrick).
En un principio parece que el film va a inclinarse dentro del relato policial, pero muy pronto nos daremos cuenta que no son esas las intenciones de Germi, por el contrario, percibiremos que la película –de muy ajustada duración, y dividida de forma sorprendente en dos partes-, prefiere seguir el sendero de esos cuatro desgraciados y, con ellos, describir una mirada desoladora de una sociedad en la que las heridas provocadas por la II Guerra Mundial son aún patentes. La cámara de Germi, ayudada por la fisicidad que proporciona la fotografía en blanco y negro de Carlo Montuori, no duda en ningún momento en escrutar esos exteriores urbanos sombríos, estancias cercanas a la ruina, en contraste con otras edificaciones más lujosas, que han sobrevivido a la barbarie de la guerra. La película nunca dejará de insertar ese componente descriptivo, situándolo como uno de los elementos primordiales de esta auténtica cantata de desesperación que, por momentos, supone este interesante drama. En su discurrir, asistiremos a las consecuencias que el asalto proporcionará a nuestros protagonistas, en las mismas no se interpondrá sombra alguna de moralismo, antes al contrario, el espectador entenderá en todo momento que el hecho delictivo casi se entendía como algo irrenunciable para cuatro seres desesperados, quienes veían en el asalto una única oportunidad para poder emerger de sus traumáticas situaciones.